"Es insólito castigar a una mujer por las opiniones de su esposo"

Laura Haag fue despedida de la Secretaría de Energía sin causa. Su marido, Cristian Folgar, está seguro de que fue por sus críticas al Gobierno. "Ha tenido muchas conductas intimidatorias", dijo en InfobaeTV

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Laura Haag trabaja en la Secretaría de Energía desde 2001, pero a fin de mes abandonará su cargo porque fue despedida sin causa, según consta en una carta que firmó el subsecretario de Combustibles, Gastón Ghioni.

"A mediados de octubre me llamó y me comunicó que le dieron la instrucción de que me tenía que ir. Le pregunté los motivos y me dijo que había una instrucción pero no me dijo de quién. Luego aseguró que había un problema político conmigo", recordó ayer en diálogo con InfobaeTV. Finalmente dio con la raíz del conflicto: desde el sindicato ATE le informaron que el problema no era con ella, sino con su marido, Cristian Folgar, ex subsecretario de Energía.

"A Laura le costó tomar la decisión de hablar porque no está acostumbrada a exponerse públicamente, pero se sacó un enorme peso de encima. Muchísima gente se contactó con ella, que se siente contenida porque los mensajes son de sorpresa, apoyo o ambas cosas. Cuando pasa algo, uno como ciudadano lo tiene que decir. Tenemos que aprender a vivir en una ciudad donde nadie tenga miedo a decir lo que piensa o lo que le pasa. Y en este caso le tocó a ella y hasta ahora estamos bien, tranquilos", comentó hoy Folgar en InfobaeTV.

"Las opiniones que pesaban eran las mías, no las de ella. Y eso es lo paradójico: la echaron después de trabajar 13 años no por lo que hace o piensa, sino por lo que pienso yo, y porque lo hago público", lamentó. "Se castiga a una mujer por la opinión de su esposo. Es insólito", insistió.

En ese marco, defendió el derecho a opinar. "Si el precio que hay que pagar para tener trabajo es quedarnos callados, es demasiado caro. No es el país que queremos vivir. Ni queremos que el ejemplo para nuestros hijos sea 'cállense la boca'. Hay que hablar, con respeto, pero sin callarse la boca. Laura conseguirá otro trabajo, pero lo importante es que no deje de ser Laura. Decir lo que uno piensa es un derecho irrenunciable", sentenció.

Aunque reconoció que "en la Secretaría de Energía es la primera vez que pasa algo tan evidente y brutal", recordó otros casos, como el del fiscal José María Campagnoli. "El Gobierno ha tenido muchas conductas intimidatorias. Pero si no sale a decir nada, está avalando lo que está pasando", completó.

¿Qué molestaba de lo que usted decía?

Yo cuestiono algunas cosas que tienen que ver con servicios públicos y energía en particular. A veces algunos medios me piden opinión de algunos temas y yo la doy. Molesta la crítica, no por el contenido, sino porque opino en contrario.

¿Qué definiría de la política energética actual?

El Gobierno está afrontando las consecuencias de las decisiones que no tomó en su momento. Una de las cosas más cuestionables es que invertimos mucha plata de los contribuyentes en subsidios, pero no van a los que lo necesitan, sino a las clases medias y altas. Eso tiene un peso enorme sobre las cuentas fiscales, deteriora el tipo de cambio y les hizo perder mercados a las economías regionales. Y hoy además estamos enfrentando un problema de disponibilidad de divisas porque medidas que no se tomaron en su momento llevaron a que hoy tengamos que importar energía.

La defensa de Julio de Vido

El ministro de Planificación se mostró "asombrado" por el abordaje periodístico del tema. "Cada funcionario tiene derecho a elegir sus asesores y en este caso simplemente se tomó la decisión de dar por finalizado un contrato", argumentó. "Es lo mismo que a mí me sugieran mantener a los asesores de Domingo Cavallo o al ministro (de Economía) Axel Kicillof que continúe con los asesores de Martínez de Hoz", ejemplificó.