Académica de la UNAM advierte que violencia contra mujeres fractura tejido social: “Una de cada 3 ha sido víctima”

Karla Amozorrutia dijo que la agresión contra mujeres es una de las violaciones a los derechos humanos más extendida en el mundo

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La académica dijo que la agresión contra mujeres es una de las violaciones a los derechos humanos más extendida en el mundo. | (CDC Perú)
La académica dijo que la agresión contra mujeres es una de las violaciones a los derechos humanos más extendida en el mundo. | (CDC Perú)

Karla Amozorrutia Nava, directora de Gestión Comunitaria y Erradicación de las Violencias, de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que la violencia contra las mujeres fractura el tejido social, pues afecta de manera individual y colectiva, ya que cuando una persona la vive impacta en las relaciones de las demás.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hizo un llamado a actuar de manera urgente para erradicar las agresiones en contra de mujeres y niñas, puntualizando que estos casos siguen siendo una de las violaciones a los derechos humanos más extendida y generalizada en el mundo, ya que se calcula que en el orbe casi una de cada tres (736 millones), ha sido víctima de abuso físico y/o sexual, al menos una vez en su vida.

En una publicación de la UNAM, la especialista destacó que esta cifra se empata con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) en 2021 la cual refiere que de las de 15 años y más que han asistido a la escuela, el 32% ha padecido algún tipo de ataque a lo largo de su vida como estudiante.

“Ese porcentaje es elevado, es decir, las afectadas llegan a ser dos personas de cada cinco y que sea el espacio educativo donde se vive ese fenómeno nos pone en un lugar de responsabilidad. Como instituciones de educación superior debemos atacar esta problemática con todos los mecanismos que podamos ir construyendo”, señaló.

Mencionó que la adolescencia es el momento de cambios fisiológicos y cognitivos que las hacen más vulnerables a estas formas de coacción que están normalizadas, no se identifican claramente y tampoco es sencillo nombrarlas.

La académica indicó que la violencia contra la mujer sigue siendo un de las mayores violaciones a los derechos humanos. - crédito Colprensa
La académica indicó que la violencia contra la mujer sigue siendo un de las mayores violaciones a los derechos humanos. - crédito Colprensa

La académica añadió que en los espacios universitarios el tipo de daño que más se ve es el psicológico y es difícil identificarlo, porque puede ir desde un comentario machista, una sistemática humillación, denigración, hasta un chantaje de un compañero, colega, novio o alguien con quien se tiene una relación sexo-afectiva.

Puntualizó que los ataques contra las mujeres y las niñas no son aislados, por lo que siempre se entrecruzan con dificultades de índole sexual, físico, económico (suelen ser dependientes financieros), discriminación; muchas veces los agresores son las personas con las que tienen una relación parental (madre, padre y otras figuras del ámbito familiar).

Por ello, resaltó que la UNAM trabaja especialmente en generar una cultura de prevención a partir del bachillerato y se han impulsado una serie de cambios estructurales y normativos que enfatizan que la violencia hacia la mujer es considerada en la legislación de esta casa de estudios como una causa grave de responsabilidad, y quien la ejerza en cualquiera de sus modalidades puede ser sancionado.

En la CIGU, agrega, la prevención es sustantiva, pues se entiende que el problema es una consecuencia de las desigualdades estructurales que tenemos como sociedad y, por desgracia, afectan a las infancias y juventudes, por lo que es un reto para la Universidad Nacional, en el cual intervienen no solo las autoridades, sino que se requiere de la participación de las comunidades (estudiantil, académica y trabajadora).

Agregó que para que los estudiantes se concienticen e identifiquen los tipos de agresiones, la Universidad implementó desde hace tiempo acciones claras para seguir trabajando en generar una cultura que pase por la sensibilización, capacitación del cuerpo docente, así como de las asignaturas en la currícula.

Esto, con el objetivo de que los integrantes de la comunidad sepan cómo ayudar a alguien que experimente estas problemáticas, y es ahí donde corresponde a los educadores la posibilidad de analizar esto, desnaturalizar esas prácticas, romper con los estereotipos y roles de género, así como tener mayor claridad de que ninguna agresión puede existir.

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