Navarro Montoya en Random: “Desde chico decía que si no era futbolista iba a ser profesor de historia”

Leo Montero entrevistó al ex futbolista en el ciclo de Infobae. Contó cómo fueron sus inicios en Vélez y la responsabilidad que afrontó al jugar en Boca, cuál es el origen de su apodo y cuánto influyó su amor por la lectura al convertirse en un analista deportivo en los medios.

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"Mono" Navarro Montoya en Random: "Si no era futbolista, iba a ser profesor de historia"

Carlos Fernando Navarro Montoya, apodado el mono, es un exfutbolista, entrenador y comentarista deportivo. Nació en Colombia mientras su padre, Ricardo Jorge Navarro, también arquero, jugaba en ese país.

Se dedicó al fútbol profesional durante 25 años y logró una de las carreras más extensas de la historia del fútbol argentino. Dio sus primeros pasos deportivos en las divisiones juveniles de Vélez Sarsfield, pero la mayor parte de su carrera la transitó en Boca Juniors.

En el club xeneize jugó ocho años y se convirtió en un referente e ídolo debido a sus grandes actuaciones. Conquistó 5 títulos, disputó 400 partidos oficiales, convirtiéndose en el quinto jugador con más partidos en Boca.

“Del fútbol no me voy a ir nunca, me voy a morir siendo futbolista”, confesó Navarro Montoya.
“Del fútbol no me voy a ir nunca, me voy a morir siendo futbolista”, confesó Navarro Montoya.

Jugó en España, en Colombia, en Brasil y terminó su carrera, en 2009, a sus 43 años, en Uruguay. Fue dirigente, entrenador y hoy es formador de futbolistas en un proyecto propio que lleva su nombre.

“Yo doy los entrenamientos, los diseño y los llevo a cabo. Me fascina la formación, la docencia deportiva, en este caso focalizada en el fútbol”, remarcó el deportista que trabaja con la tecnificación individual basada en procesos metodológicos de Europa.

También integra el equipo del programa Fútbol 90 en ESPM, donde analiza la actualidad deportiva junto a glorias del deporte nacional y periodistas.

Navarro Montoya: "El deporte genera una conducta que tiene que ver con la disciplina y ayuda desempeñarte en la sociedad”.
Navarro Montoya: "El deporte genera una conducta que tiene que ver con la disciplina y ayuda desempeñarte en la sociedad”.

La lectura y la historia

Los futbolistas inician sus carreras deportivas a muy temprana edad y en paralelo realizan sus estudios formales en el secundario. Pero son muy pocos los que pueden desarrollan a futuro una profesión por fuera de la exigencia del deporte profesional.

Navarro Montoya explicó qué hubiera elegido en caso de que no se le abrieran posibilidades en el fútbol y destacó como una herramienta clave para todo deportista la importancia de saber comunicare correctamente.

Leo: — Con tus comentarios en televisión, en ESPN, se nota que sos leído, instruido, ¿siempre fuiste así o te formaste con los años?

Carlos: — Desde chico decía que si no era futbolista iba a ser profesor de historia. Lo que conlleva que, a los que nos gusta la historia, a tener un compromiso con la lectura. Soy de leer mucho, de todo, pero me atrapa la historia del mundo. Los libros que leo tienen que ver con lectura contemporánea, no leo ficción. Me gusta más leer historias que tiene que ver con la realidad de nosotros, de nuestra historia, de nuestra vida.

Leo: — ¿Cuánto ayudo tu lectura, tu vocabulario, tu visión y tu experiencia para ser respetado no sólo por tu trayectoria sino también por tus opiniones?

Carlos: — Yo creo que lo que más me ayudó fue primero las vivencias que tuve, los maestros que tuve para poder afrontar esas vivencias y después síla comunicación es importante porque si vos no comunicas bien todo ese bagaje de vivencias pierden valor porque no llegan de la manera adecuada. Yo creo que me ayudó a la hora de comunicar el poder conocer y viajar sin estar en el lugar porque el libro lo que te permite es eso, viajar a un lugar, a un momento, sin obviamente estar físicamente allí.

Leo: — Cuando sos noticias en los medios o en las redes, ¿lo lees, te acostumbraste a ser noticia por algo que digas?

Carlos: — Trato de leer lo que sale. Me quedó el hábito de observarme nuevamente. Me pasaba jugando. Dentro de las posibilidades que teníamos, yo trataba de observarme, de mirar para mejorar. Siempre me pasó y ahora me pasa también porque hay veces que me equivoco. Me equivoco como lo digo o en un pensamiento. Yo creo que el arrepentimiento forma parte de una calidad humana. Cuando uno se equivoca, se arrepiente y está buen decirlo. Yo trato siempre de empezar mis reflexiones diciendo: “Puedo estar equivocado”. Precisamente, porque puedo estarlo yo no tengo la verdad. Tengo vivencias y a veces la espontaneidad te lleva a equivocarte también.

