Caos en Brasil: segundo día de huelga de transporte paraliza San Pablo

Faltan sólo tres semanas para que en esta misma ciudad se inaugure el Mundial de Fútbol, pero todos los preparativos están detenidos por el paro de conductores de autobuses. También frenaron sus actividades policías civiles

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 AFP 163
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La medida de lucha es promovida por disidentes del Sindicato de Conductores y Trabajadores del Transporte Terrestre Urbano (Sindmotoristas) y provocó el cierre de 14 terminales de autobuses, el bloqueo de calles y avenidas con decenas de vehículos atravesados, y enormes atascos.

El secretario municipal de Transportes de San Pablo, Jilmar Tatto, criticó duramente a los huelguistas, quienes realizan el paro por no aceptar el reajuste salarial del 10 por ciento -al alza- que fue acordado entre el sindicato y las empresas de autobuses.

"Nunca vi que se hiciera una huelga después de conseguir un aumento", dijo Tatto, quien calificó el paro como "sabotaje" y cuestionó el método de presión usado por los huelguistas, que bloquean las calles para que sus colegas que quieren trabajar no puedan hacerlo con normalidad. "Ni siquiera sirve poner la reserva (de autobuses) de las empresas en la calles porque no tienen cómo pasar", lamentó.

A raíz del paro, que afectó a miles de usuarios y desbordó la capacidad de otros medios de transporte urbano, como trenes y metro, la municipalidad suspendió por segundo día la restricción de circulación de automóviles, que consiste en que vehículos con placas terminadas en números pares e impares transiten por la ciudad en forma alternada.

Hasta el mediodía de este martes, la Compañía de Ingeniería de Tránsito (CET) registraba 37 kilómetros de tránsito lento en la ciudad, que por la mañana alcanzó un pico de 94 kilómetros de filas.

El ministro de la Secretaría General de la Presidencia brasileña, Gilberto Carvalho, calificó como "lamentable" la medida adoptada por los conductores en San Pablo.

"Es una huelga imprevista, no anunciada, es una irresponsabilidad (...) para con el ciudadano", dijo el ministro, quien se mostró confiado en que las protestas irán disminuyendo a medida que se aproxime el Mundial, que comienza el próximo 12 de junio con el partido entre Brasil y Croacia.

"Lo que estamos esperando es que haya sentido común. Que a medida que viene llegando la Copa, esas protestas se reduzcan y que las personas sepan que ellas no pueden castigar a la población en busca de un objetivo sectorial. Aprovecharse de esa oportunidad (de visibilidad durante el Mundial) es algo peligroso que se puede volcar contra la población", alertó.

Agentes civiles de 14 estados de Brasil, seis de ellos sedes de la Copa del Mundo, convocaron a un cese de actividades para este miércoles 21 de mayo. El gobierno de Rousseff catalogó de ilegales las medidas de fuerza.

En algunos estados, la paralización podría alcanzar hasta el 70% de la fuerza de este cuerpo policial, responsable de la investigación de delitos penales. Entre los más afectados por la medida se encuentran Río de Janeiro, San Pablo, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco y Amazonas. Todos ellos cobijarán seleccionados mundialistas. También se paralizarán en los estados de Alagoas, Espírito Santo, Mato Grosso do Sul, Pará, Paraíba, Rondonia, Santa Catarina y Tocantins.