Sofía Calzetti y la decisión que cambió su vida: “Mi papá me decía: ‘¿Qué te crié para que seas botinera?’”

En Ellas, compartió cómo construyó su identidad lejos de ser “la novia de”, lanzó su propia marca deportiva y encontró en el emprendimiento y la maternidad un motor de crecimiento personal. Además, recordó el desafío de mudarse al exterior a los 21 años, el impacto del episodio cardíaco del Kun Agüero y la importancia de sostener su independencia para ser una mamá feliz y presente

Guardar
Ellas - Sofia Calzetti

Sofía Calzetti es la fundadora y directora creativa de Zettia, su marca de indumentaria deportiva. Inició su camino en las redes sociales y en 2024 ganó visibilidad desde otro lugar, al contar cómo vive su faceta empresarial mientras atraviesa la maternidad.

Su presencia en redes —especialmente en Instagram, donde reúne una numerosa comunidad— la impulsó desde sus primeros trabajos como modelo hasta convertirse en referente de estilo de vida, fitness y moda, con una estética cuidada que también funciona como vidriera de su marca.

En el plano personal, mantiene desde 2019 una relación con Sergio “Kun” Agüero, vínculo que la llevó a pasar temporadas en Manchester y a convivir con una exposición mediática mayor. Junto al Kun son papás de Olivia, de un año y pasan sus días entre Argentina, Uruguay y Miami.

Sofía Calzetti revela cómo la
Sofía Calzetti revela cómo la maternidad y el emprendimiento transformaron su vida personal y profesional. (Maximiliano Luna)

—Te convertiste en una influencer muy reconocida y quiero saber cómo te llevás con eso, porque fue progresivo, pero también fue con impacto en tu vida, ¿no?

—Es muy loco. Fui construyendo de a poco una comunidad muy alineada a lo que a mí me gusta, a lo que yo hago. El tema de emprender hoy en día me atraviesa muy fuerte la maternidad. A veces me siento una pesada porque no paro de subir fotos de Olivia. Hoy estoy trabajando con un montón de marcas que me encantan. Así que muy contenta de haber empezado con ese camino.

—¿Vos repartís tu vida entre Miami y Buenos Aires?

—Y Uruguay.

—Son una familia muy unida y se los ve así. Pero también te veo mucho con tus proyectos, tus emprendimientos y hay una individualidad más allá de la pareja.

—Cien por ciento. Fue algo por lo que trabajé un montón. Yo me fui a los 21 años, muy chica y mi vida cambió por completo. Yo acá estudiaba, siempre fui de un grupo de amigas muy grande, un montón de actividades y me fui allá, donde me encontré de repente con la soledad y estar siendo “la novia de” o “la mujer de” y esperando que alguien llegue, viviendo la vida de otro. Y me costó mucho. Fue un lugar donde no me sentía cómoda. Entonces, empecé a trabajar y a crear lo mío para poder salir de ahí. Él me súper acompaña, de hecho, mi emprendimiento, él siempre me impulsó.

—Tu emprendimiento es una bomba y lo lanzaste acá en Argentina para tener tu espacio acá.

—Sí. En realidad, primero arranqué afuera cuando vivía allá. No me fue bien. Es muy difícil insertarse en un mercado que no es de uno, ¿viste? Esto fue en España y allá es un monopolio… No me fue bien y fue una frustración muy grande porque para mí arrancar con este proyecto fue muy difícil. Siempre sentí que no tenía un talento o que no era buena en algo. Entonces fue difícil arrancar y fracasar para mí.

—¿Por qué elegís meterte en lo que es el diseño de indumentaria, particularmente de una marca de ropa deportiva como es Zettia? ¿Y en qué sentís que fallaste en esa primera etapa que te dejó una lección?

—Me metí en el rubro de la indumentaria porque mi papá se dedicó a eso toda la vida y siempre fue también algo que... La moda me encanta. Y fue indumentaria deportiva porque, en este primer momento en Mánchester, cuando yo me voy, me encontré por primera vez con la soledad y una angustia tan grande y al no saber qué hacer, lo que hacía todas las mañanas era vestirme de ropa deportiva. Me veía, me gustaba, me sentía bien y entrenaba. Y después de entrenar, que era lo único que hacía en mis días, me sentía mejor. Encontré como en el entrenamiento, esa mejoría que me hacía sentirme un poco más preparada para el resto del día. Y también con el hecho de vestirme bien después.

—Combinar las dos cosas: el rescate que te daba el deporte y seguir canchera y lookeada para tu día a día, pero sintiéndote cómoda.

