Una niebla amarillenta y una lluvia de arena procedente del desierto del Sáhara cambiaron el sábado el color del cielo de varias zonas de los Alpes, el sur de Francia y el oeste de Suiza, captando la atención de los usuarios de redes sociales.
Muchos ciudadanos franceses compartieron las imágenes del fenómeno que, además, dejó huellas en los vehículos y edificios.
Las autoridades francesas indicaron que vientos fuertes del Sur llevaron al país galo arena desde el desierto Sahara y eso provocó el inusual color en el cielo. A través de las redes sociales, ciudadanos franceses compartieron las imágenes del fenómeno que, además, dejó huellas en los vehículos y edificios.El origen de estas lluvias es la combinación de condiciones de inestabilidad por el paso de un frente y el arrastre de materia en suspensión sahariana en las capas bajas de la atmósfera.
“La corriente del suroeste nos trae polvo del Sáhara con pico el sábado”, confirmó en su cuenta de Twitter MétéoSuisse, la Oficina Federal de Meteorología y Climatología de Suiza, que compartió una foto del centro de Ginebra, con el cielo amarillento a causa del fenómeno.
En tanto, expertos en meteorología llevaron tranquilidad a la población explicando que se trata de un fenómeno natural que irá desapareciendo gradualmente. “La columna de polvo sahariano que este sábado siembra una atmósfera amarilla será evacuada hacia el este mientras se diluye gradualmente”, informaron en medios locales.
Por su parte, el meteorólogo Frédéric Glassey explicó que este fenómeno ocurre varias veces al año, al recibir fuertes corrientes de altitud desde el sur.
Este polvo se eleva a alturas donde la humedad se agrupa alrededor de esta partícula, que se convierte en una gota de agua o un cristal de hielo, transportado en forma de nube. Este polvo se libera y cae a la tierra a través de precipitaciones.
Lo extraño del episodio es que, tal como indicó el meteorólogo francés Paul Marquis en declaraciones a France Bleu Provence, el fenómeno que amarillea el cielo cada año normalmente se registra “al comienzo de la primavera, en abril” y no en esta época.
El fenómeno meteorológico también se registró en España, aunque allí no tiñó el cielo de amarillo, donde se lo conoce como “lluvia de barro o de sangre”. De acuerdo con medios locales, fue el más intenso de los últimos tres años, y afectó la mayor parte del litoral mediterráneo español.
La precipitación de polvo sahariano no se observaba de manera tan intensa desde junio de 2018.
Las lluvias de barro o de sangre muestran una tendencia creciente desde 1990 en España y, de acuerdo con el meteorólogo Jorge Olcina, representa “una de evidencias de cambio climático porque supone una presencia cada vez más frecuente de flujos del norte de África en el sur de Europa y la cuenca del Mediterráneo”.
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