La guerra civil siria entra este viernes en su decimocuarto año de confrontaciones sin que haya una solución política a la vista, con 16,7 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria en un país colapsado y 12 millones de refugiados y desplazados, recordó el enviado de la ONU para Siria, Geir Pedersen.
En un comunicado para recordar el decimotercer aniversario del inicio del conflicto, el diplomático noruego subrayó que el pueblo sirio “ha sufrido durante un largo tiempo una devastación y violencia indescriptibles, que han impactado a toda la sociedad”.
En un momento de fuertes tensiones regionales, el número de personas en necesidad de ayuda humanitaria en Siria es el más alto de los últimos 13 años, mientras cinco millones de sirios viven refugiados en los países vecinos y otros siete millones están desplazados internamente, recordó Pedersen.
Ante esta situación, “sólo una inquebrantable búsqueda de una solución política puede restaurar la esperanza entre el pueblo sirio, y ello tiene que empezar con el fin de la violencia, con el cese inmediato de ésta”, subrayó.
Pedersen también urgió a las partes en conflicto a liberar de forma inmediata e incondicional a todas las personas detenidas arbitrariamente.
Pese a la reducción del conflicto con respecto a los primeros años de guerra civil, el enviado especial insistió en que no se cumplen las condiciones necesarias para el retorno a sus hogares de refugiados y desplazados.
La guerra civil comenzó el 15 de marzo de 2011, cuando manifestaciones que pedían democracia en Aleppo y Damasco, dentro de la ola de protestas que se vivían en Oriente Medio y el Magreb durante la Primavera Árabe, fueron violentamente respondidas por las fuerzas de seguridad, que dispararon contra los manifestantes.
El conflicto ha causado entre 470.000 y 610.000 muertos, muchos de ellos civiles, según distintas fuentes, lo que lo convierte en uno de los más mortíferos del siglo XXI.
(Con información de EFE)