Hablan los jóvenes de la JP y la UCR que armaron un inusual encuentro político: qué les preocupa, cómo ven el futuro y el factor Milei

Participaron de una reunión donde hablaron sobre política, democracia y las problemáticas que enfrenta la juventud en Argentina. Convocados por Infobae, compartieron la experiencia y contaron por qué no estuvieron otros partidos

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Los dirigentes juveniles Amira Ale y Agustín Rombolá hablaron sobre las causas por las cuales los jóvenes quieren irse del país.

Fue un encuentro político que por lo inusual llamó la atención. Pero sobresalió también porque puso en evidencia que un hecho normal en democracia aparecía como extraordinario. Dirigentes y militantes de las juventudes del peronismo (JP) y el radicalismo (UCR) se reunieron días atrás en la ciudad de Buenos Aires, donde abordaron cuestiones políticas, pero también los problemas y preocupaciones que enfrentan los jóvenes, tras años de crisis y retroceso económico.

La convocatoria, que se realizó en el Teatro San Martín del centro porteño, convocó a la dirigencia y militancia porteña de ambos partidos, en una reunión que se organizó a propósito del atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, y que fue el espacio propicio para intercambiar opiniones sobre cómo conviven con un contexto social y económico que los castiga con especial virulencia.

Infobae convocó a dos de los organizadores de esa reunión, la secretaria adjunta de la JP Capital, Amira Ale; y el presidente de la Juventud Radical de CABA, Agustín Rombolá, para conocer los pormenores de esa cumbre y también compartir la opinión sobre los temas que más les preocupan.

Amira Ale y Agustín Rombolá hablaron sobre el impacto del discurso de Javier Milei sobre los jóvenes.

De ese diálogo, surgió el tema de los chicos que se quieren ir del país, las dificultades que tienen para independizarse de sus padres, cómo pasaron de archivar el sueño de comprar una casa al drama de no llegar siquiera al alquiler. La baja calidad de los empleos que consiguen y la imposibilidad de proyectar un plan de vida. “Siete de cada 10 se quieren ir, pero sólo uno puedo hacerlo. Los seis restantes que se quieren ir y no pueden son casi rehenes del país en el que habitan”, advierte Rombolá.

También surge, inevitable, la irrupción de Javier Milei como catalizador en la juventud de un descontento generalizado con el status quo. Ahí, Ale brinda una lectura sobre el fenómeno original: ¿impactó el empoderamiento de las mujeres (de ”las pibas”) en un movimiento donde los varones son amplia mayoría?

De estos y otros temas hablaron en la entrevista que brindaron en los estudios de Infobae que se reproduce a continuación:

La entrevista de Facundo Chaves a Amira Ale y Agustín Rombolá, dirigentes de la JP y la Juventud Radical

- ¿Cómo se decidió la reunión que tuvieron los jóvenes de la JP y el radicalismo?

Amira Ale: El día del atentado contra Cristina nosotros, la Juventud Peronista, recibimos un contacto de parte de Agustín solidarizándose, entendiendo que más allá de que es un golpe a la democracia para todos, en general, a nosotros nos pegaba mucho más de cerca. Después de la conmoción y de las marchas, nos juntamos referentes de la JP y la JR de la ciudad a tomar un café para discutir sobre cómo habíamos visto el hecho, las repercusiones que tuvo en las distintas dirigencias y en los medios.

Terminamos acordando el encuentro, que fue muy positivo. La idea era poder establecer consensos básicos en relación a lo que nosotros creemos que no se puede correr de la democracia o del pacto democrático. Además, tener algún tipo de discusión porque no veníamos ni encontrándonos ni hablándonos ni a nivel comunal y mucho menos a nivel distrital sobre distintos consensos que podemos tener para adelante, agendas en común, distintos consensos.

Agustín Rombolá: Me gustaría suscribir lo que dijo Amira y remarcar que fue algo muy natural. Cuando hablamos en el momento del atentado hicimos mucho hincapié en la cuestión institucional, pero en ningún momento surgió la idea de hacer un encuentro. Fue algo bastante espontáneo que se dio mientras nos tomamos un café. Dijimos “esto no lo queremos más”, si hay algo, en lo que estamos de acuerdo, seguro, más allá de algunos desencuentros naturales que había, es que esta forma de hacer política seguro que no la queremos más.

Estamos siendo legatarios de una construcción política actual en la que llegó el momento de hacernos cargo, definiendo los límites de la convivencia política y del debate público. En ese momento llegamos a la conclusión de que hacía un montón de décadas que la juventudes no se juntaban a discutir política. Las juventudes como organizaciones, porque si uno piensa en clubes, universidades, comunas, organizaciones del tercer sector, en algunos cursos de formación donde confluyen miembros de diferentes partidos políticos, los debates se dan. Pero a nivel partidario y a nivel organizacional, orgánico, no se venían dando. Creemos que este fue el salto cualitativo que le pudimos dar a esto, al pensarnos como dos organizaciones políticas que discutían política, más allá de las diferencias.

