Chori Domínguez: “Con Cavenaghi presionamos tanto a la dirigencia en mejorar cosas que eso generó malestar”

Leo Montero entrevistó al ex futbolista en Random, el ciclo de Infobae. Recordó cómo vivió el ascenso de River y reveló por qué tuvo que dejar el club luego de ese logro. Además, se refirió a las exigencias y presiones que viven los deportistas.

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RANDOM CHORI DOMINGUEZ

Alejandro Domínguez, conocido deportivamente como El Chori Domínguez, es un exfutbolista argentino que se destacó en su carrera como mediocentro ofensivo. Hizo inferiores en Lanús, pero debutó en Quilmes en 1999.

En 2001 se sumó al platel de River Plate, donde se consagró campeón en dos oportunidades y obtuvo un subcampeonato en la Copa Sudamericana 2003. También integró la selección de fútbol de Argentina sub-20 y fue campeón de la Copa Mundial de Fútbol Sub-20 de 2001 disputada en Argentina.

En 2004, obtuvo su pase a Europa. Jugó en el FC Rubín Kazán de la Liga Premier de Rusia y en el FC Zenit San Petersburgo. En 2009, fue traspasado de nuevo al FC Rubín Kazán y en diciembre de ese mismo año se unió al Valencia CF.

En 2011 se concretó su regreso a River, tras el descenso a la Nacional B. El Chori había manifestado su deseo de volver al club para pelear el ascenso junto a Matías Almeyda, quien había disputado su último partido como jugador y se transformó en entrenador para sacar adelante al equipo, a su compañero Fernando Cavenaghi y al resto del plantel, integrado en su mayoría por jóvenes talentos.

En 2012 lograron el cometido del ascenso, pero River decidió que vuelva a Valencia. A los pocos meses, fichó en el Rayo Vallecano de Madrid. En 2013 integró el Olympiacos FC y en 2017 volvió al Rayo.

Tras no haber renovado el contrato con dicho club, en 2018 el futbolista argentino decidió retirarse del fútbol para pasar más tiempo con su familia. Es padre de tres hijos que, a pesar de su corta edad, siguen su legado en el deporte.

Alejandro El Chori Domínguez en una charla íntima en Random. (Matías Arbotto)
Alejandro El Chori Domínguez en una charla íntima en Random. (Matías Arbotto)

Leo: — ¿Quién te pone el apodo?

Chori: — A mí me dejan libre a los 15 años en Lanús, en la 8va, y mirá cómo son las vueltas de la vida que cuando uno está marcado y tiene que ser algo lo es sin importar lo que pase. Voy a Quilmes y por esas cosas de que vengo de un equipo que estaba en Primera empiezo a jugar enseguida. Me hacen un lugar en el equipo, entonces siempre hay uno o dos que son los más chistosos del equipo. Empezaron a decir: “Este choripán que viene acá, juega, ¿de dónde salió?”. Y me empezaron a decir choripán, chori, chori y quedó. Hoy a algunos les decís Alejandro y no saben quién soy.

Leo: — ¿Cuándo eras chico como quién querías jugar? ¿Quién era tu ídolo?

Chori: — Me gustaba mucho Enzo Francescoli y Diego Maradona, obviamente, todos queríamos copiarlo, queríamos caminar como el, usar los botines de él, las medias, era increíble.

Leo: — Me imagino que habrá sido fuerte después de grande conocerlo a Enzo en River, ¿cómo es tu relación con él?

Chori: — Es muy buena y sí fue fuerte. Tengo gracias a Dios la suerte de cruzármelo en casi todos los partidos, de ver también a Beto Alonso y agradecido de poder tener la posibilidad y la alegría de poder verlos, de poder charlar porque aparte son muy amables, muy respetuosas, es un placer.

El mundo River

Ser uno de los clubes más grandes del país tiene satisfacciones, pero también implica mucha responsabilidad para todos los integrantes del plantel, los directivos, el cuerpo técnico y demás piezas del armado de la institución.

La necesidad de sostener en el tiempo los buenos resultados y seguir cosechando éxitos conforme van pasando los años y frente al cambio de figuras, se torna imprescindible. ¿Cómo ve esta situación El Chori?

“Me quedó un sabor amargo de no poder seguir en River después del ascenso”, admitió Domínguez.
“Me quedó un sabor amargo de no poder seguir en River después del ascenso”, admitió Domínguez.

Leo: — ¿Sentís que es exagerada la crítica que recibe Martín Demichelis?

Chori: — A veces puede llegar a ser un poco desmedida, pero es la exigencia, es lo que genera River, Boca, los equipos grandes generan esto. Lo que sucede es lo que sabemos todos. La continuidad de Marcelo Gallardo y tantos logros y ver un equipo ensamblado y jugando de determinada manera, cualquier cambio ya sea mejor, peor, bueno o malo, iba a dar mucho que hablar y creo que es muy valorable lo de Martín porque no sé si todos querían estar en ese lugar y agarrar ese puesto que iba a ser muy difícil convencer o acostumbrar a la gente a jugar de otra manera también.