—Tal cual. Entonces dije por qué no hacer esto. Y empecé con un grupo que, de hecho, se lo robé a Sergio, de un proyecto de él. Y fallé. Fallé por un montón de cosas, por inexperiencia, por ceder demasiado. Me di cuenta que no iba y que estaba divino todo y me súper divertía, pero para ir a gastar plata nos vamos, no sé, a unas vacaciones con amigas en algo que realmente tenía que ser un negocio. O sea, yo lo empecé para que sea un negocio.

—¿Y tu padre, que estuvo vinculado toda su vida a la indumentaria, qué te decía?

—Él no estaba vinculado en ese momento. Tampoco lo consultaba tanto porque estaba lejos y yo estaba haciendo mi camino, también. Cuando vine acá, que relancé la marca, ahí mi papá sí se unió. Él ya no estaba trabajando y por el amor inmenso que me tiene, empezó a vincularse. Hoy es el director más o menos de Zettia. Está muy presente en todo, como padre y en la empresa también. Me costó el proceso de volver a emprender, pero tenía todo lo aprendido. Quise volver a apostar acá, en Argentina, que es mi lugar.

“Volví a terapia a preguntarme
“Volví a terapia a preguntarme si era mala madre”: la confesión de Sofía sobre la maternidad y la culpa. (Maximiliano Luna)

—Y en el medio de todo esto también está la maternidad, que pensás que te va a detener en otros procesos y, sin embargo, a vos es como que te impulsó aún más.

—Sí, me impulsó a más. Me fue difícil al principio combinar las dos cosas. Soy una persona que idealizo mucho y la maternidad fue una de las cosas que idealicé. Y fue como un golpe al principio de pasar de tener esta independencia a, de repente... Al principio te ata un poco y me empezaba a generar ansiedad.

—Te ata mucho. Viste que nos cuesta y nos genera culpa.

—Y no solo eso sino la carga mental en general. Yo soy una persona que resuelvo todo en dos minutos, que me decís te paso a buscar en diez minutos y yo en diez minutos me cambié, me arreglé, bajé y los tiempos son otros con un bebé. Los tiempos son totalmente otros. Entonces hasta que me acomodé un poco con eso, me costó. Y en todo eso, en el medio, volví a terapia a preguntarme: “¿Che, soy mala madre?” Porque en realidad soy lo que siempre quise ser. Soy la madre que siempre quise ser. Yo luché por ser esta madre, luché por salir del lugar que estaba de Manchester y ser independiente. Construí un camino para estar donde estoy. Pero el inconsciente me juega... Yo fui criada de otra manera, con una madre que estaba 24/7 para nosotros, veo a mis amigas de la forma que crían a sus hijos y conscientemente sé qué es lo que elegí y me encanta, pero me genera culpa el decir: “¿Debería estar más con ella? ¿Soy mala madre por hacer mi vida, por ser independiente?” La gente te dice: “Crecen rápido, son muy chiquitos”. Y es verdad.

—Pero en paralelo, la vida de uno también pasa...

—Cien por cien. Y yo creo que lo más importante es que ellos tengan padres felices. Y yo soy feliz de esta manera. Yo vuelvo a mi casa con una alegría, extrañándola todo el día, pero vuelvo recargada.

—¿Y pudiste entender rápidamente que no eras mala madre por tener tu independencia y por poder conjugar a la Sofi individual con la Sofi mamá?

—Sí, pero son fantasmas que a veces tenemos en la cabeza. Pero en realidad en el fondo, en mi lado consciente, sé que estoy haciendo lo correcto o lo que a mí me hace feliz.

—Está claro que es tan mágico como arrollador ser mamá, pero más allá de tu experiencia personal, vos iniciaste una vida con un hombre que ya era papá. ¿Cómo fue este proceso interno?

Benja la verdad que es un encanto. Yo lo amo y me fue sencillo… Nunca tampoco vivimos juntos. Él está un tiempo con nosotros y un tiempo no. Y el hecho de la llegada de Olivia a Sergio, fueron muchos años de diferencia entre uno y el otro. Benja tiene 16, entonces era como un volver a arrancar. Pero obviamente que tenía la experiencia. Yo siempre cuento que la primera semana yo la veía tan frágil, tan bebita, no sabía ni cómo agarrarla para cambiarle un pañal y él la primera semana estuvo súper desenvuelto, cambiándole los pañales.

—O sea que se acordaba.

—Se acordaba a la perfección. Así que fue como un gran apoyo y soporte para mí en ese momento.