- Me llamó la atención que no estuviera el PRO en esta convocatoria ni las juventudes de otros partidos. ¿Por qué?

Amira: Hubo un intento de acercamiento, pero fue más del lado de Agustín, que obviamente forman parte del mismo frente y de la misma coalición, así que seguramente él pueda dar un poco más de detalle.

Agustín: Fue algo bastante natural el encuentro de la juventudes y con el PRO nos hemos juntado muchísimas veces por cuestiones de la coalición, igual con la Coalición Cívica, con Republicanos Unidos. Nos juntamos, debatimos, con miembros de la izquierda. La verdad que esto fue natural, lo hablamos entre los partidos y fue una convocatoria como te digo bastante espontánea. Hablamos con los chicos de la Juventud PRO, quizás hubo algunos reparos en donde entendíamos que ya nos estaba costando a nosotros ponernos de acuerdo para el encuentro, entonces entendimos que quizá el primer encuentro para romper el hielo tenía que ser entre las dos juventudes radical y peronista y después, quizá, dar un segundo paso, ampliando la participación e invitando, por supuesto a la juventud Pro y al resto de la juventudes políticas.

Amira: La idea sería no sólo apuntar a la juventud PRO, sino a la Coalición Cívica, a la juventud de izquierda, a las juventudes en general. La idea sería esto, que pueda ser un encuentro en el que estemos todos y todas, al salir tan natural no hubo tanto un planteo de convencimiento para ellos ni para nosotros. Entendemos que por ahí para abrirlo un poco más a la juventud, hay que tener un poco más de reuniones, un poco más de charlas y por ahí con este encuentro previo, que fue tan positivo, mostrarles que se puede hacer, si es el camino si resultó bien y podemos ampliarlo.

- Hablemos un poco del contenido de esa conversación de lo que hablaron.

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Amira: Nos dividimos en el encuentro en sí en dos comisiones. Hicimos una introducción las autoridades partidarias. La idea era discutir en un grupo lo que nosotros creíamos sobre las consecuencias y las causas que nos llevaron al atentado contra Cristina, el rol que entendíamos podían tener los diferentes actores políticos, los actores mediáticos, los actores judiciales y discutir, qué hacemos como partidos, como jóvenes, como agrupaciones, para frenar esa violencia política, o para incentivarla. O qué pasa cuando no accionamos ante hechos que pueden ser violentos, no a la escala de una pistola en la cabeza de Cristina, pero sí que van subiendo esa escala de violencia y que nos lleva en ese punto.

En otra ronda hablamos un poco más a futuro, con la idea “¿qué se hace de acá en adelante? ¿qué acuerdos podemos consensuar, qué agendas tenemos en común, la agenda de derechos humanos, la agenda de la educación sexual integral, la agenda de la Ley de Humedales. Un montón de agendas en común. La idea es poder ver si nos ponemos de acuerdo en cómo deben ser implementadas también.

Todos estamos de acuerdo en que no tiene que haber pobreza en la Argentina y seguramente nuestros partidos tengan ideas casi opuestas de cómo se logra eso. Hay que ver si podemos llegar a los consensos de cómo entendemos nosotros como juventud que se puede lograr esas cosas. Y además establecer estos consensos básicos -que no se cuestionan- sobre qué límites no se pueden correr y que si nosotros como juventud permitimos que a futuro esos límites de la democracia se vayan corriendo, nos lleva a páginas muy oscuras de la historia argentina.

Agustín: Hubo muchos puntos de encuentro y rescato de las reuniones que tuvo muchas diferencias que constituyen nuestras identidades y de las cuales pudimos enorgullecernos. Pudimos remarcar esas diferencias y trascenderlas y nos animamos a pensar un país en conjunto.

Algo que estuvimos diciendo y que reflexionamos es que tenemos diferencias en la forma de llevar adelante el Estado, que nunca nos van a hacer compartir un gobierno, probablemente. Ahora tenemos una visión similar de la democracia, que siempre nos va a hacer compartir un Estado en cualquier nivel, distritos y en todos los poderes.

Eso es muy importante, entender la diferencia entre Estado y Gobierno me parece que es fundamental para las nuevas generaciones. Creo que las juventudes lo entienden, y que la clase política actual también falla constantemente en marcar esta diferencia. Es un indicio de por qué siete de cada diez jóvenes se quieren ir del país.

- Vamos a hablar sobre eso pero les pregunto ¿cómo ven ustedes a los grandes de la política, a los adultos? Sin nombres propios.

Agustín: Voy a excluir a los referentes del partido. La representación la tenemos nosotros, por suerte muy marcada y yo me siento representado por mis referentes, que son Martín Lousteau y Emiliano Yacobtti, todo el bloque UCR Evolución me representa y lo milito con ganas y creo que es una opción de cambio y de progreso real para la República Argentina. Lo bueno es que veo que la gente los está eligiendo, pero por supuesto que al ver a la dirigencia política uno como joven y hablando también con los jóvenes y adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires y de la República Argentina entiende que la política está fallando, claramente, en la representación de los jóvenes, pero también la representación de, me atrevería a decir, de la sociedad en general.

Muchos problemas de la política no terminan siendo problemas de la gente y se pierde quizás demasiado tiempo en estas cuestiones. Hay fallas claras en lo que son las políticas públicas de todos los gobiernos desde el regreso de la democracia para acá. Como Raúl Alfonsín decía que con la democracia no sólo se vota, sino que se come, se cura y se educa. Bueno, con la democracia no estamos comiendo, no nos estamos curando y no estamos educando. De eso también hablamos en el encuentro, las deudas de la democracia.

Todos los partidos políticos fallaron en ese sentido y también eso explica el surgimiento de la derecha autoritaria, de un movimiento que gana votos, pero que gana votos porque materializa, justamente, la frustración de la gente. Frustración que tiene con la clase política que no da respuestas a los problemas inmediatos de las personas.

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Amira: Coincido en que hay un montón de respuestas o preguntas de la sociedad que no están siendo respondidas y es verdad que hay problemas que se discuten más en la dirigencia política y que levantan los medios de comunicación que no es lo que a la gente le importa.

Estamos pasando un momento difícil, con mucha inflación. Hay cuestiones que seguramente son muy importantes para el funcionamiento del Estado, de la democracia, pero que a las personas, si van al supermercado y les cuesta cada vez más comprar, cada vez llena menos el carrito, dicen “¿a mí esto qué me importa o en qué me afecta?”.

Es verdad que quizás se van agudizando en estos momentos más de crisis -y lo hemos visto en otros momentos de la historia- un poco más esto de los extremos, un poco más hacia la derecha, pero también hacia la izquierda. En las últimas elecciones, el Frente Izquierda, el FIT sacó números que nunca había sacado.

Yendo a una entrevista que hiciste, no creo que los jóvenes se estén derechizando, sí puede ser que se vayan más a los extremos o que tengan inquietudes que no vean reflejada en la dirigencia política.

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Hay una juventud que salió a partir del “Ni una menos”, que estuvo en la lucha del aborto, y que yo creo fervientemente que esas juventudes y muchas diversidades y las pibas en general no son representados con este discurso de derecha, pero sí por lo menos nosotros como frente tenemos que tratar de afinar un poco cómo podemos hablarle a esa juventud que se vio muy movilizada por cuestiones del feminismo, cuestiones de aborto, cuestiones de derechos civiles y que quizás no podemos atraer a nuestro frente o no podemos hacer que vean a la política como una herramienta de transformación, de formar parte de un partido, de una militancia.

Lo lucharon, no salió el aborto en primera instancia y a los años siguientes salió. Se dan cuenta que luchar y militar por lo que uno cree, vale. Pero hay que tratar de convocarlos a decirles “bueno, justamente ese es el camino, si hay cosas que no le gusta de nuestro gobierno, de otro gobierno, la respuesta es sumarse a militar lo que uno cree es correcto”.

Javier Milei, en el foco de los jóvenes de la JP y del radicalismo.
Javier Milei, en el foco de los jóvenes de la JP y del radicalismo.

- Hablando de derechización ¿cómo analizan el fenómeno Milei?

Amira: Estoy mucho en contacto con chicos porque doy talleres de educación sexual integral en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires y veo mucho esto: veo por ahí las pibas más movilizadas por estas cuestiones que veníamos hablando, y a los pibes, a los varones -obviamente esto no está investigado- los veo que adoptaron una posición reactiva en tanto perdieron un poco el lugar de la escena.

No me quiero meter tan en profundidad, pero bueno, estas cuestiones patriarcales de que el varón es el que está en el centro de la escena, un poco las pibas estos años tomaron el centro de la escena y para mí, parte de los pibes, hay una cuestión un poco reactiva de tratar de recuperar ese lugar. Eso y cuestiones en las que falla la política y que ellos ven como alternativa para romper con el status quo. En este caso son los discursos de Milei y los discursos violentos, los discursos anti democráticos, que se muestran como si fueran la revolución y es verdad que rompen con el discurso de los derechos, del discurso democrático.

Para mí hay que tratar de encausar eso en “sí, podés ser joven, podés ser revolucionario, pero el camino es hacia la ampliación de los derechos, la ampliación de la democracia, no es tratar de destruir al otro”.

- Me interesó esa mirada. Decís que los varones eligen a Milei porque están como a la defensiva.

Amira: No digo que sea totalmente por eso, digo pero es una lectura que puede ser posible. Yo lo veo en los actos de Milei, lo veo en las escuelas: en general, los que bancan más ese discurso son varones. Pero no digo ni ahí que sea 100% por esto. Puede ser una de las posibles lecturas.

Agustín: Haría una diferencia. Haría una diferencia entre los adolescentes que eligen a Milei y las personas grandes, mayores, que eligen a Milei. Me acuerdo una frase que dice que “ser adolescente y no ser rebelde es una contradicción hasta casi biológica”. Pienso en un chico hoy de 18 años, año 2022, nació en el año 2004, nació con Néstor Kircher en el gobierno de la Nación. Eso significa que -salvo los cuatro años de Mauricio Macri- vivió toda su vida con el kirchnerismo como -y esto no lo digo de forma peyorativa- el establishment, como lo lo establecido…

- Como la atmósfera…

Agustín: Claro. Cuando llegué a la secundaria la novedad, la reacción a los años de neoliberalismo era la Patria Grande, Cristina, Lula. Por eso también tantos pibes se afiliaron o se sumaron al movimiento peronista-kirchnerista. Creo que está sucediendo la reacción opuesta a lo que vivimos en la adolescencia gente que como yo que tiene 30 años.

No lo dramatizaría tanto. Tampoco coincido en que los jóvenes se están derechizando, me parece una reacción natural de la adolescencia el rebelarse contra lo que consideran preestablecido. Me parece que Milei o quien le construye el discurso a Milei entendió que la canalización de la rebeldía adolescente iba también contra esta clase política, esta casta. Hay un grado de verosimilitud, en el sentido, como dije antes, de una política que no terminó solucionando los problemas de fondo, sino los agravó aún más.

Por el lado de los mayores me parece que son la materialización del “que se vayan todos” del 2001. Me parece que son los 20 puntos de votos en blanco que hubo en el año 2003, porque la elección de Néstor, esa elección de tercios, me parece que los canaliza Javier Milei a través de una opción casi antisistema.

Me parece que el “que se vayan todos” o el voto de Milei no habla de la antipolítica. Las personas no quieren que no haya política, quieren una mejor política. Las personas quieren que los políticos resuelvan los problemas, que el Estado esté para solucionar los males como decía Ami.

La inflación, la pobreza estructural, todas las cuestiones macroeconómicas que parecen no tener solución, también las cuestiones de violencia política. Creo que las personas la gente más allá del mundillo de Twitter y las redes sociales quieren un Estado que normalice la vida y nos deje hacer vivir en esta locura diaria en la que vivimos.

- ¿Qué piensan de los chicos que se quieren ir del país.? ¿Qué les dicen? ¿Por qué se van o por qué se quieren ir, aunque no puedan?

Ami: El tema salió incluso en nuestra ronda de debate, en el encuentro. Un poco creo que también se agranda esto de “se van o se quieren ir”, lo mismo que decir “se derechizan”. Pueden ser una parte, pero para mí ni ahí son todos y hay un montón que se quedan y hay un montón que ni piensan irse porque tampoco tienen las posibilidades.

Hay un montón de pibes con los que nosotros estamos día a día, de los barrios, que su preocupación es conseguir un mejor laburo, conseguir un lugar para alquilar, no está en su mente “bueno, me voy a trabajar afuera, me voy a estudiar afuera”. Sí pueden haber algunos, pero no lo registro como una crecida tan grande.

Tengo un montón amigas que se fueron, pero un montón de amigas que se fueron incluso en el macrismo. No creo que ahora esté aumentando significativamente.

- No responsabilizo a un gobierno, sino que lo pregunto como un fenómeno social.

Agustín: Con Ami disiento en este sentido. Creo que los jóvenes se quieren ir. Siete de cada 10 jóvenes se quieren ir y lo marcan todas las mediciones. Es verdad que uno cuando sale la calle, los pibes y las pibas están preocupados en sobrevivir. Me parece que enfocaría porque eso de 7 de cada diez jóvenes, sólo uno se puede ir fehacientemente, porque tiene los medios para hacerlo.

Me enfocaría en esos seis restantes, que se quieren ir, pero que no pueden. Son casi rehenes del país en el que habitan y eso también se explica con una palabra que siempre surge cuando uno habla con los chicos y las chicas del partido, pero con la gente en general. Los pibes en la ciudad de Buenos Aires y en el país también que es el tema de la incertidumbre, la falta de certezas que hay y esa es la razón por la cual se quieren ir del país.

Nosotros acá no podemos planificar ningún tipo de carrera seria para los próximos ni siquiera cinco años. Dos, tres años y es una falla de la política integral, de vuelta, no es de un gobierno en particular. Hoy ya hay profesionales que prefieren irse a vivir a Europa, con trabajos que no son calificados, que lo cambian por una estabilidad o por un bienestar o por una perspectiva de futuro mucho más sólida de la que Argentina les ofrece.

Me parece que ahí se explica por qué los jóvenes se quieren ir. Después también tenés un montón de problemas: la tasa de desocupación juvenil duplica la tasa de desocupación de los mayores, hay una mala calidad de vida. Alquilar también es difícil. Comprar un inmueble en Argentina para un joven, nos reímos porque es un chiste. Ya alquilar se está volviendo complicado en la República Argentina, se está volviendo cada vez más difícil alquilar, un trabajo estable y estudiar a la vez, porque uno también tiene ganas de progresar. Entonces me parece que te empujan casi a irte del país con la falta de respuesta a todos esos problemas.

- ¿Cómo se llevan con esa falta de posibilidades? Ya ni siquiera el sueño de comprar la casa sino que ahora el sueño es que te alcance para poder alquiler.

Ami: Sí, coincido con eso que decía Agustín. Esta es una cuestión que viene en nuestro país hace años y no es de un gobierno en particular. Es muy difícil planificar y está el hecho de que cuando nosotros éramos más chicos, nuestros padres pudieron comprar una casa, un departamento y nuestros abuelos también. Para nosotros es imposible. Ni siquiera un monoambiente.

Hay una cuestión ahí del poder proyectar que es muy difícil. Podés vivir alquilando, pero uno ve el ejemplo de nuestras familias, los jóvenes de clase media que tienen una casa, un departamento, aunque sea, en el conurbano o en la ciudad, que nosotros no podemos apuntar, a menos que heredemos. O a comprar con un crédito un monoambiente que después no te va a servir si querés tener una familia.

En todo ese tipo de proyecciones, creo que la juventud se ve coartada con un montón de cuestiones, con la economía, con la dolarización de las viviendas y el aumento de los alquileres que hacen que realmente sea muy difícil todo. Sea una carrera, una familia, la vivienda, y creo que eso es lo que más le aflige a los jóvenes, no adolescentes, pero sí a los jóvenes por lo menos de nuestra edad. De 20 a 30 años, que viven el día a día y eso crea un malestar.

Me parece que por lo menos de parte de la política ahí es dónde entramos nosotros. Hay que sentarse a discutir proyectos que no sean sólo de cuatro años, para un gobierno, sino que sean más a largo plazo y que podamos encontrar los consensos para poder lograrlo. No es que un partido, un gobierno, va a poder solucionar eso solo. Estos consensos se tienen que lograr entre un montón de fuerzas, tratando de sacar la mirada electoralista, tratando de sacar esta idea “no te voto esto para que el año que viene me vaya mejor a mí”. Hay que tratar de encontrar esos conceptos para lograr una mejor vida para todos los argentinos y las argentinas.

Dirigentes de la Juventud de la UCR y el PJ se reunieron para dialogar sobre la actualidad política.
Dirigentes de la Juventud de la UCR y el PJ se reunieron para dialogar sobre la actualidad política.

- De 1 a 10 les pongo a los dos y el desafío de ponerle una calificación fundamental, cuánto eco tienen en sus partidos y agrupaciones sobre sus inquietudes, problemas, planteos en sus propias coaliciones del 1 al 10.

Ami: Hay una diferencia de lo que podemos tener nosotros como agrupación, que se llama Nuevo Espacio de Participación, dentro de mi propia organización, la JP, y después dentro del Partido Justicialista y de ahí al Frente de Todos. Hay un montón de escalafones. Dentro del NEP que es una organización distrital, de la ciudad de Buenos Aires, por lo menos nuestro grupo de jóvenes es escuchado y le pondría un 7 o un 8.

Nos podemos juntar a discutir con nuestros dirigentes y somos escuchados, pero también hay una cuestión ahí que me parece que es un poco más macro. Nosotros somos oposición en la ciudad de Buenos Aires hace muchos años y no formo parte de una agrupación que sea de nivel nacional. Esta cuestión de la vivienda, del empleo a veces es un poco más difícil, somos escuchados tratamos de hacer cosas al respecto, pero es un acuerdo que se tiene que lograr a nivel partido, a nivel frente, y a nivel con los otros frentes.

Ahí creo que disminuye muchísimo más. O somos escuchados, pero también la realidad material de la política en este momento no está logrando encontrar esos espacios de diálogos entre el propio frente, con los otros frentes, con Juntos por el Cambio y con las otras agrupaciones. Podemos ser escuchados pero de ahí a que podamos lograr algo de acá a corto plazo todavía es más difícil.

Agustín: Tengo los mismos reparos que Amira en ese sentido. En la ciudad de Buenos Aires diría 9, porque la realidad es que no tuvimos ningún tipo de limitaciones para hacer este encuentro, no nos pidieron ningún tipo de explicación y nos dieron rienda suelta, porque Mariela Coletta, la presidenta del partido en Capital, tiene 32 años, porque en la Dirección General de Política de Juventud está Tomás Mestre, que tiene 28. En el Ministerio de Desarrollo Económico, que es dónde está gestionando la ciudad la UCR, hay muchísimos jóvenes y como dije estaba el Director General de Juventud.

El radicalismo de la Ciudad de Buenos Aires le da mucho lugar y la línea a la que pertenezco también. Digo Rodrigo de Loredo es un referente joven, en Córdoba; Pablo Cervi es un referente joven, Maximiliano Pullaro en Santa Fe es un referente joven. Tengo que decir que el partido sí le da mucho espacio a la juventud. Hasta te diría que hay una valoración especial para los jóvenes y para la redefinición de los liderazgos dentro del partido.

Esto se diluye, por supuesto, a la hora de llegar a la coalición. No culpo a nadie, creo que es una lógica sistémica normal de la confluencia de muchos más actores. Eso también se diluye cuando llegás al Congreso y están todas las coaliciones juntas y también eso se explica porque se diluye esta falta de respuestas a la juventud cuando salen las políticas públicas -las leyes, los programas de los gobiernos- en donde ya intervienen todos los actores de la sociedad.

Lo que está pasando, quizá, es que hay una barrera en algún lado de esos espacios más elevados de diseño e implementación de política pública en donde la perspectiva joven escasea o no existe. Me parece que es lo que está pasando hoy por hoy en todos los gobiernos del país.

Me atrevería a decir que también la perspectiva joven es algo que está creciendo de a poco en el hemisferio occidental, con todas estas cuestiones, de Estados Unidos para abajo. Nosotros hemos tenido varios congresos y encuentros compartidos en distintos lados del mundo y pasa de a poco.

La Dirección de Políticas de Juventud, una secretaría especializada para políticas para jóvenes, el próximo paso quizás sea que haya una perspectiva joven a lo largo de todos los ministerios en donde se incorpore la visión de la juventud en todas las políticas públicas que ejerza un gobierno. Ese es el próximo desafío que tenemos como generación. Como se incorporó la perspectiva de género.

Amira: Te iba a decir eso. Tiene que ser transversal. Obviamente se arranca con el Ministerio de Mujeres y con el Instituto Nacional de Juventudes porque la transversalización sabemos que costó y no se logró, entonces se crean esos espacios que es exclusivamente donde trabajan juventud, género, diversidad y articulan con el resto de los organismos. Pero la idea es que tenga que ser una política transversal. Lo mismo volvemos a la educación sexual integral: tiene que ser transversal. No se logró, es muy difícil, se necesita más capacitación de docentes, de directivos y se crean las jornadas que son tres cuatro veces al año que se habla específicamente de ESI.

Es el primer paso y vamos camino a, o por lo menos me parece que estas instancias de encuentro nos ayudan a poder ya entablar estas conversaciones para nosotros y nosotras. Todos los que participamos del encuentro de la semana pasada, que vamos a seguir en política probablemente los próximos no sé 30 o 40 años, la mayoría, ya arrancamos con una base de debate, de diálogo, de consenso que intentaremos que siga los próximos años y lograr consensos más adelante para lograr políticas en la Argentina que se puedan lograr a largo plazo y que atiendan las necesidades de los trabajadores, de la juventud, de las mujeres.

Agustín: Claro, porque juventud y género no son temáticas, son perspectivas. La perspectiva de género se tiene que incorporar a todas las políticas públicas del gobierno. La perspectiva ambiental se tiene que incorporar a todas las políticas y la perspectiva joven lo mismo. Entender que no son lugares en donde se juntan personas de un colectivo determinado a hablar entre sí, sino que es algo que tiene que maximizarse, expandirse a todos los ministerios y a todos los ámbitos de decisión y de políticas públicas de un gobierno.

- Vuelvo a la reunión de la de la semana pasada ¿creen que esta reunión se puede ampliar y tienen que estar otros actores, la izquierda, el PRO, la Coalición Cívica? ¿Tiene que haber un ámbito de juventud donde discutir y qué se hace con las juventudes de Milei?

Amira: Ahí tengo dos respuestas. Primero que nos gustaría poder ampliarlo, por lo menos este fue un planteo, no solo a las otras juventudes, sino poder hacer encuentros JP y Juventud Radical, de cara también a la sociedad. Poder hacer debates y encuentros, en los que vayamos a un centro de estudiantes, en los que vayamos a un club. Probablemente sea para el año que viene porque ya el año está finalizando y el calendario escolar ya está terminando. Pero la idea por lo menos en primera instancia era continuar con los encuentros por ahí más a nivel comunal.

Por otro lado, desde nuestra parte estamos totalmente abiertos a juntarnos con las otras juventudes y digo en el marco del diálogo democrático. No es que nosotros no vamos a invitar a la juventud por ejemplo de Milei. Vamos a invitar a todos, después quedará en las otras juventudes aceptar la invitación, e incluso hay distintos ámbitos de la Ciudad de Buenos Aires que se trataron de llevar adelante, que a veces se ven medio frenados. Mencioné antes que doy talleres en las escuelas secundarias, trabajo en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y ahí se creó el Consejo de la Juventudes en las que se supone que participan todas las fuerzas de la Ciudad de Buenos Aires.

Encontrarle el ritmo a ese Consejo es muy difícil justamente por la coyuntura política, pero en caso de poder seguir juntándonos digamos la Defensoría está totalmente abierta y nosotros estamos dispuestos, entiendo que ellos también, a juntarnos con todos. Desde la izquierda, hasta Milei, la Coalición Cívica, hasta la JPRO, todos.

Agustín: Desde la Juventud Radical siempre tuvimos la vocación de discutir política. Quizás por ahí es por la procedencia universitaria donde esto es más común. En el 2021 estuvimos en varios debates en Televisión Pública, estuvimos con chicos de la Juventud Peronista, con chicos de la Juventud de Izquierda, incluso estuvo gente de Milei.

Nosotros generalmente impulsamos estos encuentros, por lo tanto, a mí me parecería hasta casi natural, parte del progreso de este encuentro, que se amplifique la participación a todas las juventudes partidarias.

Ya rompimos el hielo y demostramos que no pasa nada con discutir política, que más allá de algunas críticas que hemos tenido en las redes sociales y que no han creo yo entendido la esencia del encuentro y el mensaje de los jóvenes. Más allá de eso, demostramos que podemos discutir de una forma madura política, que podemos tener diferencias y que podemos trascenderlas.

- Me interesaba eso del tema de las críticas, porque hubo a montones, sobre todo la de los propios, las más agresivas y las más duras.

Amira: Tengo como un hobby ver mensajes medio haters de las redes. No me las tomo mal y además entendíamos que iba a haber, probablemente, de algunos sectores esa reacción. Pero lo que nosotros tratamos de expresar para afuera es que si nosotros nos juntamos, no es que mañana vamos a hacer una coalición y vamos a ir juntos a las elecciones. No es homogeneizar el discurso, homogeneizar el pensamiento y borrar lo que nos hace peronistas o radicales. Es juntarse a debatir y como decía Agus, tuvimos un montón de puntos de diferencias en relación a la economía, al Fondo Monetario, relaciones internacionales. No estuvimos de acuerdo como hay que proceder o cómo es el modelo de país que queremos. Y está bien. Es parte del debate democrático y es justamente eso es lo rico y eso es lo que queremos hacer con las otras juventudes.

No es necesario juntarse o no sirve juntar siempre debatir con el que piensa igual, porque digamos después pasa lo que estamos planteando. No se puede sacar una ley, no podemos llevar adelante un plan por más de cuatro años porque no hablamos entre nosotros. Así debe funcionar la democracia. Porque nos juntemos no es que después vamos a ir de la mano hacia las próximas elecciones. Nos juntamos a debatir política.

Agustín: Sabíamos perfectamente antes del encuentro que iban a salir a decir “son lo mismo”...

Amira: Traidores…

Agustín: Lo esperábamos. Aún así no deja de sorprender como por suerte la coalición yo no lo tuve. No tuve críticas, ninguna, de nadie de la coalición y creo que tampoco del peronismo. No hubo críticas, todo lo contrario, la gente lo celebró, nos llamaron. Presidentes de juventudes de distintas partes del país, felicitándonos y queriendo hacer los encuentros de sus provincias. Creo que está buenísimo, pero me resultó raro de algunos periodistas o hubo tuits de algunos diputados nacionales. Casi pidiendo explicaciones de por qué nos juntamos a discutir política.

Y la respuesta es: ¿por qué no nos juntaríamos a discutir política entre distintos partidos? Yo sé lo que piensa la gente del radicalismo, lo que piensa la gente de Juntos por el Cambio y coincido. Digo en líneas generales me parece que la gracia y el sentido de la democracia que queremos construir es juntarnos con los que piensan distinto y es entender de vuelta.

Los puntos en común que tuvimos estaban espectaculares y están bueno para construir política pero el valor democrático y político que encontramos fue los puntos de disidencia. Las diferencias que tuvimos y por haber podido trascenderlas y decir “está perfecto y tengamos esta diferencia”, pero cómo hacemos para trascenderla y seguir pensando un país en conjunto con políticas sostenibles, ¿cómo diferenciamos política de gobierno de políticas de Estado? ¿cómo hacemos para pensar un país sostenible para los próximos 30 años de República Argentina en el que el que venga después no tire para atrás todo lo que ya se hizo?

- La final ¿los jóvenes tienen que arrancar de las decisiones a los más grandes o tiene que negociar y tiene que consensuar? ¿cuál es el camino?

Amira: para mí son ambas cosas. Hay cuestiones en las que te puedes juntar debatir quizás vos por lo menos tu sector lo está viendo de determinada manera y quizás los más grandes, los dirigentes te dicen “no, mira” y te bajan por ahí una información que vos no tenés, vos no tenés acceso, tranquilamente. Pero después creo que es el rol de la juventud ser más revolucionarios, ser más rebelde y entonces discutir. Quizás hay cuestiones que por ahí en los mayores no están tan concentrados y las juventudes tenemos ya planteados, por ejemplo la cuestión ambiental, en general en las bases de la juventud, hay una cuestión, que es incluso más global sobre el cambio climático, sobre la Ley de humedales de un montón de cuestiones sobre la minería, donde sabemos que hay que poner el ojo en cómo se hacen las cosas.

Por ahí no es “minería sí, minería no”, sino “minería cómo”. Hay un montón de cuestiones, que eso se puede debatir en el ámbito de la juventud, pero sabemos que es algo que hay que ponerle el ojo y que no hay que dejarlo pasar. Ahi es dónde le decimos a los mayores “esto nos parece que hay que discutirlo” y es algo que vas a preocupar a las generaciones venideras, nos preocupa a nosotros, le va a preocupar a los pibes de 15 años, le va a preocupar a los que dentro de 10 años tengan 15, entonces hay que seguir discutiéndolo y tratándolo.

Agustín: nosotros somos partidos políticos, ante todo. Somos juventudes de un partido político y queremos representar y tenemos vocación de mayoría. En ese sentido tomamos decisiones autónomas, que tienen que ver, por ejemplo, con estos espacios. Soy un creyente y un militante de la lógica de la prepotencia de trabajo, de la formación continua y permanente, de los que pretendemos representar y de la generación de espacios de discusión política como los que tuvimos. Tenemos referentes que apoyan y militan también estas lógicas y por eso estoy, seguro que vamos a seguir ampliando la participación y que vamos a maximizar y aumentar las posibilidades de encontrar respuestas sobre todas las cosas sostenibles para que los pibes y las pibas dejen de querer seguir yéndose de la Argentina.

Los jóvenes del radicalismo y el peronismo se comprometieron a ampliar los sectores de la convocatoria.
Los jóvenes del radicalismo y el peronismo se comprometieron a ampliar los sectores de la convocatoria.

- ¿Qué reflexión final pueden hacer de esta charla y de lo que representó ese encuentro del que se habló tanto?

Amira: Resaltar que no hay que tenerle miedo al diálogo, al debate y que no por juntarse a hablar con alguien de la otra vereda, sos un traidor, te estás vendiendo, vas a hacer una alianza, para nada. Hay que juntarse a debatir con todos los espacios y tratar por lo menos nosotros desde la juventud, que es por lo menos mi objetivo y el de la JP si lo ampliamos a las otras organizaciones juveniles que podamos establecer estos consensos.

Todo esto surgió porque le pusieron un arma en la cabeza a Cristina y por suerte el tiro no salió. Que podamos repudiar como juventudes ese hecho y poder replantearnos, cómo son los discursos de odio que se generan en las redes sociales, en los medios de comunicación, por actores políticos, actores judiciales y que nosotros tengamos en cuenta que nuestra forma de discutir política no tiene que ser esa. El insultar al otro no tiene que ser parte del debate político. Sí quizás una chicana, un chiste, eso es totalmente válido, como en el fútbol, se permite. Pero de ahí a cuestiones con la orientación sexual de una persona, con su color de piel, con su cuerpo, con su barrio de origen, por su religión, hay un montón de cuestiones que no forman parte del discurso político.

Si yo no estoy de acuerdo con el de enfrente por su modelo de país, por su forma de enfrentar la pobreza, de enfrentar la inflación, de enfrentar la política de vivienda, eso es lo que tengo que discutir, no discutir todas estas cuestiones que estoy enumerando. Me parece importante para la salud del debate democrático destacar eso.

Agustín: La democracia que definimos nosotros también se explica por la democracia que ya no queremos más, que es algo justamente que mencionamos en el comunicado. No queremos más la violencia política, no queremos más la lógica amigo enemigo en la discusión pública, no queremos más que las políticas pierda el tiempo en problemas de la política, sin pensar en los problemas del día a día de la gente y especialmente de las juventudes. No queremos más que nos pidan explicaciones por hablar con el que piensa distinto. Estamos para fortalecer la democracia, para fortalecer las instituciones para pensar un país por los próximos 30 años con políticas sostenibles y, sobre todas las cosas, para representar a la mayoría de las personas de la República Argentina.

Estoy segurísimo que la mayoría de las personas de Argentina que se hayan enterado de este encuentro lo celebraron y es para esas personas sobre todo, pero es para entender que las políticas de un Estado no se construyen desde un partido solo, se construyen a través de un debate interdisciplinario, intergeneracional, multipartidario y esa creo que es la única forma de sostener políticas públicas en el tiempo que realmente solucionen los problemas de fondo de la Argentina muchas gracias.

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