Leo: — El mismo récord y estadía que tiene Demichelis hoy en día, si no existiese Gallardo, ¿crees que estaría siendo visto de otro modo?

Chori: — Posiblemente sí porque esto es como todo, cuando hay un cambio de entrenador o en la parte directiva, todo genera una revolución. Jugadores que se van, jugadores que vienen, siempre se necesita un tiempo para que el equipo se conozca para que los nuevos jugadores entiendan un poco lo que es el mundo River, lo que exige el club, que dentro de todo, más o menos, lo van entendiendo y tenés poco tiempo. No tenés el tiempo que tenés en otros equipos. Por eso, muchas veces que decís: “Este en este equipo la rompe” y capaz que llega a River a Boca o a cualquier equipo grande y parece que no fuera el mismo jugador. Suele pasar eso.

Leo: — ¿A vos te pesó River alguna vez?

Chori: — No, pero quizás porque era un poco inconsciente. Eso tiene que ver mucho con la personalidad del jugador. Yo entraba a jugar y más allá de la responsabilidad que tenía, interiormente sabía lo que podía dar y eso era una fuerza interior mía. Pero no llegaba a dimensionar lo que generaba todo eso o estar ahí adentro. Después con los años fui madurando un poco más y tomaba las cosas de otra manera, más compromiso. Eso también te lleva a otro extremo y no está bueno ni uno ni otro.

Descenso y ascenso

El club de Núñez vivió el peor capítulo de su historia el 26 de junio del 2011, contra Belgrano de Córdoba, en su propia casa. Empató 1-1 en el partido de vuelta de la Promoción y consumó su caída a la B Nacional tras un resultado global de 1-3.

Un año después, el 23 de junio de 2012, dio por finalizada su peor pesadilla y ascendió nuevamente a Primera División, tras vencer a Almirante Brown en el Monumental.

Leo: — ¿Qué te dice la gente sobre ese gesto de volver en el peor momento de River y qué es lo que faltó contar en esa historia que terminó siendo feliz?

Chori: — Nosotros vivíamos un nivel de exposición y de estrés continuo porque siempre sucedía algo y el capitán que en ese momento era Cavenaghi, y después dos o tres grandes que estábamos, siempre teníamos que ir explicando o saliendo a decir algo públicamente en el Nacional B.

Fernando Cavenaghi y el Chori Domínguez vistiendo la camiseta de River.
Fernando Cavenaghi y el Chori Domínguez vistiendo la camiseta de River.

Leo: — ¿Qué cosas pasaron? ¿Problemas con Daniel Passarella, con la dirigencia?

Chori: — En ese momento nosotros nos pusimos un objetivo. Lo primero que intentamos desde el primer día que llegamos fue encaminar un grupo que era de muchos jóvenes y que veníamos que no había un orden, no había una organización y eso fue lo que intentamos hacer, poner reglas mínimas de convivencia, de grupo y de tratar de llevarlas a cabo, pero siempre con empatía, acompañando y creo que ahí tuvimos siempre el acompañamiento de los jóvenes que venían más grandes y de los jóvenes también.

Leo: — ¿Te preguntaste qué hubiera pasado si River pertenecía más de un año en la B? ¿Hubiese sido caótico?

Chori: — No, nunca lo pensé ni me lo imaginé. Tenía que ser sí o sí. Siempre lo pensé así, no di lugar a pensar que podía estar un año más. La gente iba a la cancha, hubo movilizaciones en todos lados, donde íbamos los estadios estaban llenos, en todas las provincias donde jugamos tuvimos un apoyo muy grande desde ese lado. Cuando un equipo grande desciende hay problemas por todos lados. Cuando hablo de fútbol soy objetivo. Saco el fanatismo de lado y digo que la consecuencia de varios años haciendo mal las cosas es lo que le sucedió a River, que es el descenso.

Leo: — ¿El descenso fue lo peor de la historia de River?

Chori: — Yo creo que sí. Después cuando yo evalúo o analizo también que los dos equipos más importantes se enfrentan, es lo que también queda. Vamos a competir a ver quién es el mejor y hay una realidad: el que gana es el mejor. Esto como el que sale campeón, por algo salió campeón.

Leo: — ¿Qué análisis merece esa recuperación?

Chori: — Una vez que ascendió hubo siete u ocho años de un River que a la gente le da gusto ir a la cancha y ver el juego.

Su ida de River

Luego de llegar al club en el peor momento y esforzarse por alcanzar el ascenso, se preveía que El Chori pudiera jugar en Primera con el club de sus amores, pero debió volver a España. ¿Qué pasó?

Leo: — Te fuiste ese mismo año del ascenso, ¿por qué?

Chori: — No me fui porque quería. En principio, yo tenía que volver a Valencia porque tenía que cumplir un contrato. Pero yo tampoco quería seguir en el Valencia, ellos tampoco tenían muy en claro mi continuidad y me podía haber quedado, pero en ese momento el presidente de acá (Passarella) decidió que no continuara y volví porque el dueño de mi pase era el Valencia.

