Llevar una dieta balanceada y con un aporte nutritivo es fundamental para todo tipo de personas, una opción saludable para complementar la alimentación de trata de los búlgaros de leche. Se ha vuelto más popular que las personas adquieran estos cultivos que fermentan la leche y producen un líquido rico en probióticos.
De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), los búlgaros de leche constituyen una fuente importante de probióticos, que aportan microorganismos vivos a la dieta.
Al fermentar la leche, reducen su contenido de lactosa y aumentan la biodisponibilidad de ciertos nutrientes, como el calcio y las vitaminas del grupo B. Además, según la misma fuente, el kéfir preparado con búlgaros contiene alrededor de 3 a 4 gramos de proteínas por cada 100 mililitros, con vitaminas B1, B12 y ácido fólico, así como minerales como calcio, magnesio y fósforo.
¿Qué son los búlgaros de leche?
Los búlgaros de leche son cultivos simbióticos de bacterias y levaduras que forman pequeños gránulos o nódulos de aspecto blanquecino y gelatinoso. Se utilizan para fermentar leche y producir kéfir, una bebida láctea probiótica.
Estos microorganismos transforman la lactosa de la leche en ácido láctico, lo que da como resultado una bebida con sabor ligeramente ácido y con presencia de probióticos. Los búlgaros de leche se reproducen con cada uso y pueden emplearse de manera continua si se mantienen en condiciones adecuadas.
Este es el tiempo que los búlgaros de leche duran
Respecto a su durabilidad, los búlgaros de leche pueden conservarse activos durante varios años si se mantienen en leche fresca, refrigerados y con un recambio regular de líquido, según lo sugiere la COFEPRIS. Si se dejan sin alimento (leche) o se almacenan sin refrigeración, su viabilidad disminuye rápidamente.
Los búlgaros de leche —también conocidos como nódulos de kéfir— no tienen un periodo de caducidad, así que pueden durar indefinidamente si se cuidan correctamente. Su vida útil depende de factores como el almacenamiento y la higiene.
Algunas formas de conservar los búlgaros y garantizar su largo tiempo de uso consiste en almacenarlos en leche fresca, en un recipiente limpio y en el refrigerador, cambiando la leche cada 24 a 48 horas. Si deseas conservarlos por más tiempo sin usarlos, puedes deshidratarlos o congelarlos, prácticas que permiten guardar los búlgaros durante varios meses.
La vitalidad de los búlgaros disminuye si se dejan sin alimento, se contaminan o se someten a cambios bruscos de temperatura. Una colonia bien cuidada mantiene su capacidad para fermentar leche y producir kéfir de manera continua.