La organización que lucha contra las enfermedades olvidadas, Princesa de Cooperación

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Oviedo, 1 jun. La Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas, organización que desarrolla nuevos tratamientos para pacientes de comunidades pobres y vulnerables, ha sido distinguida este jueves con el Premio Princesa de Cooperación Internacional 2023 por una labor que salvará "millones de vidas en todo el mundo".

El jurado ha decidido por unanimidad premiar a esta organización sin fines de lucro tras haber desarrollado en sus veinte años de historia numerosos medicamentos "eficaces", "accesibles" y "asequibles" para dolencias que causan "graves estigmas sociales y millones de muertes al año".

Entre las enfermedades en las que centra su trabajo, muchas de las cuales afectan especialmente a áreas tropicales, están la ceguera de los ríos o filariasis, la enfermedad del sueño, la leishmaniasis cutánea y visceral, la hepatitis C, la malaria, la meningitis criptocócica, el dengue, el VIH, el micetoma y, en los últimos años, la COVID-19.

Tras conocer la concesión del galardón, el director ejecutivo, Luis Pizarro, ha confiado en que el reconocimiento ayude a las 1.500 millones de víctimas de enfermedades desatendidas que no reciben el tratamiento que necesitan.

DOCE TRATAMIENTOS DESDE SU CREACIÓN EN 2003

Con más de doscientos socios en más de cuarenta países, la red (DNDi, en sus siglas en inglés) fue fundada por Médicos sin Fronteras, la Organización Mundial de la Salud y otras cinco instituciones públicas y privadas de Brasil, Francia, India, Kenia y Malasia y desde su puesta en marcha ha logrado desarrollar doce tratamientos para seis enfermedades.

Entre ellos nuevas combinaciones de medicamentos para la leishmaniasis visceral (kala-azar), dos antipalúdicos con dosis fija, un tratamiento antirretroviral sencillo y adecuado a niños pequeños con VIH y la primera entidad química que ha desarrollado con éxito, el fexinidazol, aprobado en el 2018 para el tratamiento de ambas fases de la enfermedad del sueño.

La DNDi acomete un promedio de veinte estudios clínicos cada año, tiene nueve proyectos de I+D en fase III y en proceso de registro y ha diseñado un Plan Estratégico hasta 2028 con el que pretende conseguir entre quince y dieciocho tratamientos y de ocho a diez medicamentos nuevos.

LUCHAR CONTRA ENFERMEDADES SENSIBLES AL CAMBIO CLIMÁTICO

Entre sus objetivos se encuentra continuar trabajando particularmente en enfermedades infecciosas sensibles al cambio climático, como el dengue, para el que aún no hay un tratamiento específico.

También se ha marcado como reto ampliar el catálogo de dolencias objeto de estudio, como la mordedura de serpientes y la esquistosomiasis.

Según datos de la organización, una de cada cinco personas en todo el mundo (quinientos millones de ellas niños) sufre al menos una enfermedad desatendida, y dada su poca incidencia con respecto a otro tipo de dolencias provoca que el desarrollo de medicamentos o tratamientos para ellas no resulte rentable en términos económicos.

FINANCIACIÓN DE ENTIDADES PÚBLICAS Y PRIVADAS

Con sede central en Ginebra y otras ocho repartidas por el mundo, la organización fue dirigida por Bernard Pécoul desde 2003 hasta 2022, año en el que fue sustituido por el doctor Luis Pizarro, médico chileno-francés y experto en salud mundial.

La iniciativa recibe financiación de entidades públicas y privadas, y a lo largo de su historia ha contado con fondos de la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Carlos Slim y la Fundación "La Caixa", entre muchos otros.

En España, la DNDi ha participado en sesiones científicas, como la de ‘Enfermedades Tropicales Desatendidas y Objetivos Sostenibles del Milenio’, que organizó en enero de 2020 junto a la Real Academia Nacional de Medicina, y el Gobierno español ha destinado ayudas a la organización -12 millones de euros entre 2006 y 2012-.

La candidatura fue propuesta por el presidente de la Real Academia de Medicina de España, Eduardo Díaz-Rubio García, y apoyada, entre otros, por Françoise Barré-Sinoussi, premio Nobel de Fisiología 2008, y Christos Christou, presidente internacional de Médicos Sin Fronteras, entidad galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1991. EFE

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