Educación primaria: ¿qué nos dicen los datos hoy?

Ignacio Ibarzábal

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El informe Menos alumnos en primaria, ¿una mala noticia? del Observatorio Argentinos por la Educación, centrado en analizar la evolución de la matrícula primaria en el país, pone de relieve la importancia de contar con datos para monitorear el estado y la evolución de la educación argentina. La estadística educativa es clave para obtener diagnósticos que trasciendan lugares comunes y den sólido fundamento a proyectos de mejora.

El análisis de los datos permite observar que lo que parecía una mala noticia, el descenso de la matrícula en primaria, no lo es tanto. La baja en la cantidad de estudiantes en el nivel primario parece obedecer a factores demográficos y a que las trayectorias hacia la secundaria se han vuelto más fluidas. Y no a la exclusión de estudiantes del sistema. En vez de estancarse en determinados grados de la primaria, los estudiantes avanzan más rápido hacia su finalización. Esta es una noticia tranquilizadora porque despeja los fantasmas de un retroceso en uno de los principales logros de nuestro sistema educativo: la cobertura en primaria. En este sentido, nuestro país ha sabido ser uno de los líderes de la región en términos de inclusión, logró en los años sesenta una escolarización del 85% que en los noventa se extendió hasta casi el cien por ciento.

Ahora bien, ¿que los estudiantes atraviesen la primaria con mejores trayectorias llega a ser una buena noticia? No del todo. Hay otro dato que cotejar: el nivel de los aprendizajes. De acuerdo con las últimas mediciones oficiales, el porcentaje de estudiantes con resultados no satisfactorios es alto: 41,4% en Matemática, 33,2% en Lengua, 34,4% en Ciencias Sociales, 32,5% en Ciencias Naturales. Más de un tercio de los alumnos de nuestro país no alcanza al final de la primaria aprendizajes fundamentales en Lengua, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales; y casi la mitad no los alcanza en Matemática. En términos regionales, y tomando las pruebas Terce de Unesco como referencia, en casi todas las materias los alumnos argentinos de primaria son superados por los de Brasil, Chile, Uruguay, México y Costa Rica.

Debemos valorar las altas tasas de cobertura y las mejoras en las trayectorias escolares pero también reaccionar frente a los bajos niveles de aprendizaje. En este sentido, la inclusión no puede interpretarse como aliciente para olvidarnos de la calidad. No podemos permanecer impasibles frente al hecho de que un tercio de los estudiantes pasan seis años en la escuela sin aprender lo fundamental. Con sentido de urgencia, y desde el lugar que a cada uno le toca, tenemos que colaborar para aumentar las oportunidades de las generaciones que nos siguen.

El autor es director ejecutivo del Observatorio Argentinos por la Educación.