Leo: — ¿Sos calentón? ¿Sos de reaccionar ante algún conflicto o crítica?

Carlos: — Soy calentón y soy reflexivo. Pero a veces la reflexión no elude al temperamento o a la espontaneidad de lo que surge. El fútbol trae disputa, discusión y es algo sanguíneo y a veces surge. Uno trata de aplacarlo.

¿Por qué le dicen "Mono" a Carlos Navarro Montoya?

El mono y el loco

La admiración hacia otra persona muchas veces inicia como una copia o imitación en el camino hacia encontrarse a sí mismo. Esto es lo que le ocurrió a Carlos cuando dio sus primeros pasos en el deporte.

Pensaba que iba por un buen rumbo, pero encontró un consejo que cambió su perspectiva y lo ayudó a encontrar su verdadera esencia tanto dentro del campo de juego como en su vida personal. ¿Qué pasó?

Leo: — Cuando mirás para atrás todos los logros deportivos que tuviste, ¿qué te genera?

Carlos: — Me genera primero una distinción porque en definitiva el hincha es el que elige a quien admirar y con quien sentirse identificado y, en segundo lugar, es continuar la cadena porque yo a la vez tuve a mi ídolo, al que iba a ver, al que imitaba y al que admiraba que fue el Loco Gatti. Por ahí no miraba el partido sino como se movía él. En el fútbol se da mucho esto, es una correlación de sentimientos y de afectos que te movilizan y que atraviesan generaciones.

Leo: — ¿Qué es lo mejor que le copiaste al Loco Gatti o lo que mejor te salía de lo que él hacía y vos admirabas?

Carlos: — Eso de estar un paso adelantado, de anticiparse. Yo siempre digo que lo último que tiene que hacer un arquero es atajar. Antes de eso hay muchos pasos para evitarlo y los que entendemos el arte de atajar de esa manera es lo que tratábamos de hacer y es muy difícil porque lo más fácil es que la jugada se desarrolle, evolucione y vos atajes. Pero lo otro conlleva una serie de compromisos cognitivos, compromisos de concentración, de visualizar la jugada desde el inicio. Yo digo que el primer arquero jugador fue Amadeo Carrizo, después siguió el Flaco Herrera, el Loco Gatti. Nosotros jugábamos hace 50, 60 años, 40 o 30 en mi caso, como ahora se demanda a los arqueros que jueguen. Eso de jugar mucho con los pies, de participar del juego. Somos el último defensor, pero también somos el primer atacante y ese es el concepto que siempre fue como un Leitmotiv de mi manera de atajar.

Leo: — ¿Por qué te pusieron de apodo Mono?

Carlos: — Me lo pusieron en las inferiores de Vélez. Empezaron a llamarme Loco, porque yo me vestía como el Loco Gatti, lo imitaba con vincha, bermuda y creo que me hizo bien lo que pasó. Porque una vez el Toto Lorenzo, en el primer entrenamiento, cuando yo llego a primera división, que me leva él con 16 años, yo no podía ser ni el 10 mo arquero de la Primera. Y él me vio llegar y me echó del entrenamiento. “Vaya y cámbiese”, me dijo. Cuando vuelvo, me dice: “¿Sabe por qué lo eché?”. Yo ni hablaba y le hago con la cabeza que no, que no sé. “Usted tiene que aprender una cosa. Usted está acá porque pienso que va a ser el mejor arquero del mundo, pero tiene que aprender que el Loco Gatti ya existe. Usted tiene que ser Navarro Montoya”, me dijo. Una enseñanza extraordinaria en el primer día. Ahí nació el mono.

Desde el 2021 abrió un complejo escuela donde transmite sus conocimientos sobre fútbol a los más chicos. (Maximiliano Luna).
Desde el 2021 abrió un complejo escuela donde transmite sus conocimientos sobre fútbol a los más chicos. (Maximiliano Luna).

Tres generaciones

Como un legado que trasciende las épocas, Ricardo fue el primero que se desempeñó como arquero y Carlos siguió casi inconscientemente esos pasos, guiado por un instinto que lo ubicó desde muy pequeño en el arco. Años más tarde, Ezequiel -hijo de Carlos-, eligió el mismo destino para sellar la tercera generación debajo de los tres palos.

Leo: — Tu papá fue arquero, vos también lo fuiste y ahora lo es tu hijo, ¿qué pasó en esa familia?

