En marzo, sólo los salarios del sector público lograron igualar a la inflación

Los empleados estatales lograron un ajuste del 11%, similar al IPC de ese mes. Sin embargo, todas las categorías salariales perdieron contra el IPC en el primer trimestre

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Los salarios aún no pueden recuperar el poder adquisitivo perdido desde la devaluación. (EFE)
Los salarios aún no pueden recuperar el poder adquisitivo perdido desde la devaluación. (EFE)

En marzo, los ingresos de los asalariados tuvieron un aumento promedio del 10,3%, un valor que los dejó 0,7 puntos porcentuales por debajo de la inflación general de ese mes, que fue de 11%, según la medición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

Únicamente los salarios de los trabajadores del sector público pudieron igualar el ritmo de incremento del IPC (se ajustaron 11% en el tercer mes del año). Por el contrario, los sueldos de los empleados registrados privados perdieron por un punto (subieron 10%) y los del sector asalariado informal perdieron por 1,3 puntos (avanzaron 9,7%).

De todas formas, los tres sectores quedaron rezagados en la carrera contra el avance de precios en el transcurso del primer trimestre. Los que mayor aumento tuvieron fueron los salarios del sector privado formal, con un ajuste del 50,5%. Le siguieron los sueldos del sector público (43,2%) y en último lugar, los informales (29,1%). En ese mismo período, el IPC avanzó 51,6%, por lo que las pérdidas fueron de 1,1, 8,4 y 22,5 puntos respectivamente.

En promedio, contando trabajadores formales e informales, los salarios tuvieron un incremento nominal del 45,5% en los primeros tres meses del año, por lo que quedaron 6,1 puntos por debajo de la inflación de ese período.

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Tampoco la comparación interanual arroja buenos resultados. Entre marzo de 2023 e igual mes de este año la inflación fue de 287,9%. Durante esos doce meses los ingresos de los asalariados aumentaron 200,8% en promedio, lo que significa que perdieron por 87,1 puntos.

La mayor parte de la brecha se produjo entre diciembre y enero, cuando hubo un pico inflacionario por causa de la devaluación implementada por el nuevo Gobierno y los sinceramientos de precios. La velocidad de la caída del poder de compra del salario fue tan alta que el deterioro adquisitivo alcanzó el 20% en esos dos meses.

En febrero y marzo la inflación comenzó a desacelerar, pero al mismo tiempo se produjo una fuerte caída de la actividad económica que impidió un rebote inmediato de los ingresos. De hecho, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró bajas del 4,5% en diciembre, del 4% en enero y del 3,2% en febrero. También algunas ramas de actividad, como la industria y la construcción han sufrido caídas estrepitosas en los últimos meses, confirmando la profundización de la recesión.

La canasta se aleja

Aunque los salarios de los empleados del sector público lograron empatar a la inflación en marzo, no consiguieron igualar el ritmo de aumento de la Canasta Básica Total (CBT), que en el tercer mes del año registró un incremento del 11,9%. Por supuesto, quedaron aún más lejos los salarios de los trabajadores del sector privado registrado y los de los empleados informales.

Durante el primer trimestre del año, la CBT aumentó 56%, contra 45,5% de los salarios, con lo que se registró una diferencia de 10,5 puntos porcentuales entre ambos. ¿Qué significa esto? Básicamente que los productos de primera necesidad aumentaron más de lo que lo hicieron los salarios. Se trata de un escenario nada deseable, sobre todo pensando en los elevados niveles de pobreza que hay en el país. Cabe recordar, que la CBT se toma como referencia para determinar qué familias son pobres y cuáles no, por lo que el escenario planteado confirma un contexto de mayor presión sobre los ingresos de los trabajadores y principalmente sobre los hogares pobres.

Fue menor el incremento registrado por la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que subió 48,8% en el primer trimestre del 2024. En ese caso, fueron los salarios del sector privado registrado los únicos que pudieron recuperar parte del terreno perdido (subieron 50,5% en ese período). Quedaron atrás los ingresos del sector público (43,2%) y los de los trabajadores informales (29,1%).