Hace poco me reuní con el CEO de una gran corporación, quien me hizo una pregunta peculiar: ¿Preferiría tener una bola de cristal que siempre le muestre el futuro, o un tablero de ajedrez que siempre le indique la estrategia correcta?
Le dije que había una respuesta clara: La estrategia y la previsión alguna vez fueron la misma disciplina. Y deberían volver a serlo.
En los años 80 y 90, las empresas con visión de futuro utilizaban la estrategia y la previsión como una poderosa fuerza dual que guiaba a los líderes a mirar más allá del horizonte mediante modelos cuantitativos respaldados por datos, narrativas convincentes sobre futuros plausibles y decisiones informadas para mantenerse competitivos. El objetivo era proporcionar un punto de vista defendible a largo plazo, alinearse en temas clave e involucrar a los líderes en un diálogo común sobre múltiples escenarios para el futuro.
Al mismo tiempo, tanto líderes como gerentes usaban esa base de previsión para crear, calibrar y ejecutar sus estrategias a corto plazo. Compartían una perspectiva sobre dónde y cómo crecer, cómo ejecutar nuevas posiciones, y cómo mantener y defender el negocio principal.
Es hora de reunir de nuevo la estrategia y la previsión, reconocer que operan en el mismo continuo y restablecer las expectativas sobre lo que pueden lograr juntas. Con las actualizaciones y mejoras modernas de estas disciplinas combinadas, los líderes pueden agudizar su previsión del futuro, capacitando a los gerentes para tomar decisiones estratégicas informadas e impulsando a los equipos hacia un rendimiento superior. Este ámbito es la verdadera previsión estratégica: un enfoque disciplinado y sistemático para identificar dónde competir, cómo ganar en el futuro y cómo garantizar la resiliencia organizacional ante disrupciones imprevistas.
Nos encontramos en el entorno operativo más desafiante que he visto en 20 años, y este momento exige una nueva mentalidad. En el mundo empresarial, los ejecutivos con los que me reúno sienten curiosidad por la previsión estratégica, pero la tratan como una palabra de moda y aún no comprenden su valor.
CÓMO OPERACIONALIZAR LA PREVISIÓN ESTRATÉGICA EN SU ORGANIZACIÓN
Volver a unir la estrategia y la previsión da como resultado la evaluación de futuros potenciales, la gestión de los ejes estratégicos necesarios para navegarlos y, lo que es más importante, la medición de la eficacia de dichas iniciativas. Esta tríada (evaluación, gestión y medición) es la columna vertebral de una previsión estratégica eficaz y lo que une lo mejor de ambas. La previsión estratégica es intrínsecamente interdisciplinaria, no multidisciplinaria. Lo que significa que los líderes o los equipos no deben trabajar de forma aislada.
La previsión estratégica debe tener un alcance interfuncional, y el mandato del equipo debe ser interactuar con múltiples segmentos de la organización, y brindarles servicios y apoyo. Por esa razón, la previsión estratégica debe posicionarse de manera horizontal, trabajando con diferentes unidades (como marketing, finanzas, operaciones y desarrollo de productos) para asegurar que la empresa, de manera colectiva, sepa dónde competir, cómo ganar y, lo que es más importante, esté preparada para adaptarse a entornos empresariales inciertos. Los nuevos equipos de previsión estratégica, con la participación de las unidades de negocio, deben alinearse en una metodología repetible que pueda producir hallazgos accionables, estrategia competitiva y ejecución estratégica capaces de alcanzar las metas y objetivos comerciales establecidos por el liderazgo.
Mi enfoque de previsión estratégica se basa en investigación profunda, modelado riguroso, teoría de juegos, estrategia y storytelling.
He aquí una descripción general de nuestro proceso de 10 pasos:
1. Detección de señales: Combine la investigación primaria, los conocimientos de expertos y el reconocimiento de patrones impulsado por IA para detectar las primeras señales de cambio, dejando atrás el análisis tradicional del horizonte para adoptar un enfoque continuo y rico en datos.
