Las relaciones bilaterales entre el Perú y Chile han mostrado grandes avances durante los últimos años, pero por momentos han resurgido las tensiones a partir de cuestionamientos a la labor de las Fuerzas Armadas del país sureño. Las acusaciones de espionaje han protagonizado diversos titulares y recientemente ha vuelto a suceder tras revelarse la existencia del proyecto “Caliche”. Aquí un repaso de los casos más sonados de espionaje.
EL ÚLTIMO FUSILADO
El petrolero chileno Beagle desembarcó en el puerto de Talara en 1978 para abastecerse de combustible. Sin embargo, en aquella visita los oficiales militares chilenos capitán Sergio Jarpa y teniente Alfredo Andoázegui fueron descubiertos tomando fotografías de aviones de combate adquiridos por el Perú a la URSS. Estos señalaron que solo cumplían órdenes de Francisco Bulnes, el entonces embajador de Chile en el Perú.
El entonces gobernante Francisco Morales Bermúdez expulsó al diplomático. Sin embargo se descubrió que el exsuboficial FAP Julio Vargas Garayar trabajaba en la embajada chilena luego de ser dado de baja. A sus 29 años fue acusado de espía y sentenciado a muerte en un juicio sumario. Luego de que se le rechazara un pedido de indulto, fue fusilado el 20 de enero de 1979 siendo, hasta ahora, el último peruano en ser fusilado por traición a la patria.
INFORMACIÓN POR DINERO
En noviembre del 2009, luego de una investigación en la que participó la fiscalía, el gobierno peruano envió un folio al gobierno chileno dando cuenta de lo dicho por el suboficial FAP Víctor Ariza en cuatro interrogatorios. Este señaló que había entregado información confidencial a cambio de dinero y trató de justificar el hecho señalando que se trataba de datos de poco valor para el país extranjero.
Este fue denunciado penalmente por delitos contra el Estado y la defensa nacional en la modalidad de atentados contra la seguridad y traición a la patria por haber revelado secretos nacionales. Ariza fue sentenciado a 25 años de prisión y al pago de US $248.000 como multa. El gobierno de Chile negó la existencia de espionaje y lamentó los comentarios del entonces presidente Alan García, quien señaló que dichas prácticas era propias de un republiqueta y no de un país democrático.
MARINA IMPLICADA
Mientras que un integrante de la Marina de Guerra del Perú fue acusado de desobediencia, otros dos por infidencia y traición a la patria en tiempos de paz. Según el entonces ministro de Defensa, Pedro Cateriano, los dos últimos habrían realizado viajes a Chile, Argentina, Brasil y Bolivia donde supuestamente se habrían reunido con militares chilenos. Estos señalaron que conversaron con empresarios italiano “que les ofrecieron dinero por entregarles información de la pesca peruana”.
El hecho de que estos oficiales no contaran con los recursos para realizar los mencionados viajes llamaron la atención y así se fue descubriendo los vínculos construidos durante sus visitas a los países extranjeros. En el 2016, el suboficial Alfredo Domínguez Raffo fue sentenciado a 35 años de cárcel por el delito de traición a la patria tras probarse que vendió secretos militares a Chile. Además la reparación civil a pagar ascendió a S/. 20,000.
SUPUESTO ESPIONAJE PERUANO
Operarios de limpieza peruanos identificados como Carlos Cristóbal Solís y Odar de la Cruz Muñoz fueron sorprendidos tomando fotografías en recintos de la Armada Chilena. Las autoridades del país vecino habrían encontrado en sus máquinas imágenes de fuerzas de élite y de una fracción de la escuadra nacional chilena. Además, estos habrían ingresado a Chile con visa de turismo.
El entonces vicecanciller del Perú, Gonzalo Gutiérrez, informó que los implicados fueron detenidos por una horas, pero finalmente liberados. Solo se les impuso una multa por trabajar sin permiso frente a astilleros navales. Además resaltó que “tomar fotos al mar” no afectaba a la seguridad del país vecino.
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