El 5 de septiembre, la Arena México volvió a convertirse en el templo de la lucha libre. El público se acomodaba entre chiflidos, máscaras y gritos, sabiendo que sería una función marcada por vuelos, rudezas y momentos que quedarán en la memoria.
La antesala: jóvenes, rudeza y amazonas
La función abrió con Capitán Suicida contra Yutani, un choque breve pero electrizante donde la juventud se impuso con vuelos que levantaron a la afición de sus asientos.
En la segunda lucha, Dulce Graduación, Brillante Jr. y Magia Blanca se midieron ante El Cobarde, Felino KR e Hijo de Stuka Jr.. Los rudos dominaron con colmillo, enredando a los técnicos y llevándose la victoria en medio de abucheos.
El turno fue para las Amazonas del Ring, con La Catalina, Lluvia y La Jarochita enfrentando a Zeuxis, Persephone y Reyna Isis. La batalla fue intensa desde la primera caída, con Reyna Isis tomando ventaja y Persephone lanzándose desde la tercera cuerda.
Pero la clave llegó cuando Zeuxis atacó ilegalmente a La Catalina y hasta golpeó a la árbitra, quien no dudó en darle la victoria al bando técnico. El triunfo fue para Lluvia y compañía, ovacionadas en grande.
Copa Independencia: entre abucheos y remontadas
La primera fase de la Copa Independencia fue un carrusel de emociones. Entre dragones, gemelos y figuras rudas, los combates dejaron claro que el torneo sería feroz.
Destacaron los Dragones Legendario y de Fuego, que emocionaron al público con vuelos desde la tercera cuerda, aunque finalmente fueron víctimas de la rudeza de Difunto y Bucanero, quienes avanzaron pese al descontento generalizado.
El público no perdona, y los abucheos retumbaron hasta el techo.
La estelar: Místico y Bandido contra Hechicero y Ángel de Oro
El duelo más esperado fue a una caída sin límite de tiempo, y no decepcionó. Bandido abrió con Ángel de Oro en un intercambio de acrobacias que arrancó gritos y aplausos.
El relevo trajo a Místico y Hechicero, y la intensidad subió: el rudo no dudó en castigar al ídolo técnico con golpes al rostro, incluso lanzando a Kemonito contra él, lo que desató la furia de la afición.
Los rudos intentaron arrancar las máscaras, Ángel de Oro buscó desnudar el rostro de Bandido sin éxi
to, y los abucheos se hicieron cada vez más fuertes. Pero la Arena México explotó cuando Místico tomó el control, aplicó su llave letal y se llevó la victoria. La ovación fue total: el Príncipe de Plata y Oro sigue siendo el alma de este templo.