La transición hacia la jubilación constituye una etapa crucial en la vida de cualquier trabajador. Es el momento en que las preocupaciones laborales dan paso a una nueva fase de descanso y disfrute personal. No obstante, uno de los aspectos que más incertidumbre genera es la cantidad económica que se recibirá en forma de pensión de jubilación. En España, el sistema de la Seguridad Social determina esta cantidad según los años cotizados, un factor esencial para calcular la cuantía de la pensión que recibirán los ciudadanos al retirarse del mercado laboral, ya sea al alcanzar la edad legal establecida o al cumplir con ciertos requisitos para la jubilación anticipada.
La base del sistema de pensiones español radica en la contribución a la Seguridad Social, lo cual influye directamente en la pensión que se otorgará al momento de jubilarse. Este sistema pretende asegurar que aquellos que han contribuido activamente al mercado laboral reciban una compensación económica acorde durante su retiro.
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Para acceder a la pensión contributiva de jubilación, es imprescindible haber cotizado un mínimo de 15 años. Sin embargo, alcanzar la pensión máxima requiere de un periodo de contribución más extenso, específicamente de 38 años o más, así como superar los 65 años de edad, aunque recientemente el Gobierno ha incrementado la edad efectiva de jubilación. En caso de no llegar a los 38 años cotizados, el jubilado debe tener al menos 66 años y seis meses para poder optar al 100% de la pensión.
El cálculo de la pensión se centra en la base reguladora, determinada por las cotizaciones realizadas durante los últimos años de trabajo. La Seguridad Social utiliza esta base para establecer la cantidad correspondiente a cada jubilado, tomando en cuenta el período cotizado. Es un sistema que busca proporcionar una pensión justa, acorde al esfuerzo y aporte de cada trabajador al conjunto de la sociedad.
La reglamentación vigente establece que la pensión se calcula aplicando un porcentaje sobre la base reguladora, que varía en función de los años cotizados. Este porcentaje inicia con un 50% para aquellos que han alcanzado los 15 años mínimos de cotización. A partir de allí, se incrementa progresivamente un 3% por cada año adicional desde el decimosexto hasta el vigésimo quinto año. Tras el vigésimo sexto año, el aumento es del 2% anual hasta llegar al 100% de la base reguladora a los 35 años de cotización.
Para aquellos que han cotizado 27 años a la Seguridad Social, esto se traduce en un derecho a recibir el 84% de su base reguladora como pensión. Es importante destacar que la cifra de la pensión fluctuará en base a la base de cotización que el trabajador haya tenido a lo largo de su vida laboral, lo cual refleja la personalización del cálculo de la pensión en función del historial de contribuciones de cada individuo.
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El esquema español de pensiones refleja un equilibrio entre la contribución y el beneficio, donde los años de trabajo y aporte a la sociedad determinan la cuantía de la pensión. Este sistema busca garantizar una jubilación digna para los trabajadores, permitiéndoles disfrutar de una etapa de retiro con seguridad económica.
La estructura de cálculo de la pensión manifiesta la voluntad del sistema de seguridad social de reconocer y valorar la dedicación laboral, proporcionando un mecanismo que asegura que cada trabajador reciba una pensión proporcional a su contribución. Este enfoque no solo promueve la equidad dentro del sistema de pensiones, sino que además respalda la cohesión social, asegurando que los jubilados puedan mantener un nivel de vida acorde y digno tras años de esfuerzo y dedicación al ámbito laboral.