Un pacto de paz de la mano con las madres

Por José Narro Céspedes *

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Senador de la República por el Estado de Zacatecas, en representación del partido Morena

Tras haber vivido inmerecidos episodios muy lamentables en los que personas inocentes y civiles de entidades como Guanajuato, Jalisco, Chihuahua y hasta Baja California resultaron afectadas, es fundamental llamar a un pacto de paz desde el respeto a los derechos humanos, priorizando a las víctimas, mujeres y madres así como a las familias.

Hoy más que nunca es necesario continuar atendiendo las causas del delito y hacer un llamado a grupos opositores para guardar un pacto de paz por el bienestar de México. No es aceptable que un un régimen democrático, existan acuerdos oscuros que se expresen de manera sincronizada con el objeto de sembrar miedo, provocar inestabilidad y divulgar la percepción de que el país corre riesgo.

Ningún otro sexenio había logrado guardar una disminución en la estadística de homicidios dolosos como lo ha logrado el encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Históricamente, inclusive, el proceso de pacificación en entidades duramente afectados como Michoacán nos brindó este fin de semana la captura de 167 elementos del Cártel Pueblos Unidos.

Pareciera que el anuncio del decreto presidencial para incorporar la Guardia Nacional a la Sedena hubiese provocado incomodidad entre grupos que se rehusan a perder sus privilegios. La convicción de que atendiendo a las juventudes, niñas, niños, adolescentes, madres, víctimas y familias a recuperar la tranquilidad y el tejido social es firme.

La incorporación de la Guardia Nacional a la Sedena parece incomodar a los grupos delictivos y por eso se manifiestan en contra por medio de disturbios Partido Movimiento Regeneración Nacional. (Foto: archivo)

Prueba de ello es que atendiendo al otorgamiento de becas universales y programas sociales desde la infancia, en las comunidades puede percibirse una mejoría que impacta en quienes menos tienen, beneficio que aún se va extendiendo por todo el país.

Un pacto de paz para que los ciudadanos dejen de ser tomados como rehenes por parte de grupos criminales, para que los opositores puedan participar en la democracia de manera transparente, libre y pacífica. Este lunes, recibí la sorpresa de ser reconocido por las madres que participan en el activismo prominente de diversas legislaciones como un representante empático a su causa.

Los trabajos que han logrado en el avance de la Ley Vicaria, la presentación de la Ley Camila, el impulso de la Ley Monzón así como los cambios legislativos y en la política exterior para proteger a las madres que crían en autonomía permiten constar que son las madres quienes impulsan una revolución en la que no podemos ser omisos.

Ellas construyen la paz y fortifican el tejido social, son quienes brindan el pilar de la sociedad. A esa labor, es necesario incorporar a los hombres como padres, cuidadores, proveedores responsables y principalmente, como ciudadanos que no ejerzan ningún tipo de violencia.

La promoción de leyes que protejan a las mujeres es importante para un mejor desarrollo del país Foto: CUARTOSCURO

Si es que la mujer debe ser reconocida en sus derechos y protegida por la legislación, las madres en su carácter de cuidadoras involucran su propia estabilidad en la estabilidad de sus menores hijas e hijos. Eso quiere decir que ningún agresor que ejerza violencia contra una madre lo estará haciendo únicamente hacia aquella madre, sino que esa violencia puede hacerse extensiva hacia los menores, dañándoles gravemente.

Reconozco en las madres a las articuladoras primordiales de sociedades justas, a las mujeres con quienes el Estado guarda una deuda histórica de justicia, verdad, protección y derechos.

Esa deuda es tan grande, que a la Cuarta Transformación le corresponde eliminar las brechas del privilegio que les impide acceder a defensas legales, eliminar la desigualdad que a las madres les impide acceder a los empleos y a los sueldos que merecen, combatir el abandono paternal y reconocer que ninguna agresión hacia una madre puede ser tolerada así como ninguna violencia hacia niñas, niños y adolescentes puede tener lugar.

El reconocimiento que le hacen extensivo al firmante las organizaciones CAM CAI, Defensoría Popular Feminista, Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria, FEM x FEM y Ley Camila me honra pues no hay dolor que nos sea indiferente, ni existe acción suficiente que pueda devolver a millones de mujeres lo que el patriarcado les ha negado, pero una conciencia cambiada y una voluntad transformada, orientada hacia la igualdad, puede hacer pequeñas grandes diferencias.

A la revolución de las madres, mi reconocimiento y apoyo incondicional. Pacificación para las madres, para las infancias, para las familias, verdad y justicia.

*Senador de la República por el Estado de Zacatecas, en representación del partido Morena

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