El Gobierno tiene 14 herramientas para impulsar el empleo y la inclusión laboral, pero muy pocos las utilizan

En la Argentina hay unas 8 millones de personas con severas dificultades en el mercado laboral. Sólo unas 2 millones utilizan los planes oficiales para superarlas

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Los jóvenes aparecen como los más interesados en las propuestas para acceder a un empleo
Los jóvenes aparecen como los más interesados en las propuestas para acceder a un empleo

Un nuevo análisis del Instituto de Estudios Laborales y Sociales de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) sobre realidad socioeconómica de la Argentina detectó que "a nivel nacional, unas dos millones de personas reciben apoyo del Estado para reinsertarse en el mundo del trabajo, facilitar su acceso e incluso potenciar sus habilidades para expandir sus actividades en el mercado interno y en el exterior: 900.000 por el programa Progresar; 80.000 Ellas Hacen; 119.000 Argentina Trabaja; estos dos en conjunto entre el Ministerio de Trabajo, que cuenta con 10 planes que a su vez se subdividen en 28 subiniciativas, y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que administra otros 4 planes; y 400.000 personas en otros".

Fuuente: IDELAS con datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y del Ministerio de Desarrollo Social
Fuuente: IDELAS con datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y del Ministerio de Desarrollo Social

En el informe anterior de IDELAS estimó que en la Argentina poco más de la mitad de los trabajadores enfrenta algún grado de insatisfacción laboral, unos más intensos que otros, como el 7% de los que no encuentran una ocupación rentada; los que sólo logran alguna respuesta en el segmento informal, que representa un tercio de los asalariados y algo más entre los cuentapropistas, y en menor medida, los que subocupados porque están empleados menos de 35 horas semanales, pese a que desean hacerlo por más tiempo. Además, se suma una porción de la población de baja calificación laboral que no concurre formalmente al mercado de trabajo porque considera infructuosa la búsqueda de un empleo. Se refleja en la baja tasa de participación de la población, 45,3% del total en el último trimestre de 2016, y rara vez ha superado el 47%, aunque si se limita al segmento etáreo de 14 a 65 años sube a 57%, desagregado en 46,3% para las mujeres y 68,9% para los varones.

De ahí surgió que a unos 3,5 millones de autoexcluidos, por el denominado efecto desaliento, se suman 1,2 millones de desocupados, y otro tanto de subempleados, más 3,5 millones de ocupados en negro, suman más de 8 millones de personas, pero sólo un cuarto aprovecha los planes oficiales para mejorar su situación ocupacional.

Probablemente, con la intención de achicar esa enorme brecha, destaca IDELAS, "el Gobierno diseñó a partir de 2017 el Plan Empalme que consiste en financiar con $4.000 por mes durante 2 años a quienes se incorporen a la vida del trabajo activo, con el propósito de alentar a las empresas a su incorporación y al beneficiario a perder el miedo a quedarse sin el subsidio antes de consolidarse en un puesto en relación de dependencia. Se estima que ese es el monto promedio de asistencia gubernamental a los jefes de hogar con bajos ingresos".

Si bien las herramientas para facilitar la reinserción en el mercado de trabajo, y más aún para que muchos trabajadores puedan capacitarse tanto en oficios tradicionales, como para acceder al conocimiento de las nuevas tecnologías, lo cierto es que por un lado no se difunden de modo sostenido, salvo casos puntuales, como la Expo Empleo Joven que por segundo año volvió a contar con un singular interés, y por el otro, no existen estadísticas oficiales sobre el uso de esos programas.

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