En Cali, Valle del Cauca, las autoridades llevaron a cabo la detención de un individuo señalado de ser el “santero” que brindaba su apoyo a las disidencias de las FARC del frente ‘Jaime Martínez’.
Este sujeto es acusado de bendecir armamentos y realizar rituales de santería para el grupo armado. Durante el operativo, se incautaron armas de fuego, explosivos y objetos relacionados con prácticas esotéricas.
Se trata de un hombre de nacionalidad venezolana conocido como El Santero, o El Padrino, que se había ganado la confianza de los mandos del grupo armado, y además, se encargó de transportar y almacenar armas de fuego y explosivos utilizados en actos terroristas contra la Fuerza Pública en esta región del país.
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El coronel Carlos Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, afirmó que el individuó había llegado al departamento desde hace tres años, pero que en el último se sumó a las filas del frente Jaime Martínez, con fuerte presencia en la zona de Jamundí. Se presume que El Santero sostenía una cercana relación con los líderes de esta subestructura, con quienes se reunía de forma clandestina.
En esos encuentros, el hombre recibía los elementos a ser sometidos a las prácticas de santería, como armas, granadas y munición, para posteriormente entregarlos a las redes de apoyo de la estructura residual con el fin de realizar acciones ofensivas contra la fuerza pública y alterar el orden, según dijo el comandante Oviedo.
Las autoridades lo encontraron en una vivienda del barrio Vallado, en la capital vallecaucana. Allí lo capturó en flagrancia, pues allí encontraron dos pistolas, un revólver, una granada de fragmentación, 25 cartuchos de diferentes calibres, seis celulares, dosis de estupefacientes y elementos que mostrarían sus prácticas de rituales de santería como altares, figuras, partes y sangre de animales.
El Santero ya fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación, que lo presentó ante un juez con función de control de garantías, que le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario.
Segundo al mando de las disidencias de las Farc en el Cauca recibió beneficios por ser indígena fue dejado en libertad
En un giro controversial en el sector judicial colombiano, un alto cargo de la disidencia de las FARC conocido como alias Jimmy o Cabezas, quien ocupaba una posición de liderazgo dentro del frente Jaime Martínez del Estado Mayor Central, ha sido liberado de la prisión domiciliaria bajo la cual se encontraba. Esta decisión se produce a pesar de las acusaciones contra él por participar en delitos de narcotráfico y extorsión y sus vínculos con la estructura disidente Dagoberto Ramos, implicada en actividades ilegales en los departamentos de Valle del Cauca y Cauca.
La situación legal de Jimmy cambió cuando se consideraron argumentos presentados por su defensa, quienes afirmaron que el acusado es parte de una comunidad indígena en Cauca, lo que le permitiría ciertos beneficios judiciales, incluida la libertad de movimiento a pesar de las restricciones previas. Sin embargo, fue recapturado tras ser encontrado en Pradera, Valle, en contravención de las medidas impuestas, revelando complicaciones en la aplicación de la justicia. La Policía Valle, a través del coronel Giovanni Cristancho, ha identificado a Jimmy como un posible líder financiero dentro de la organización, subrayando su rol en la capacitación de nuevos miembros.
Además, este incidente coincide con un reciente ataque terrorista en Cali, cerca del Batallón Pichincha, donde un vehículo cargado de explosivos detonó, resultando en varios heridos, pero sin pérdidas mortales. Las autoridades han relacionado este acto con el frente Jaime Martínez, señalando a tres de sus miembros como los responsables. Este evento ha causado alarma en la comunidad y ha intensificado los debates sobre la seguridad en la zona, con el director general de la Policía, William René Salamanca, condenando el atentado y prometiendo acciones enérgicas contra los implicados.
La liberación de alias Jimmy destaca las complejidades legales y los desafíos que enfrenta la región en la lucha contra las disidencias armadas y sus redes de narcotráfico y violencia. Este caso pone de relieve las tensiones entre la aplicación de la ley, los derechos indígenas y las estrategias para manejar efectivamente la seguridad interna en Colombia.
*Esta nota fue hecha con ayuda de la Inteligencia Artificial