2. Identificación de tendencias: Mida las tendencias utilizando el impulso, la trayectoria y el potencial disruptivo, asignando puntuaciones basadas en datos cuantitativos, como la actividad del mercado y los cambios regulatorios.
3. Temas macro: Identifique temas generales priorizando las tendencias con un impacto significativo basado en datos, lo cual conducirá a diálogos estratégicos con el liderazgo.
4. Incertidumbres: Aborde lo impredecible categorizando las incertidumbres y priorizándolas para cubrir un amplio rango estratégico. Utilice el marco analítico STREEEP + W: social (social), tecnológico (technological), regulatorio (regulatory), medioambiental (environmental), económico (economic), ético (ethical), político (political) y comodines (wild cards).
5. Desarrollar hipótesis sobre el futuro: Genere hipótesis generales combinando tendencias e incertidumbres, utilizando herramientas como matrices 2×2 y simulaciones de Monte Carlo, una poderosa técnica estadística automatizada que utiliza variables para modelar una serie de posibles resultados, con el fin de minimizar el sesgo.
6. Escenarios: Los escenarios deben prepararse específicamente para que el ejecutivo, gerente o equipo los utilice para tomar decisiones, y siempre deben estar respaldados por la investigación. En nuestro trabajo, no usamos una plantilla estándar, porque la cultura de cada organización es muy diferente.
7. Puente hacia la estrategia: Utilice los escenarios para realizar un análisis FODA, cuestionando las hipótesis y poniendo a prueba la capacidad de adaptación de la organización a las condiciones futuras.
8. Estrategia: Utilice la planificación estratégica tradicional para alinear a las partes interesadas y obtener el apoyo de los ejecutivos, enfocándose en decisiones clave como el desarrollo de productos, y las fusiones y adquisiciones.
9. Ejecución estratégica: Alinee las funciones organizacionales con los objetivos estratégicos, establezca nuevos indicadores de desempeño y ejecute tácticas operativas.
10. Medir y recalibrar: Los equipos deben establecer una forma de supervisar continuamente el progreso y ser capaces de realizar ajustes ágiles en las tácticas en respuesta a la retroalimentación del mercado en tiempo real y a la evolución del panorama empresarial.
Aunque el proceso general es lineal, este trabajo no tiene fin. Los equipos deben mantener un ciclo de previsión estratégica mediante la detección continua de señales, la identificación de tendencias y el desarrollo de hallazgos accionables. Nuestro enfoque es único y específico, pero efectivo. Aunque cada equipo de previsión estratégica debe adoptar y formalizar su propio método repetible, este debe estar absolutamente anclado en investigación, modelado, storytelling y estrategia.
LA PREVISIÓN ESTRATÉGICA EN LA PRÁCTICA
La previsión estratégica puede posicionar a cualquier empresa para sobrevivir y prosperar en medio de la incertidumbre.
Netflix pasó del alquiler de DVDs a los servicios de streaming, anticipándose al cambio en los hábitos de consumo hacia la visualización de contenido en línea, una decisión que ha consolidado su dominio en el mercado. Schibsted, un portafolio de marcas de consumo digital con sede en Oslo y una empresa a la que asesoramos, utilizó la previsión estratégica para anticipar cómo el internet podría acabar con su negocio de publicidad, y utilizó esos conocimientos para crear su propio negocio de publicidad digital, adelantándose a su tiempo. Actualmente, Schibsted es una de las empresas de medios más exitosas y respetadas del mundo.
Hoy en día vivimos en un mundo mucho más complejo de lo que jamás imaginaron los estrategas corporativos y futuristas. Líderes, olviden sus bolas de cristal y sus tableros de ajedrez. La previsión estratégica es eficaz, está a su alcance y les ayudará a navegar por las próximas oleadas de disrupción y transformación.