Las islas más tenebrosas del mundo

Canibalismo y muñecas mutiladas colgando de los árboles y techos de las viviendas son apenas dos de los siniestros aspectos que rodean a estos lugares, uno de los cuales se encuentra en México

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Sin dudas que uno de los lugares más encantadores que tiene el planeta es Venecia, pero tal vez pocos conozcan el escenario aterrador que existe a tan sólo 10 minutos en barco de la Plaza San Marcos. Se trata de Poveglia, la "Isla de los Horrores" u "Óctagono", que durante la época del Imperio Romano y también siglos más tarde se utilizó para aislar a víctimas de la peste bubónica del resto de la población. Los cadáveres eran trasladados a la isla, donde eran incinerados en enormes fosas. Propiedad del gobierno italiano, en abril de 2014 el lugar salió a subasta con derecho a usufructo, aunque será difícil hallar un interesado por las oscuras historias que se cuentan sobre ella.

Uno de los trozos de tierra en el medio del mar que mayor miedo infunden en la gente es Nazino, más conocida como la "isla de los caníbales" o "Isla de la Muerte". Ubicada en la región occidental de Siberia, este lugar sin vegetación, inhóspito, agreste y desolado de aproximadamente tres kilómetros de largo y 600 metros de ancho recibió en 1933 a 6.144 deportados del régimen stalinista, de los cuales 4.000 murieron en menos de cuatro semanas. El resto, desprovisto de comida, terminó comiéndose los unos a los otros, motivo por el cual la isla adoptó su tristemente célebre apodo.

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En un extremo del planeta, más precisamente en Japón, se encuentra la "isla fantasma" de Hashima: enclavada a 20 kilómetros del puerto de Nagasaki, fue una mina de carbón con una población de más de 5.000 habitantes, quienes se fueron del lugar cuando éste fue cerrado en abril de 1974. Con el paso de los años, la exposición directa a los tifones causó el deterioro de los edificios, lo que le dio a la ciudad un aspecto tenebroso. Sin embargo, en abril de 2009, se abrió un nuevo puerto que permite la entrada a turistas para visitar la isla.

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Otro escenario con una atmósfera mortal y oscura es la Isla Palmyra, de tan sólo 12 kilómetros cuadrados y ubicada al sudeste de Hawaii y Samoa, en la parte central del Océano Pacífico. A partir del año 1.700 se la denominó "La isla maldita", porque los tiburones matan entre dos y cinco personas por mes y también porque allí murieron muchos marinos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial por haber comido pescado contaminado de algas nativas de los alrededores. Durante la década de los '70 fue abandonada por los militares norteamericanos, y a partir de ese momento sólo recibió escasas visitas de navegantes atraídos por los rumores sobre sucesos paranormales.

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Pero si de islas famosas se trata, en ningún listado puede faltar la de Alcatraz, en la bahía de San Francisco. Es famosa por su penitenciaría federal, que entre 1934 y 1963 albergó a algunos de los presos más famosos de la historia de EEUU: Al Capone, Robert Franklin Stroud, Bumpy Johnson, James "Whitey" Bulger y Alvin Karpis, entre otros.

Probablemente sea uno de los sitios con mayor avistaje de fantasmas en el mundo, ya que miles de personas han denunciado la presencia de espíritus desde el año en que cerró el centro de detención. A mediados de junio de 2014 una turista que visitaba la prisión fotografió un calabozo y registró la presencia del fantasma de una extraña joven de otra época.

El "terror" latino

Siendo una región tan extensa, América Latina no podía estar exenta de contar con una isla que despierta escalofríos en quienes la visitan o al menos se enteran de su existencia. El lugar en cuestión es la "Isla de las Muñecas", un siniestro lugar que se halla en Xochimilco, en el Distrito Federal mexicano, y en el cual bebés de plástico mutilados cuelgan desde los árboles o de los techos de las viviendas.

En el tétrico islote vivió durante más de 50 años un hombre llamado Julián Santana Barrera, quien aseguraba ser perseguido por el espíritu de una joven que fue encontrada ahogada cerca de la casa donde él residía. Para tratar de ahuyentar el alma en pena de la joven, Santana Barrera decidió colgar muñecas en la isla, algunas de las cuales recogía de la basura y otras que le eran regaladas por sus vecinos. Pero tras el permanente acoso de la presencia espectral de la joven, el hombre finalmente fue hallado ahogado cerca de donde habitaba.