El Vaticano expresó "desagrado" por la acusación de abuso sexual contra el cardenal George Pell

La Santa Sede destacó que el jefe de Finanzas de la Iglesia Católica "ha condenado repetidamente" los casos que han involucrado a sacerdotes

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El Vaticano defendió este jueves el accionar de su Jefe de Finanzas, el arzobispo australiano George Pell, quien fue acusado por la policía de su país de cometer abusos sexuales en el pasado.

En un comunicado, la Santa Sede señaló haber recibido con "desagrado" la imputación del purpurado y recordó que Pell "ha condenado repetidamente durante años" los escándalos que involucraron a sacerdotes católicos. No obstante, la institución resaltó que respeta la justicia australiana.

Además, indicó el Vaticano, Pell ha apoyado la creación de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores y, como obispo diocesano de Australia, "introdujo sistemas y procedimientos para la protección de los menores y para garantizar la asistencia de las víctimas de abusos".

Pell, máximo representante de la Iglesia católica australiana, es sospechoso de haber abusado sexualmente de personas (cuya edad no fue detallada por las autoridades) cuando era sacerdote en la ciudad de Ballarat (1976-80) y cuando fue arzobispo de Melbourne (1996-2001), ambas en el estado de Victoria.

(Reuters)
(Reuters)

La Policía confirmó en mayo que investigaba al cardenal, quien ya entonces a través de un vocero defendió su inocencia y atribuyó las acusaciones a una campaña de difamación.

Entre las acusaciones se cuentan la de dos hombres que aseguran que Pell les tocó los genitales de forma inapropiada en la década de 1970, mientras un tercero asegura haber visto al prelado exponerse desnudo ante muchachos jóvenes.

Las investigaciones exoneraron a Pell, quien en febrero dio su testimonio por videoconferencia ante una comisión gubernamental australiana que investiga los abusos sexuales a menores en el seno de organizaciones e instituciones públicas, religiosas y sociales.

En una comparecencia sin preguntas ante los medios, el cardenal, de 76 años, explicó que el papa Francisco le concedió una excedencia para regresar a su país, colaborar con la justicia, "limpiar" su nombre y "regresar a Roma" para continuar con su cargo.

Rechazó "por completo las acusaciones" que le llegan de las autoridades australianas y dijo que durante el periodo de pesquisas ha sido "completamente claro" al defender su inocencia.

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