La caza de meteoritos en la Antártida está amenazada por el cambio climático

El deshielo acelerado podría hacer desaparecer miles de meteoritos anualmente, hecho que privaría a científicos de valiosas pistas sobre el cosmos

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Científicos alertan sobre la pérdida anual de 5.000 meteoritos en la Antártida (REUTERS)
Científicos alertan sobre la pérdida anual de 5.000 meteoritos en la Antártida (REUTERS)

Las planicies heladas de la Antártida se están convirtiendo en un escenario cada vez más difícil para la caza de meteoritos, un recurso científico valioso para entender la formación del sistema solar, según revela un artículo publicado en CNN. Un nuevo estudio publicado en la revista “Nature Climate Change” revela que, debido a la crisis climática, aproximadamente 5.000 meteoritos podrían desaparecer cada año en el hielo antártico, y eso los volvería inaccesibles para la investigación. Este hallazgo pone en peligro la colección de valiosas “cápsulas del tiempo” extraterrestres que han caído en nuestro planeta.

María Valdes, científica de investigación en el Museo Field de Historia Natural y la Universidad de Chicago, y parte de un equipo internacional que descubrió cinco meteoritos en la Antártida entre finales de 2022 y principios de 2023, señala: “Antártida, un desierto de hielo, proporciona un fondo ideal para la recuperación de meteoritos”. Sin embargo, el cambio climático amenaza con enterrar estos tesoros bajo el hielo, lo que dificultaría su detección y recuperación futura.

Los meteoritos, rocas espaciales que caen del cielo, varían en tamaño y origen. Y pueden proceder de la Luna, Marte, o de grandes asteroides. Cada uno de estos objetos cuenta una historia única sobre nuestro sistema solar, lo que los convierte en objetos de estudio cruciales para los científicos. Sin embargo, el cambio climático está acelerando la velocidad a la que estas rocas se hunden en el hielo antártico, y pone en riesgo la posibilidad de estudiar nuevas muestras.

La búsqueda de meteoritos en la Antártida no se distribuye de manera uniforme, sino que tiende a concentrarse en ciertas áreas debido a la geografía y los patrones climáticos del continente. Los campos de hielo azul, donde el viento y el flujo de hielo exponen los meteoritos previamente enterrados, son especialmente ricos en estos objetos. Una investigación dirigida por Veronica Tollenaar, investigadora doctoral en la Université Libre de Bruxelles, utilizó un algoritmo de aprendizaje automático para identificar zonas ricas en meteoritos, según destaca el artículo. Este método generó un “mapa del tesoro” que promete mejorar la eficiencia de las futuras expediciones en búsqueda de estos objetos.

No obstante, las proyecciones del estudio de Tollenaar y su equipo sugieren que bajo los escenarios actuales de cambio climático, con un aumento de temperatura de 2,6 a 2,7 °C (de 4,7 °F a 4,9 °F) respecto a los niveles preindustriales, entre el 28% y el 30% de los meteoritos en la Antártida podrían volverse inaccesibles. En un escenario de altas emisiones, esta cifra podría aumentar hasta el 76%.

Expediciones desde los años 70 hasta hoy han recopilado miles de meteoritos en el continente helado (Proyecto Meteoritos Perdidos de la Antártida)
Expediciones desde los años 70 hasta hoy han recopilado miles de meteoritos en el continente helado (Proyecto Meteoritos Perdidos de la Antártida)

Matthias van Ginneken, asociado de investigación en el Centro de Astrofísica y Ciencias Planetarias de la Universidad de Kent, resaltó a CNN la importancia de seguir buscando meteoritos, pese a las dificultades que implica: “Es ciertamente preocupante, pero aún habrá miles de meteoritos por encontrar cada año”. Además, sugiere la necesidad de explorar nuevas áreas y de invertir más en logística y apoyo financiero para continuar con estos importantes hallazgos.

Los meteoritos hallados en la Antártida han contribuido significativamente a nuestro conocimiento del sistema solar. Por ejemplo, las muestras recogidas en 1979 y 1981 demostraron tener origen lunar, ampliando nuestra comprensión de la superficie lunar más allá de los lugares de aterrizaje de Apollo y Luna. Kevin Righter, científico planetario del Centro Espacial Johnson de la NASA, en un comentario publicado junto al estudio, recalca: “Con la continuidad en la recolección, es probable que se encuentren nuevos tipos de meteoritos”.

Este panorama subraya la urgencia de adaptar y potenciar los esfuerzos de recolección de meteoritos en la Antártida, frente a los desafíos impuestos por el cambio climático. La ciencia se encuentra en una carrera contra el tiempo para preservar nuestro acceso a estas piedras espaciales, verdaderas cápsulas del tiempo que encierran secretos sobre la historia y formación de nuestro sistema solar.

Los meteoritos y la Antártida

La Antártida es un lugar clave para la búsqueda de meteoritos debido a sus condiciones únicas. Las vastas extensiones de hielo blanco sirven como un lienzo perfecto contra el cual los meteoritos oscuros se destacan fácilmente, facilitando su detección. Además, el movimiento de los glaciares ayuda a concentrar estos meteoritos en áreas conocidas como campos de hielo azul, donde el viento elimina la nieve superior exponiendo el hielo y los meteoritos incrustados.

Fragmentos de roca espacial en la Antártida aportan conocimiento sobre la evolución del sistema solar (NASA OPERATION ICEBRIDGE)
Fragmentos de roca espacial en la Antártida aportan conocimiento sobre la evolución del sistema solar (NASA OPERATION ICEBRIDGE)

La baja tasa de erosión en el continente helado significa que los meteoritos pueden conservarse en condiciones casi prístinas por periodos prolongados, proporcionando muestras valiosas para la investigación científica. Estos fragmentos de roca espacial son esenciales para los científicos que buscan entender la formación y evolución de nuestro sistema solar, pues ofrecen pistas sobre la composición de otros planetas, asteroides y el espacio interplanetario.

Desde la década de 1970, expediciones científicas han recolectado miles de meteoritos en la Antártida. Entre los hallazgos más significativos se encuentran meteoritos marcianos y lunares, así como algunos de los meteoritos más antiguos y raros jamás encontrados en la Tierra. Estos descubrimientos han sido cruciales para avanzar en nuestro conocimiento del cosmos.

Los esfuerzos de recolección en la Antártida son llevados a cabo por equipos internacionales de investigadores que trabajan en condiciones extremas, demostrando el compromiso de la comunidad científica con la exploración espacial y la comprensión del universo.