Santos ordena el regreso a Colombia de sus negociadores con las FARC

Juan Manuel Santos llamó a su equipo de negociadores para analizar la "pausa" decretada unilateralmente por la guerrilla. La decisión persiste aún cuando desde las FARC dejaron deslizar la versión de que están listos para retomar las charlas de paz.

"He tomado la decisión de llamar a los negociadores para que se devuelven inmediatamente a analizar el alcance de ese comunicado (el de la guerrilla)", precisó Santos, quien subrayó que reanudarán las conversaciones cuando lo consideren "apropiado".

"Hemos analizado con mucho cuidado el comunicado de las FARC", precisó Santos, quien enfatizó que "en este proceso el que decreta las pausas y pone las condiciones no son las FARC".

Más temprano, ni bien se conoció el anuncio de pausa de las FARC, el mandatario colombiano aseguró que el tiempo se agotaba.

"Tengo entendido que la guerrilla allá en La Habana dijo: 'Nos levantamos de la mesa para estudiar esta propuesta, este procedimiento'. Perfectamente legítimo y válido que lo estudien, pero el tiempo pasa y la paciencia del pueblo colombiano tiene su límite, y tenemos que seguir avanzando", dijo Juan Manuel Santos en un acto con comunidades negras en el departamento de Chocó (oeste).

"Vamos avanzando, pero tenemos que avanzar más rápido. Ojalá los acuerdos estén finiquitados a final de año", insistió el mandatario.

La decisión de Santos se conoce aún cuando la guerrilla intentó dar marcha atrás en la decisión.

El gobierno de Santos y las FARC comenzaron el diálogo de paz en noviembre de 2012. Hasta ahora, las delegaciones han discutido dos puntos de una agenda de cinco: el desarrollo rural, ya consensuado, y la participación política de la guerrilla.

Quedan aún por abordar los puntos sobre drogas ilícitas, abandono de las armas y reparación a las víctimas. El mecanismo de diálogo prevé ciclos y pausas en las conversaciones, aunque esta era la primera vez que sólo una de las partes anunciaba públicamente un alto.

El proceso de paz cuenta con el respaldo de Noruega y Cuba, como países garantes, y de Venezuela y Chile como acompañantes.