Golear, gustar y jugar: como le gusta al hincha de River

No nos da lo mismo ganar sobre la hora jugando mal, que golear y ser superiores. En un partido más difícil de lo que dice el resultado, Gallardo demuestra que puede reinventar a River. Auspicioso debut en el torneo, pero hay que mantener la calma: jugar el local y la Copa al mismo tiempo genera un gran desgaste

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Todos queremos empezar ganando, y si es goleada, mucho mejor. Pero lo más importante de este River versión 2016 es el funcionamiento del equipo. Es volver a tener un equipo que logra ejecutar lo que quiere su técnico. Después de una renovación de varios jugadores, Gallardo parece estar lográndolo. Si miramos el resultado final, 5 a 1 sobre Quilmes es contundente. Pero el trámite del partido no había sido tan simple, por lo menos hasta el 2-1. Quilmes presentó un partido difícil y casi se pone 1-2 de no ser por los enormes reflejos de Barovero.

El partido se abrió con el golazo del Pity. Justamente el jugador del que esperamos más, como bien dijo Gallardo. Hemos dicho que es un jugador con condiciones, que necesita empezar a mostrar y sostenerlo. Que le falta un shock de confianza. Tal vez el partido de ayer haya sido ese envión. Porque hasta el gol seguía perdido en el juego, pero el segundo tiempo logró mostrar mejores decisiones con la pelota, y llegar al segundo gol personal. Ese ciclo de cambiar silbidos por aplausos es moneda corriente en el fútbol. Hay miles de casos. Por mirar lo reciente y en River: Ponzio. Cuando comenzó el torneo de 2014, el que se ganó con Ramón en el banco, y Ponzio concretó el único gol con el que se ganó 1 a 0. Leo le hizo el mismo gesto de silencio a la Belgrano. Hoy, solo recibe aplausos. El jugador debe comprender eso: cuando juega y se entrega, todo el hincha riverplatense se lo reconoce. Pity tiene las condiciones para lograr eso.

Otro balance positivo del partido contra Quilmes es el rendimiento de Bertolo. Aportó más al juego, se lo vio más suelto y con claridad. Tal vez mejor por el lado derecho del ataque. Es que cuando el funcionamiento colectivo es bueno, todas las piezas pueden sumarse a un marco ideal para rendir. Si el equipo está aceitado, ejecuta bien la idea y logra resultados, los que vienen en nivel bajo y los que se suman lo podrán hacer con mayor facilidad.

Iván Alonso demostró en los minutos que jugó que sabe estar cerca del gol. Lo tuvo en una ocasión y luego se la bajó a Alario que vino más derecho para meterla en el quinto. Si logra concretar, River podrá recuperar todo el gol que se perdió con las partidas de Teo y Cave.

Se vienen 27 partidos en casi cuatro meses. Y definirá dos torneos importantes para el club. Con la llegada del cabezón D'Alessandro, River sumó jerarquía y experiencia. La reciente encuesta de Playfutbol (http://www.infobae.com/2016/02/08/1788525-empate-tecnico-aunque-llego-andres-dalessandro-el-plantel-river-es-tan-bueno-como-el-boca) demuestra que los hinchas piensan que los planteles de River y Boca están parejos. Cuando hace un mes se hablaba de los tres planteles que podía formar Boca, River parecía estar muy lejos de eso. Hoy, River tiene variantes y calidad como para dar pelea en todos los frentes. Y tiene en el banco al cerebro que puede reinventar y crear otro equipo ofensivo, de buen juego y con mentalidad ganadora. ¡De la mano de Gallardo, vamos River!