Fue el martes por la noche, cerca de las 21, en el Parque Chacabuco. Mientras la Unión de Sikuris de Flores (grupo que le rinde homenaje al siku, instrumento de viento de un conjunto de cañas) ensayaba como lo hace habitualmente, una vez por semana, una serie de disparos de balines de aire comprimido hizo que la música dejara de sonar.
Ocurrió a la altura de Avenida Eva Perón y Puan. "Es algo que nunca nos había pasado. Somos una agrupación que tocamos sikus a la manera ancestral prehispánica. Hacemos música autóctona comunitaria de origen andino con influencias urbanas. Ya era de noche, cuando empezaron a sonar los disparos. Ensayamos 100 metros dentro del Parque Chacabuco, pero ahora tenemos mucho miedo", dijo a Infobae Juan Pablo, miembro del grupo musical de Flores.
Uno de los miembros del grupo recibió tres disparos en el cuerpo. El más peligroso le impactó en el mentón. "No es un arma de juguete. Era un rifle que tiraba a repetición y creemos que debe tener muy buen alcance, porque estamos alejados de la calle y dispararon con mucha precisión", agregó Juan Pablo, quien aseguró que "nuestro guía también sufrió un disparo debajo de la axila".
En la cuenta de Facebook del grupo alertaron sobre lo sucedido para que los vecinos de la zona estén al tanto de lo que vivieron. "No sabemos quién fue, solo tenemos sospechas. Creemos que los disparos vinieron de edificios linderos que están sobre Eva Perón", sostuvo Juan Pablo.
La Unión de Sikuris de Flores nació en 2013, cuando se fusionaron dos talleres de banda de sikus que funcionaban en la zona: Asamblea de Flores y Agrupación Cultural Simón Bolívar. "Aquí vienen niños, adolescentes y adultos. De Capital Federal y del Conurbano. No hay clases sociales ni discriminación alguna: todos llegan al grupo para pasarla bien".
Desde la Unión de Sikuris se quejaron del trato recibido por parte de la Policía de la Ciudad. "El policía de guardia en el Parque nos recomendó no hacer la denuncia porque 'no saben quién disparó los balines' y que él 'no se iba a poner a tocar todos los timbres'".
El patrullero del Hospital Álvarez tampoco les tomó la denuncia (como supone el protocolo para heridos) y los mandaron a la Comisaría 13. En la 13 les dijeron que no era su jurisdicción y los mandaron a la 12, donde finalmente los atendieron.
"Es lamentable que frente a semejante peligro no actúen y maltraten a los damnificados. Claramente fue dirigido a la ronda, porque como se imaginan en el parque hay mucha gente corriendo y paseando, y los únicos heridos fuimos nosotros. En el momento de nerviosismo corrimos todos a refugiarnos de los balinazos que seguían lloviendo, cuando regresamos a buscar los instrumentos y pertenencias volvieron a dispararnos", concluyó Juan Pablo.
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