Carlos: — Sí, tres generaciones de arqueros. Yo creo que debe haber algo genético porque vos sabes que ni mi papá conmigo ni yo con mi hijo dijimos: “Andá al arco”. Jamás. Yo me encuentro jugando en Floresta, en la plaza Vélez Sarsfield, que es donde primero jugué, entre un árbol y un montoncito de ropa, en el arco. Yo solo me puse ahí.

Leo: — ¿Lo viste jugar a tu papá?

Carlos: — No lo vi a mi papá jugar. Eso es algo que me hace pensar que hay una influencia genética porque yo no lo vi a mi viejo jugar en Colombia, en Perú. Yo nací en Colombia y a los tres meses ya estaba acá. Mi mamá sí es colombiana. Mi papá se enamoró de ella allá cuando jugaba. Mi hijo sí me vio atajar, pero yo jamás le dije: “Andá al arco”. Yo nunca le puse los guantes. Él se ponía solo los guantes y decía: “Yo quiero ser como papá”.

Leo: — ¿Cuándo lo viste en el arco por primera? ¿Qué sentiste?

Carlos: — Yo vivía en España y él empezó a atajar ahí en las infantiles en la escuela de fútbol del Atlético Madrid, pero porque él quiso. “Quiero ir a atajar, papá”, me decía. Ahí lo acompañé y lo acompaño hasta el día de hoy. Hoy tiene 26 años y está jugando en un equipo del ascenso italiano. Está haciendo su carrera, que empieza más tarde, pero también termina más tarde. La vida útil de todos los deportistas se ha extendido debido al avance que ha aplicado la tecnología en el deporte, eso ha favorecido a que la vida del deportista sea más longeva.

Leo: — Algunos llegaron a atajar hasta los 45 años, ¿vos hasta qué edad?

Carlos: — Pedrito Catalano atajó hasta los 44, 45 años. El Loco Gatti lo mismo. Yo jugué 25 años, hasta los 43. Soy de los futbolistas con más partidos en la historia del fútbol argentino.

"Mono" Navarro Montoya en Random: "Es difícil jugar y vivir como jugador de Boca"

Boca y Vélez

Carlos vistió la camiseta azul y amarillo durante ocho años y se convirtió en un referente del club. Sin embargo, sus primeros pasos deportivos los dio en Vélez, lugar que aún hoy siente como su hogar.

Leo: — ¿Cómo fue la experiencia de jugar en Boca?

Carlos: — Es muy difícil jugar en Boca. Es muy complejo atajar ahí. Es una responsabilidad muy grande porque todo lo que haces en Boca tiene una trascendencia enorme, tiene otra masificación porque a aparte no es solo jugar sino vivir como jugador de Boca. Por eso el futbolista tiene que entender que es jugador las 24 horas. Eso no quiere decir que te inhiba de tener tu vida, de tener tus momentos y disfrutar con la familia, con los amigos, de poder salir, cenar, pero siempre teniendo en cuenta que estás representando a un club, a un escudo, en el caso de Boca, de uno de los equipos más importantes el mundo.

Leo: — Tu primer hogar fue Vélez, ¿cómo te sentiste ahí?

Carlos: — Sí, mi casa. Sin Vélez yo no hubiera existido. Tuve la fortuna de caer en un club que sigue siendo en lo social el número uno. Yo llegué a Vélez en el 81 así que han pasado años. Y sigue siendo el número uno en lo social, en lo formativo. Tuve grandísimos formadores en Vélez, grandísimos compañeros, en un momento fundamental de mi carrera que es donde se solidifican los cimientos y puedo decir que tuve la fortuna de estar un club excepcional.

Leo: — Jugaste en España, ¿sentís que ese fue tu mejor momento?

Carlos: — España fue una experiencia que yo quería tener. No es una experiencia que a mí me movilizaba, pero la quería vivir por eso tomé el reto de ir a jugar a un equipo muy chico como lo era Extremadura, saliendo de un equipo muy grande como Boca. Después estuve en Mérida y Tenerife. Yo quería jugar ahí, quería ver cómo era, jugar con mi estilo, con mi forma y la verdad que me resultó placentero porque fui reconocido, jugué en equipos chicos, difíciles, que siempre peleaban el descenso, pero la gente y el periodismo me puso en un lugar muy alto. Y los futbolistas y los arqueros, los Casilla, los Valdés, tomaron cosas mías, ellos mismo lo dicen, así que me gustó la experiencia.

El Mono tuvo una carrera de 25 años en el fútbol. Tras su retiro continuó ligado al deporte como entrenador y ahora como formador de juveniles.
El Mono tuvo una carrera de 25 años en el fútbol. Tras su retiro continuó ligado al deporte como entrenador y ahora como formador de juveniles.

