Iglesia Católica reiteró su respaldo con el inicio de los diálogos con la Segunda Marquetalia

El obispo de Tibú expresó que desde esa congregación quieren que se logre un cese de la violencia en Norte de Santander

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Guerrilleros de las disidencias de las FARC en una fotografía de archivo. EFE/ Ernesto Guzmán
Guerrilleros de las disidencias de las FARC en una fotografía de archivo. EFE/ Ernesto Guzmán

La Conferencia Episcopal de Colombia reiteró desde la Santa Sede, en Roma (Italia), la importancia de ser “artesanos de la paz” previo al inicio del ciclo de negociaciones de paz entre el Gobierno y la Segunda Marquetalia, que se llevarán a cabo en Caracas (Venezuela), grupo insurgente cuyo fundador y máximo jefe insurgente es Luciano Marín, alias Iván Márquez, que no se acogió al acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las Farc en 2016, donde era uno de los integrantes de su secretariado.

“Hemos insistido en ser artesanos de la paz”, afirmó Israel Bravo Cortés, representante del episcopado colombiano, durante su estancia en el Vaticano para un encuentro con Cáritas de otros países, que es el órgano de la iglesia Católica de acción caritativa.

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Se debe recordar que en un comunicado conjunto entre el Gobierno Nacional y el grupo insurgente el pasado 4 de junio anunciaron que iniciarían acercamientos con miras a iniciar un proceso de paz, donde precisamente se buscó el acompañamiento de los representantes del catolicismo como lo han hecho con el resto de grupos armados ilegales con los que adelantan conversaciones la administración de Gustavo Petro.

“Las partes coincidieron en que Colombia vive, bajo el actual Gobierno, un momento excepcional y de intensa disputa por la definición del futuro del país. Este proceso de paz se enmarca en los esfuerzos para llevar a cabo cambios y reformas democráticas para beneficio de la población (sic)”, señalaron en uno de los apartes del documento.

Alias Iván Márquez, cabecilla de la Segunda Marquetalia, se reunió con Otty Patiño, alto comisionado para la Paz - crédito Revista Raya
Alias Iván Márquez, cabecilla de la Segunda Marquetalia, se reunió con Otty Patiño, alto comisionado para la Paz - crédito Revista Raya

Evento que tuvo gran significado ya que se tomaron una fotografía en la que reapareció formalmente ‘Iván Márquez’, de quien no se tenían noticias, luego de que sufriera un grave atentado en su contra en territorio del hermano país en 2023 y prácticamente lo dieran por muerto.

Este nuevo pronunciamiento de un prelado de la iglesia es significativo, ya que Bravo Cortés es el obispo de la diócesis de Tibú (Norte de Santander), donde tiene injerencia el Frente 33 del autodenominado Estado Mayor Central (EMC), el principal grupo disidente de las Farc, que trafica grandes volúmenes de cocaína en una zona “golpeada por la violencia”, según el religioso, pero en donde también hay disputas por las rentas ilegales con la disidencia de Márquez, por lo que un cese de acciones bélicas con esa estructura podría dar algo de paz en esa zona del Catatumbo.

Además, el Gobierno de Colombia informó este miércoles que no renovará el cese el fuego con el EMC en medio de los ataques y violencia, en especial en los departamentos del Cauca y del Valle, y cuya intención sería retomar un cese de hostilidades.

La Iglesia colombiana, que participará en la mesa de negociación en las próximas semanas, manifestó su “deseo de transformar la vida de las personas” y alentó a los participantes en la conferencia de paz a “mantenerse” en ella y tener “la capacidad de vislumbrar el país lejos de violencia y armas”.

“Y, sobre todo, atreverse a pensar en un país en el que podamos caber todos a pesar de nuestras diferencias en nuestras diferentes ideologías”, expresó Bravo.

Los representantes de la Conferencia Episcopal colombiana se reunieron con el papa Francisco este jueves, quien les instó “insistentemente” a trabajar “por la paz”, aseguró el obispo colombiano.

En cuanto a los avances en la paz, Bravo expresó que siente que “al menos con la parte de la disidencia de la Farc que están sentados a la mesa hay un buen clima y buen ambiente”.

También existe “el deseo de salir del atraso” en el que está sumido el país latinoamericano, así como la voluntad de “voltear página y construir un ambiente digno y solidario”.

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