Chori: “Cuando un equipo grande desciende hay problemas por todos lados”. (Getty)
Chori: “Cuando un equipo grande desciende hay problemas por todos lados”. (Getty)

Leo: — Pero si Pasarella y compañía hubieran querido que te quedarás, ¿podrías haber estado un año más?

Chori: — Sí, podría haberme quedado porque hubiésemos llegado a un acuerdo. A mí me quedó ese sabor amargo. Después de eso no pude volver. Siempre pensé que en algún momento iba a poder hacerlo. Hubo una posibilidad un año, pero yo había pasado al Olympiacos de Grecia y era imposible salir de ahí.

Leo: — El gesto que tuvieron vos y Cavenaghi de hacer lo imposible para volver a River en un momento crítico y después de ascenderlo, que del lado de la dirigencia no hagan el esfuerzo para retenerte supongo que te habrá dolido.

Chori: — Sí, pero con el tiempo aprendí a que a veces las cosas hay que aceptarlas y seguir para adelante. Yo no lo dije nunca. En ese momento di vuelta la página, con el tiempo, retomé contactos con compañeros porque es como que yo desaparecí. Tuve que hacer como ese duelo y dije: “Se cerró esto, tengo que seguir”. Habíamos hecho un desgaste muy grande.

Leo: — ¿Cómo te lo comunicaron que no seguías más en el club?

Chori: — Estábamos con Fernando en un programa y cuando salimos nos encontramos con la noticia de que no seguíamos en River. Lo que nos sucedió a nosotros como capitán y subcapitán es que presionamos tanto a la dirigencia en ciertas cosas para mejorar que eso generó malestar. Esa es la realidad, no hay mucho más. Son las reglas del juego. Muchas veces cuando tenés ese rol estás expuesto a que sucedan esas cosas porque siempre te tenés que anteponer al grupo. Vos sos la voz del grupo, el que tiene que pelear por el grupo y en ese momento nos tocó eso, pero también nos fuimos con el orgullo de saber que se habían conseguido un montón de cosas, aparte el agradecimiento hasta el día de hoy de toda la gente de River. Cuando ponés la cara, te ponés adelante y peleas por lo que tenés que pelear, muchas veces sucede esto.

Leo: — ¿Perdiste dinero por venir a River en ese momento?

Chori: — Sí, pero en ese momento la situación era distinta. No me arrepiento porque hoy tengo el cariño de la gente, tuve la posibilidad de volver a jugar en el club después de que me había ido a jugar a Rusia de una manera medio extraña, me había tenido que operar del tobillo y no había podido estar al 100 como me hubiera gustado, entonces se juntaron varios factores.

Ser futbolista

Leo: — ¿La fama, el éxito y el dinero que van ganando a lo largo de la carrera, sentís que los aleja de la gente?

Chori: — Sí. Un poco el sistema te hace que te alejes, pero no hay que olvidar de donde venís. Yo recuerdo que cuando era chico iba a alcanzar pelotas y me desesperaba por la firma de un jugador, por una foto, un abrazo. Hay que ir para atrás y recordar todo eso, tener empatía con la gente. Actualmente, a nosotros nos van a ver un montón de gente a las leyendas, al Señor, que jugamos los lunes. Yo no tengo problema de quedarme una hora firmando camisetas, sacándome fotos porque es una caricia, una alegría para las dos partes.

Domínguez: “Recién ahora se van incorporando la salud mental o cómo manejarse financieramente en la carrera profesional”. (Matías Arbotto)
Domínguez: “Recién ahora se van incorporando la salud mental o cómo manejarse financieramente en la carrera profesional”. (Matías Arbotto)

Leo: — ¿La experiencia les va dando esa perspectiva?

Chori: — Creo que el jugador se va formando, es una carrera, si bien lamentablemente no hay mucha gente que pueda hacer lo que le gusta, lo que le apasiona, el jugador se prepara, es una carrera como cualquier otra. Es verdad que tiene otros beneficios por lo que genera, por lo que mueve el fútbol, pero el jugador va pasando inferiores, juveniles, categoría amateur y muchas partes de lo que es la formación. Se tiene que preparar. A veces pasa que con la velocidad con la que ocurre todo, muchos llegan antes, entonces hay algunas cosas que te vas saltando o que recién ahora se van incorporando como, por ejemplo, la salud mental o cómo manejarse financieramente.

Leo: — Es muy probable que, al arrancar la carrera de tan chicos y con tantas responsabilidades se equivoquen en algunas o en varias áreas, ¿la gente lo entiende eso o los juzga?

Chori: — No sé si lo entienden. Depende mucho también de la gente que te rodea que pueda ayudarte y tratar de encaminarte porque cuando estás ahí, estás en una burbuja, en un pedestal en donde tenés plata, poder, fama. Querés algo y lo tenés a los dos segundos y lo más normal es que te equivoques y más siendo tan joven. Pero afortunadamente, hoy se le está dando más lugar a todos estos temas nuevos que salen con, a veces, noticias lamentables de cosas que les suceden a los jugadores, pero que en definitiva todo sirve para dar a conocer que hay una exigencia alta con el jugador y al final es un ser humano igual que cualquiera.

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