El deporte como enseñanza

Leo: — ¿Sos de proyectar a futuro? ¿Cómo te ves en unos años? ¿Te imaginas lejos del fútbol?

Carlos: — No, del fútbol no me voy a ir nunca. Yo me voy a morir futbolista. El ejercicio de proyéctanos creo que lo hacemos todos. Ahora esa proyección, he aprendido, que está supeditada a los imprevistos que te genera la vida. Nosotros no sabemos qué va a pasar. Proyectamos para prepararnos, para generar un estímulo, pero también la vida te sorprende. Es como un partido de fútbol. Vos podés proyectarlo, saber quién es el rival, qué hace, pero van a suceder cosas…

Leo: — ¿El deportista mira la vida como un partido?

Carlos: — Al fútbol se juega como se vive. El fútbol, además de un deporte, es un acto cultural que nos representa a todos los que estamos involucrados. En el fútbol, en el básquet, en todos los deportes. Los que lo juegan, los que lo miran, los que lo entrenan, todos. Nosotros buscamos, nos desarrollamos, evolucionamos de la mano de nuestra idiosincrasia. Las reacciones y las acciones tienen que ver con cómo sos educado, cómo viviste. No es lo mismo el deportista brasileño que el argentino, que el chino, que el español o el francés. El

Leo: — ¿Qué valores sentís que brinda el deporte históricamente y hoy en día?

Carlos: — El deporte genera una conducta que tiene que ver con la disciplina y es buenísimo. Ayuda mucho a desempeñarte en la sociedad. Lo que nosotros no podemos es escindir a al deportista de la persona. Cualquier deportes que hagas también incluye a la persona y lo que el deporte te nutrió te sirve. Por eso siempre digo que no hay nada mejor que a los chicos y a las chicas los acerquen a los clubes porque te genera una disciplina que es elemental para convivir. Te enseña lo que son los límites, respetar y quién es la autoridad. Es multicultural e inclusivo. Ya desde muy chico te hace convivir con los dos polos que tiene la vida en cualquier estamento y en cualquier profesión que es el éxito y la derrota, la recompensa o el castigo. La desazón o la alegría.

“El fútbol, además de un deporte, es un acto cultural que nos representa a todos”, expresó el ex fútbolista.
“El fútbol, además de un deporte, es un acto cultural que nos representa a todos”, expresó el ex fútbolista.

Cuestionario Random

Leo: —¿Quién te dio la peor paliza?

Carlos: —Ronaldo, el fenómeno.

Leo: —¿Tu mejor victoria?

Carlos: —La Supercopa del 89 porque fue el primer título de Boca después de mucho tiempo.

Leo: —¿Algún delantero que tenías de hijo?

Carlos: —No, yo no tuve a nadie de hijo. Pero sí tuve delanteros que no me pudieron hacer goles. Uno fue Medina Bello. Jugábamos los superclásicos y no me pudo hacer goles.

Leo: —¿Y al revés? ¿Que te hayan hecho muchos goles a vos?

Carlos: —Mi amigo Tito Montes, un tipo que conozco hace 40 años de las inferiores de Vélez. Creo que en todos los partidos que jugamos en contra, acá y en España, me hizo goles de derecha, de izquierda y de cabeza. Le faltó hacer un gol con la mano (risas).

Leo: —¿Amigo con el que te irías de joda siempre?

Carlos: —También con Tito Montes.

Leo: —¿Y el amigo más aburrido?

Carlos: —Juan Simón. Es el más aburrido (risas). Gasta poco (risas). Kike Ravina también es conservador, muy austero.

Leo: —¿Vos sos cuidadoso con el dinero?

Carlos: —Sí, yo también soy cuidadoso. Pero no a ese nivel (risas).

Leo: —¿Contra qué celebridad te gustaría jugar un partido? Puede no ser del fútbol

Carlos: — Mahatma Gandhi.

Leo: —¿A quién te gustaría conocer?

Carlos: — A Roger Federer. Son de esos tipos que, por ahí sin tener el conocimiento puntual de ese deporte, te emocionaba, te dabas cuenta sin conocer el tenis, que era excelente. Podría haber dicho Michael Jordan también, que es otro deportista que admiré.

Leo: —¿Con quién preferirías quedarte un tiempo en la luna?

Carlos: — Con alguno de mis amigos. Chiche Soñora, José Luis Villarreal y Walter Pico.

Leo: —¿Con quién compartirías tu última cena?

Carlos: — Con mi señora, mis hijos y mi madre.

Leo: —¿Quién debería hablar en tu funeral?

Carlos: —Mi familia. Mi señora y mis hijos. Me han enseñado a hacer las cosas bien.

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Carlos "Mono" Navarro Montoya en Random
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