La Universidad Nacional anunció que cerrará su campus en Bogotá este jueves, este es el motivo

Para esa fecha estaba programada la tradicional celebración del “aquelarre”. Pero, también habrá manifestaciones por hechos ocurridos al interior del campus

Compartir
Compartir articulo
Imagen de archivo. Campus de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Foto: Universidad Nacional de Colombia
Imagen de archivo. Campus de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Foto: Universidad Nacional de Colombia

El Consejo de la Universidad Nacional sede Bogotá anunció a través de un comunicado que este jueves cerrará el campus con el fin de prevenir situaciones de riesgo que puedan suceder ese día por la celebración del tradicional “aquelarre”, una manifestación cultural que se lleva a cabo cada año por iniciativa de los estudiantes en fechas cercanas al 31 de octubre, y que tendrá que ser cancelada.

Esta decisión se tomó “considerando las situaciones que se han presentado en años anteriores en el campus de la sede, con motivo de la celebración del 31 de octubre, y con ánimo de prevenir situaciones de riesgo para la comunidad universitaria”, argumento el Consejo.

Además, en el comunicado agregaron que “las actividades académicas de manera remota y/o virtual y únicamente de forma presencial las clases los laboratorios y prácticas, para lo cual las Decanaturas de las Facultades deben remitir a la División de Vigilancia y Seguridad, los listados de los estudiantes y personal de apoyo que ingresarán al campus”.

Grupos de estudiantes anunciaron marchas para expresar su inconformidad por esta decisión y por hechos presentados al interior del campus, incluido un presunto caso de agresión sexual y una denuncia de agresión física a un estudiante.

Justamente, esta agresión sexual habría ocurrido en medio de los aquelarres y la víctima habría sido una estudiante. Los colectivos feministas estudiantiles denunciaron que hechos como este han sucedido en repetidas ocasiones, pero que la Universidad no ha tomado ninguna medida ni para prevenir ni esclarecer estos casos.

No obstante, fuentes consultadas por el periódico El Tiempo aseguran que la institución se encuentra haciendo las investigaciones correspondientes para llegar al fondo de los casos y poder tomar las medidas necesarias de ser encontrada alguna responsabilidad.

De hecho, el pasado 20 de octubre ya hubo algunas manifestaciones por estos hechos, cuando un grupo de mujeres gritaban dentro de las instalaciones de la universidad a un solo grito: “Fuera, machos. Hoy no hay farra, hoy hay rebeldía”.

Además, con un megáfono en mano, las alumnas recorrían los pasillos de la instutición preguntando quiénes habían sufrido este tipo de violencia y de esta manera las invitaban a confesar el nombre de los posibles agresores.

Por ortra parte, la agresión sufrida por parte de un estudiante habría sido propinada por agentes de la División de Seguridad y Vigilancia de la Universidad. Los convocantes de las marchas piden esclarecer lo sucedido y sanciones efectivas en contra de los funcionarios involucrados.

De todas formas, las actividades culturales que estaban programadas para el jueves 27 de octubre se podrán realizar el 4 de noviembre, eso sí, con la supervisión y coordinación de las respectivas decanaturas y direcciones de Bienestar de las facultades.

Así fue el caso de presunta violencia sexual contra una estudiante

Los sucesos habrían tenido fecha el jueves 11 de agosto. La joven empieza su relato así: “estaba bastante tomada”. Agregó que luego de quedar sola en medio de la muchedumbre, aceptó bailar con un grupo de hombres que estaba en el lugar. Minutos después, la mujer al sentirse incómoda intentó alejarse, sin embargo, los sujetos no permitieron hacerlo, uno de ellos le dijo “no vas para ningún lado”, ante esta afirmación la joven se sintió insegura.

Después, dos de los presuntos agresores la arrinconaron y besaron en el cuello. En la descripción de la alumna, quien prefirió mantener su identidad en el anonimato, contó que mientras ella estaba en shock por la situación, escuchaba a los amigos de los victimarios reír. Ella asegura también que se aprovecharon de que tenía un vestido. Uno de los agresores puso su mano en sus partes íntimas y al no poder gritar, solo pudo llorar.

“Comencé a llorar y no podía hablar. Entre tres me empezaron a manosear la cintura, la espalda. Me introdujeron los dedos en mi vagina. Lo único que alcancé a decir es que no me hicieran nada, pero ellos siguieron”, dice en el relato que fue recopilado y publicado por la Mesa Feminista La Ramona.

SEGUIR LEYENDO: