María Cher con María Laura Santillán: “Las pymes la remamos, somos los que damos laburo”

Llega con su marca a Estados Unidos en plena crisis económica mundial. Por qué la ropa es tan cara en Argentina. La falta de gente capacitada, los impuestos, la inflación, los talleres clandestinos. El desafío de exportar talento nacional

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María Cher con María Laura Santillán, la entrevista completa

Su nombre completo es María Cherñajovsky. Impuso una marca de lujo accesible con diseños propios y novedosos. Logró instalarse en varios países de Latinoamérica y ahora decidió conquistar Estados Unidos. En un contexto de innumerables dificultades en la Argentina y de problemas globales post pandémicos, apuesta a crecer. ¿Por qué? ¿Cómo hace?

— Es una decisión que tiene que ver con mi pareja, mi socio, y un equipo de trabajo. Seguir apostando al crecimiento, a la creatividad, a la profesionalidad y al conocimiento de la industria que tenemos. Si pudimos acá, si pudimos en ciertos países de la región, por qué no ir a buscar al hemisferio norte. Aprovechamos la oportunidad que surgió en la pandemia, había muchos locales vacíos en Estados Unidos. Viajamos, vimos locales y empezamos a soñar esto, se fue dando pasito a pasito. Tenemos un representante y vendemos mayorista, y ya estamos en más de 70 locales.

La ciudad que elegiste no fue la más visitada por los argentinos, Miami. Fue New York, la gran manzana, la ciudad cosmopolita. Una decisión audaz.

— Es zarpado, sí. Nosotros fuimos a buscar al público local y estamos instalados en dos lugares: en West Village y en Uptown. Fuimos a buscar al neoyorquino para ver qué siente con nuestro producto, teníamos un feedback previo con nuestro representante mayorista.

“ES EMPEZAR COMO HACE 20 AÑOS, EN 2001″

¿Tu intención es imponer allá lo que producís en Argentina o adaptarte a la idiosincrasia norteamericana?

— Es un mix. Hay algo que tiene que ver con el ADN de lo que yo soy como diseñadora y de todo un equipo que me acompaña. El ADN de la marca, pero ir a buscar también lo que ellos necesitan. Yo creo en educar, pero también creo en acomodarse a las necesidades. Por ejemplo, las mujeres en Estados Unidos usan mucho vestidos, nosotras somos más pantaloneras. Ahí hay un cambio. ¿Cómo nos adaptamos a eso? Yo siempre fui muy de túnica y de vestido entonces me fue fácil, pero obviamente es un aprendizaje con mucha humildad porque es empezar de nuevo. Es empezar como hace 20 años, como en el 2001. Empezamos con un localcito, fuimos a hacer la vidriera, a hacer la inauguración, a conocer a la gente del mundo de la moda de allá. Es muy estimulante. Es muy desafiante. Estamos muy contentos. Fue una decisión familiar, mis hijos saben que esto implicaba mucho viaje.

— ¿Hay también ganas de mostrar fuera del país el talento argentino?

— Ese es el tema, hay mucho talento acá. Lo vemos en la gastronomía, en las tecnológicas, en lo audiovisual, en el diseño. Se está exportando muchísimo. Creo que en ese lugar nos tenemos que parar los argentinos porque hay mucho talento para exportar.

"Es un aprendizaje con mucha humildad porque es empezar de nuevo" (Gustavo Gavotti)
"Es un aprendizaje con mucha humildad porque es empezar de nuevo" (Gustavo Gavotti)

— ¿Por qué la ropa es tan cara en la Argentina?

Los impuestos son muy altos. Otro punto importante es que el precio no es el que finalmente queda, porque tenemos descuentos, hay muchísimas cosas en el medio que hacen que el precio luego sea otro.

— ¿Los beneficios de las tarjetas, por ejemplo?

— Beneficios con las tarjetas. Hay un tema que no es menor que esto es mundial y que tiene que ver con la inflación. La pandemia trajo problemas logísticos que hacen que haya una inflación enorme. Los talleres no dan abasto, con lo cual los precios suben. Hay poca gente.

“FALTA CAPACITACIÓN Y ESA CAPACITACIÓN LLEVA AÑOS”

— ¿Hay poca gente capacitada para trabajar?

— Sí. Necesitamos más capacitación. Yo formo parte de una Fundación que capacita en el rubro. La capacitación no es manejar una máquina, tiene que ver con lo artesanal, con años de experiencia, de amor por el rubro. De entender por qué una costura es de una determinada manera y por qué una puntada es de una determinada manera. Esas cosas llevan años.

— Falta gente capacitada en muchos espacios de trabajo, en muchas industrias.

— Falta capacitación y esa capacitación no es en un minuto, lleva años. Es un oficio hacer sastrería, hacer camisería. Es un proyecto que tendríamos que trabajar entre todos para que sea a mediano y largo plazo. Porque es una industria hermosa, es apasionante estar en una fábrica donde se arman las prendas.

— ¿Y la competencia ilícita? ¿Los talleres clandestinos por ejemplo?

— Es un tema complejo. Cuando uno se pone a hablar con los que vienen del rubro informal es muy duro, ellos sienten que de otro modo no podrían tener laburo. No puedo dejar de tener empatía, pero es desleal con los que venimos del rubro formal. Es algo que entre todos tenemos que pensar, cómo construir un escenario mejor.

— Hay marcas que producen menos ropa porque no tienen alguien que cosa.

— Absolutamente. No somos sólo nosotros como rubro, es generalizado. Por eso tenemos que poner el foco en la educación, en la formación y en el empleo.

“HOY TOMAMOS PERSONAS PARA TRABAJAR EN EL NEGOCIO DE ESTADOS UNIDOS”

— Mucha gente se va a trabajar a otro país, porque afuera gana más.

— Lamentablemente sí. Era gente formada, gente que ya conocía y amaba el rubro. Es un oficio que uno adora. Podemos rescatar que hay otros talentos que quieren venir acá, o gente que trabaja en mi equipo que quiere generar creatividad para exportar. Hoy tomamos en Argentina más personas para trabajar para todo el negocio de Estados Unidos. Tenemos una creatividad y una capacidad de flexibilidad enorme para poder adaptarnos.

— ¿Qué tenemos que no tienen afuera?

— Saber que hay otros escenarios posibles que no son perfectos, y que igual llegamos a un buen resultado. Yo confío mucho en los argentinos y su capacidad, es ahí donde nos tenemos que parar. Es un orgullo nuestra industria en la región. Hemos construido marcas que tienen mucho lugar. Entonces me parece que tenemos que valorar mucho lo que tenemos.

Su nombre completo es María Cherñajovsky. Impuso una marca de lujo accesible con diseños propios y novedosos (Gustavo Gavotti)
Su nombre completo es María Cherñajovsky. Impuso una marca de lujo accesible con diseños propios y novedosos (Gustavo Gavotti)

— Hablemos de la inflación.

— Es todo un tema la inflación. Nosotros crecimos acá y como marca hemos crecido y nos ha ido muy bien y me parece muy ingrato quejarme. ¿Es complejo? Sí. Pero hemos crecido y nos va bien. Así que yo sigo estando agradecida.

— ¿En ningún momento te enojas con el Gobierno?

— Sí. Pero me enojo con el sistema. El que se enoja pierde. Trato de ver cómo solucionarlo, inventar ideas creativas para poder sortear el sistema y tener el producto que quiero.

“NECESITARÍAMOS MÁS MAQUINARIAS, MÁS INVERSIÓN”

— Lo impositivo, los incentivos, la capacitación, la inflación. ¿La ley laboral para vos debe cambiar? ¿Qué necesitamos para modernizarnos?

Con acuerdo de todos los sectores creo que sería interesante. Yo no soy una especialista, pero me parece que esto ayudaría a poder tener más empleados y a poder también generar más. Otros países tienen otras trabas.

— ¿Qué trabas por ejemplo?

— La adaptación. No se pueden adaptar. Cuando querés trabajar con ciertos talleres en Europa si no tienen el botón que vos querías, por ejemplo, no pueden ir a buscar otro, les cuesta. Pero sí, necesitaríamos más maquinaria. Necesitaríamos más inversión.

En un contexto de innumerables dificultades, ella apuesta a crecer (Gustavo Gavotti)
En un contexto de innumerables dificultades, ella apuesta a crecer (Gustavo Gavotti)

— ¿Cómo hacés para trabajar con tu marido y seguir siendo autónoma?