—Más allá de que se los ve muy sólidos con un vínculo de años. ¿Cómo fue el inicio? Teniendo en cuenta que vos estabas haciendo tu vida, estudiando y de golpe entrás en una pareja de un hombre hiperfamoso con un chiquitín, con una mamá hiper famosa y un exsuegro hiperfamoso. ¿Cómo se logra transitar eso en paz?

—Yo soy una persona que tengo paz, no busco el problemas ni el conflicto. Entré muy tranquila y por suerte siempre tuve aceptación de todos, especialmente de Benja…

—¿Tuviste miedo en algún momento?

—Miedo no. La verdad que no. Creo que también era chica, 21 años, ni me pregunté, ni me replanteé (risas). Quizás hoy sería distinto. Él también tenía 9 años, era chico. Lo que sí me costó más fue que Sergio era una persona tan famosa que fue el cambio de vida fue grande, dejar todo acá...

—¿Al toque te fuiste a vivir con él?

—Sí porque él vivía allá sino era imposible.

—¿Y qué te dijo tu familia? ¿Qué te dijeron tus amigas cuando les dijiste: “Chicas, me voy a vivir con el Kun Agüero”?

—No, mi papá al principio estaba súper negado. No lo podía aceptar. Pero después lo conocieron a él y enseguida se dieron cuenta de cómo es. Uno a veces tiene muchos prejuicios sobre un jugador de fútbol. Mi papá me decía: “¿Qué te crié para que seas botinera?” O sea, no entendía. Se sentó en un sillón enfrente mío, tipo charla seria... Mi papá da todo por nosotros. Está todo el tiempo acompañándome. Y en ese primer momento no estaba de acuerdo y me revoleó el pasaporte. Me dijo: “Yo no estoy de acuerdo con lo que vos estás haciendo”. Fue súper fuerte. Están separados mis papás. Y mi mamá siempre fue más de apoyarme. Mi papá siempre fue más el de la regla, el límite... Mi papá estaba negado.

La superación de prejuicios y
La superación de prejuicios y la búsqueda de felicidad personal guiaron las decisiones de Sofía en su vida y carrera. (Maximiliano Luna)

—Son muy familieros los dos, vos compartís en tus historias cuando viaja tu madre, cuando estás con tu papá y te acompaña en el negocio, me imagino que vivir yendo y viniendo fue un proceso complejo también. ¿Cómo te organizás?

—Bueno, al principio, cuando a Sergio le pasa lo del corazón, que queda fuera de un momento para el otro, no es que nosotros teníamos planeado cómo continuaba nuestra vida, en realidad nuestra vida, sí continuaba en Barcelona. Pero de repente todo eso de un día para el otro desaparece. Al principio fue muy duro el hecho de estar nómade con una valija. Por más hermoso que sea el hotel, no te podés ni armar un café. Hoy tengo mis tres casas armadas con toda la rutina. Intento llevarme a los tres lugares un orden porque necesito mi paz, mi estabilidad. Tengo la dinámica armada en los tres lugares. Yo la verdad que soy una persona que me adapto a todo. Pero sí tengo que en algún momento ponerme a pensar dónde nos vamos a establecer, la verdad que todavía no lo sé.

—Decís: “Me adapto a todo” y mencionaste el episodio de Sergio, que uno siente que fue como hace un millón de años, pero no fue hace tanto. ¿Cómo fue acompañarlo en ese proceso y cómo lo viviste vos?

—La verdad que en el momento que lo vivís capaz que no sos tan consciente o por lo menos yo tengo esa personalidad de sostener. A él le pasa lo del corazón en un partido, va al hospital, está tres días en terapia intensiva y yo tenía que irme. No me dejaban estar. Lo recuerdo y me genera mucha angustia, pero tenía que darme vuelta y dejarlo solo, ahí todo enchufado en una cama, e irme. Y el diagnóstico fue tremendo. Estábamos él, la mamá de él y yo. Y el médico lo mira y le dice: “Mirá, yo te puedo controlar absolutamente todo, pero nunca voy a saber qué te puede pasar en un partido. Si vos fueras mi hijo, yo te diría que hasta acá, que dejes el fútbol acá“. Fue un momento muy duro. La madre llorando, desconsolada. Pero él ya venía rearmándose con nuevas ideas y proyectos hace tiempo. Él es una persona muy inquieta, que le gusta aprender, crear y emprender. Entonces, desde ese lado, pudo hacer toda su carrera. Le quedaba el mundial por delante, que a mí me generaba dolor, pero no lo vi sufrir tanto desde ese lado. Él lo vivió con mucha alegría, con mucha felicidad. Es como una persona que tiene eso, que no es que se queda mal por el hecho de no estar, sino que valoró todos los años que sí estuvo. Lo que sí me costó sostener al principio era ese miedo de él a morirse, que lo sigue teniendo a veces hasta el día de hoy. O que le pase algo...

