Estados Unidos le mandó mensaje al Gobierno Petro: “Necesita hacer más para brindar seguridad a sus ciudadanos”

Todd Robinson, subsecretario de Estado para Asuntos de Narcóticos, se refirió a la nueva política nacional de drogas del Gobierno

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Todd Robinson, Subsecretario de Estado de la Oficina de Asuntos Antinarcótico, se refirió a la nueva política de drogas de Colombia - crédito Luisa González/Reuters
Todd Robinson, Subsecretario de Estado de la Oficina de Asuntos Antinarcótico, se refirió a la nueva política de drogas de Colombia - crédito Luisa González/Reuters

El pasado 11 de septiembre, por medio de un comunicado, Presidencia anunció la Política Nacional de Drogas del Gobierno del Cambio, bajo el nombre de ‘Sembrando vida, desterramos el narcotráfico: ABC de la política nacional de drogas 2023-20333.

La política, busca reconocer que “el mercado de drogas es un problema transnacional”, mientras aporta un enfoque diferente a la lucha contra las drogas y contras las industrias que promueven la comercialización ilegal de sustancias ilícitas.

No obstante, en la coyuntura de la asamblea general de las Naciones Unidas en Nueva York, Todd Robinson, Subsecretario de Estado de la Oficina de Asuntos Antinarcótico, habló de la iniciativa y señaló algunas debilidades del proyecto. A su vez dio parte de la garantía del apoyo del Gobierno estadounidense en la implementación de esta nueva política.

Por su posición como Subsecretario de asuntos antinarcóticos, y por haber sido a él como funcionario de EE.UU a quien se le entregó las nuevas directrices del Gobierno Petro frente a las drogas, sus observaciones adquieren especial valor para los observadores.

Creo que el Gobierno colombiano necesita hacer más para brindar seguridad a sus ciudadanos en las áreas rurales de Colombia y estamos dispuestos a ayudarlos a lograrlo. Como recordarán, parte de la campaña del presidente Petro fue exactamente eso: buscar brindar mayor seguridad a las zonas rurales. Y queremos ayudarles a hacer eso”, señaló Robinson frente a la propuesta, enfatizando en las posibles falencias que el plan pueda tener con respecto a las zonas más alejadas, rurales, que por lo general son más golpeadas por la problemática de las drogas.

Dentro de los objetivos primordiales de la política está “la reducción de 90.000 hectáreas de coca de uso ilícito para el 2026, lo que se traducirá en una disminución del 43% en la producción de cocaína, y la eliminación de 11.823 millones de dosis del mercado, (...) y cambiar hacia un paradigma centrado en la vida y el medio ambiente, priorizando la salud y el bienestar, sin descuidar la lucha contra el crimen”.

Otra de las declaraciones de Todd Robinson tiene que ver con la participación activa de Colombia en la producción de sustancias ilícitas sintéticas como el fentanilo. El funcionario norteamericano aseguró que “México es el principal puerto de entrada, pero sabemos que hay otros países que participan en la cadena de suministro, como Colombia y Ecuador. También hay suministradores en Asia. Hay varios puntos que están afectando a Estados Unidos”.

Estas declaraciones contrarrestan las afirmaciones que había hecho el mandatario Gustavo Petro, en su conversación con Antonio Gutiérres, el Secretario General de la ONU, cuando refirió que el aumento del fentanilo dejaba evidente que las sustancias opiáceas provenientes de los vegetales y la tierra producidas en Colombia, liberan al país en parte de esta contienda, pues las sustancias producidas de forma industrial provienen de otros mercados, según él, como el “mismo Estados Unidos”.

Petro sostuvo a Gutiérres que “hay una irrupción del fentanilo, de drogas químicas, de producción industrial, que ya no usan ni vegetales ni la tierra, y que sacan a Colombia –eso para nosotros es una oportunidad– del mercado de las drogas de una manera sustancial”. Pese a esto, Robinson mencionó que la administración de Petro “no se ha desentendido” de las plantaciones, aunque estas han alcanzado cifras históricas, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.