— Nos dedicamos a distintas cosas. Él maneja el negocio, es el que habla de números, de impuestos. Y yo soy la directora creativa. Y además cuidamos mucho tener onda en la vida. Y después de 20 años te digo que venimos bien. A veces los chicos se agotan y dicen mamá, papá, dejen de hablar de trabajo en casa. Pero no te sentís tan solo. Hay algo de sentir que estamos en la misma y entonces cuando uno está cansado el otro pone el cuerpo.

— Y la visión compartida.

— Sí, y en este momento ni te cuento, es algo nuevo en la pareja.

Los dos primeros locales fueron abiertos en barrios emblemáticos de Manhattan, una de las capitales de la moda
Los dos primeros locales fueron abiertos en barrios emblemáticos de Manhattan, una de las capitales de la moda
“ME DA DOLOR PENSAR EN IRME. A MÍ ME GUSTA LA ARGENTINA”

— ¿Estás entre los que trabajan en el primer mundo y no quieren quedarse a vivir ahí?

— No, no me quiero quedar a vivir. Yo estoy muy contenta acá y me gusta ir y volver. A mí me gusta la Argentina. Y en este momento estoy muy bien con mis hijos acá, en sus colegios, y con mis equipos de trabajo.

— Acá está la casa matriz. ¿Acá pergeñás todo?

— Acá está la casa matriz. Acá pensamos todo. Viajamos mucho con el equipo. Siempre lo pensé desde acá. Me da mucho dolor cuando pienso en irme. Me da mucho dolor porque tengo tanto, tan lindo acá, tengo tantos amigos y amigas. Tengo a mi familia. La calle tiene una historia para mí. Los restaurantes tienen historia, la gente tiene historia. El desarraigo es muy doloroso. Nuestros padres están acá, son grandes.

— ¿Te pusiste un límite? ¿“Voy a estar a pérdida por cierta cantidad de tiempo”?

— Te digo la verdad, no, pero sé que más o menos hay un límite. Pero empezamos bastante bien. Tenemos venta mayorista que es muy importante. Vos presentás la colección, se vende y luego se entrega. Entonces no son solo las tiendas, sino que hoy María Cher está en Estados Unidos en 60 locales.

"Me da mucho dolor cuando pienso en irme"

— ¿Qué supones que les gustó de tus diseños?

— Les gustó que hay algo mezclado entre lo femenino y lo masculino. Lo femenino de las estampas y de las telas con mucha caída, distintas calidades de sedas, mezclado con sastrería de lino, de gabardina, de lana fría. Lo que les gustó es lo argentino, estamos incorporando tejidos argentinos, autóctonos, de a poco, mezclados con cueros. Hay una cosa ecléctica que les gustó, que les pareció interesante y novedosa.

— A lo largo de todos estos años hiciste campañas como “Mujeres que inspiran”, acciones, una fundación. Proyectos con compromiso social. ¿Los seguís sosteniendo?

— “Mujeres que inspiran”, si todo sale bien salimos a fin de año, tuvimos que parar por la pandemia. Tengo la Fundación Vos, donde trabajamos para transformar el colegio secundario. Cosiendo Redes se llama el programa en el que formamos a gente de bajos recursos en el rubro textil, está a fondo y es lo que hay que hacer. Se trabaja mucho con la autoestima y con la inclusión, no solamente lo técnico. Cómo insertar a estas personas y cómo incluirnos.

"Tenemos que valorar mucho lo que tenemos" (Gustavo Gavotti)
"Tenemos que valorar mucho lo que tenemos" (Gustavo Gavotti)

— ¿La idea es que la ropa dure?

— Es un lujo accesible. Que la ropa sea clásica, que dure. Que no sientas que si te pusiste eso ya lo tenés que cambiar para el año que viene porque cambia la temporada. Hay algo de clásico que a mí me gusta y sigo eligiendo.

— ¿Hay momentos en que decís “no puedo más, voy a dejar, no doy más”?

— Hay un montón. Pero cuando viene el proyecto, cuando me siento a diseñar me viene una fuerza y una pasión…

— ¿Adrenalina?

— Sí, súper adrenalina. Súper.

“SER EMPRESARIO EN ARGENTINA IMPLICA MUCHOS RIESGOS”

— En la Argentina los empresarios son mal vistos.

— Es una pena porque en realidad la mayoría de los empresarios somos pymes. Y las pymes la remamos. Somos los que damos laburo. Creo que habría que ponerse a pensar en eso. Que la mayoría de los empresarios somos pymes.