—Claro. Uno empieza a ver más tangible la muerte. Todos sabemos que nos vamos a morir, pero debe ser duro ese diagnóstico...

—Empezás a sentir que algo no está bien y que te puede pasar en cualquier momento. E imagino que mismo lo que él habrá sentido en ese partido, el corazón yéndose...

—Si te ponés a pensar en todo lo transitaste en estos últimos años: la maternidad, el episodio de salud de Sergio, la exposición, el fallecimiento de Diego, que me imagino que resonó en tu núcleo familiar, y pudieses tomarte un mate con la Sofi que le contó a su familia que se iba a vivir afuera con el jugador de fútbol. ¿Qué te dirías?

—¡Uf! Que tiene muchísimo que recorrer y aprender por delante. Pero que va a conseguir todo lo que quiere y que se propuso. Que siga con esa constancia, con esas ganas, que todo va a terminar donde ella quiere.

—Y si pudieses ir al archivo de tu vida y sacar una foto, de un momento, una escena y volver a vivirla, ¿cuál sería?

—Se me viene una que viví hoy. Es la que más presente que tengo de recién con Oli a upa, bailando en el baño, mirándonos entre las dos al espejo y con una conexión que digo: “Esto me quiero llevar”. Lejos de la tecnología y de todos las distracciones que tenemos todo el tiempo, un momento realmente en presente. Siento que hoy en día con la cantidad de cosas que nos pasan por día y la vida que llevamos, a veces vivimos un poco desconectados y valoro esos momentos. Cuando sos cien por ciento presente.

Últimas Noticias

Convivir en trío: “Hay más prejuicios por ser una trieja que por nuestra sexualidad”

Ariel y Guillermo están juntos hace nueve años y son un matrimonio. Nino llegó como amigo y, con el tiempo, se sumó a la relación, formando un vínculo de a tres. Entre prejuicios y desafíos cotidianos, ¿cómo es vivir y amar de esta manera?

Convivir en trío: “Hay más

De la pasión heredada al podio internacional: la historia de Nicolás Varrone, el chico que creció entre autos, desafió el camino tradicional y llegó a la Fórmula 2

En Random, el ciclo de entrevistas de Infobae, el piloto analizó el recorrido que lo llevó desde el Endurance hasta su regreso a las categorías formativas. Además, exploró el impacto del auge automovilístico en Argentina, detalló cómo gestiona la creciente exposición pública y compartió por qué la exigencia de las carreras de 24 horas fue determinante para fortalecer su paciencia y redefinir su estrategia en la pista

De la pasión heredada al

Ser intensa, creativa y no encajar: la búsqueda de Maru Merlo Lovatto para reconciliarse con su cerebro

En Del otro lado, el ciclo de entrevistas de Infobae, la creadora de contenido y comunicadora habló de su vida como persona neurodivergente y del diagnóstico de TDAH que marcó su infancia. Relató cómo fueron los años en los que no encajaba en la escuela, repasó el proceso de transformar el dolor en conocimiento y destacó el rol clave de su comunidad en ese camino

Ser intensa, creativa y no

Majo Riera, la mamá de Lali: “Empezaba la quimio y tomé la decisión de separarme después de 34 años”

“Me puedo morir”, pensó. Atravesar el cáncer de mama le cambió la vida inmediatamente. Después de la operación se fue de su casa matrimonial y sus amigas se mudaron con ella para acompañarla durante los tratamientos. Cuando la hija es la jefa: contratos, giras, negociaciones. El día que Lali se escapó de la casa para ir al primer casting porque Majo no quiso llevarla

Majo Riera, la mamá de

Mora Godoy: “¿Sabés lo que me divertí con algunos siendo muy infiel?”

La bailarina revela en una charla íntima los altibajos de una artista que lleva décadas en el medio. Confiesa infidencias de su vida abajo del escenario, desde las infidelidades y sus inversiones inmobiliarias hasta los embates de la menopausia y la muerte de su papá. Y también habla de su disputa legal contra Mariana Brey y de sus shows privados para príncipes

Mora Godoy: “¿Sabés lo que
MÁS NOTICIAS