— Alrededor del 70 por ciento.

— Creo que tiene que ver con la desinformación muchas veces, de todo el esfuerzo que implica ser empresario en la Argentina. En la Argentina es súper complejo. Implica muchos riesgos. Implica mucho compromiso. Implica mucho esfuerzo. Y no tenés nunca garantizado nada porque no hay nada estable. También hay una gran desigualdad, terrible desigualdad, dolorosísima. Entonces también es difícil ponerse del otro lado y mirar.

En la Argentina los empresarios son mal vistos ¿Por qué?

— Mucha gente no quiere ver lo que pasa en otro lado.

— Se entiende esa mirada por desinformación. Esa desigualdad tan grande, esa brecha tan grande que hay entre los que podemos acceder a ciertas cosas y gente que no puede acceder a lo básico.

— ¿Vos siempre estás mirando ese costado?

— Sí, a mí me atraviesa. Tiene que ver con mi historia, mi mamá es trabajadora social y desde muy chiquitita de alguna manera fue mi vida. A mí me suma mucho cuando me conecto con eso. Entiendo que tengo un lugar, que utilicé para unir puntas, para visibilizar.

— ¿Cómo te llevas hoy con la política? En algún momento te sedujo.

— Me sedujo de una manera infantil porque en realidad no tengo ni idea. Yo soy una creativa y me interesa.

— ¿Qué es “de una manera infantil”?

— Infantil porque de ninguna manera me metería…

— ¿Sentiste que había gente afín, que te gustaba lo que estaba haciendo?

— Me interesa la política. Me gusta. Tengo muchos amigos en la política de distintos colores. Y me resulta muy entretenido. Me encantan las mujeres que están en la política. A mí me interesa la política desde lo social. Por eso yo trabajo más desde el tercer sector y colaboro desde ese sector. He articulado con distintos partidos políticos, colores de todos lados, porque me parece que es donde puedo poner mi granito de arena humildemente.

Logró instalarse en varios países de Latinoamérica y ahora decidió conquistar Estados Unidos (Gustavo Gavotti)
Logró instalarse en varios países de Latinoamérica y ahora decidió conquistar Estados Unidos (Gustavo Gavotti)

— ¿No te desilusionó la política en algún momento?

Sí. Sí, absolutamente. La verdad que sí. Pero sigo creyendo que es el lugar donde se hacen las cosas.

— Se te ve siempre con esa sonrisa enorme. ¿Llorás? ¿Qué te hace llorar María?

— Lloro, puedo ser muy fuerte. Algunos me ven como muy fuerte, y puedo ser un pollito mojado, inseguro, con muchos miedos de que…

— ¿De que se caiga todo?

— No, nada que tenga que ver con lo empresario. Tiene que ver con mis hijos, que algo le pase a alguien. O sea, tengo miedos. Soy súper sensible. En la vida no me ha ido todo perfecto, en lo personal he pasado por situaciones complejas. Eso a veces me hace llorar. Me hace enojarme conmigo misma si estoy medio enajenada y me caliento y después me doy cuenta que estuve mal. Sí, lloro.

Durante la entrevista habló de sus experiencias, aprendizajes, miedos y metas. Con su marca apuesta a seguir creciendo
Durante la entrevista habló de sus experiencias, aprendizajes, miedos y metas. Con su marca apuesta a seguir creciendo

— ¿Qué aprendiste de la pandemia?

— La pandemia nos dio la posibilidad de pensar en este proyecto. Aprendí a abrir un local y de alguna manera decir “pensemos fuera de la caja”. Porque nunca pensé en abrir un local en New York antes de la pandemia, te digo la verdad. Hubo tiempo para pensar, hubo tiempo para evaluar y para repensar. Fue muy pensado este proyecto porque implica un montón de cosas.

— Porque los riesgos son en dólares.

— (Risas) Ni me lo digas. El riesgo es muy alto. Abrí dos locales, tengo venta mayorista, y ahora vamos viendo qué va pasando. Ojalá nos vaya bien y podamos abrir más. Ya hemos hecho proyectos que han sido muy ambiciosos, nos ha ido mal y hemos sufrido con Gaby, mi marido, como fue con “Editor” en su momento. Volver a apostar fue todo un desafío como pareja, así que hoy vamos más paso a paso a pesar de que es en dólares.

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