El Consejo de Seguridad Naciones Unidas mantendrá este viernes una reunión para abordar la situación en Líbano tras la explosión de miles de dispositivos de seguridad en el país, ataques achacados a Israel que han dejado cerca de 40 muertos y alrededor de 3.000 heridos, según el último balance de las autoridades libanesas. Fuentes de la presidencia eslovena --que encabeza en estos momentos el organismo-- han indicado en declaraciones concedidas a Europa Press que la reunión arrancará a las 15.00 horas (las 21.00 horas en España peninsular e Islas Baleares) para abordar la situación "bajo la agenda de Oriente Próximo, incluida la cuestión palestina". Así, han especificado que tanto la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, Rosemary DiCarlo, como el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, realizarán declaraciones ante el organismo sobre los acontecimientos en Líbano y el resto de la región. La presidencia eslovena ha manifestado además que ha recibido peticiones de intervención por parte de las delegaciones de Israel, Líbano, Irán y Siria y ha confirmado que tiene planeado dar la palabra a todos los solicitantes. "Tras la reunión habrá consultas a puerta cerrada", han sostenido estas fuentes. La reunión tendrá lugar a petición de Argelia, que reclamó, a solicitud de Líbano, una reunión de emergencia del organismo, según la agencia estatal argelina de noticias, APS. El ministro de Información argelino, Ziad Makari, destacó que Argel "inició inmediatamente todos los contactos necesarios con los países implicados y la ONU para que haya rendición de cuentas por este crimen". Líbano ha sido escenario en los últimos días de una serie de explosiones de dispositivos de comunicación --el martes 'buscas' y el miércoles 'walkie-talkies'-- presuntamente vinculados al partido-milicia chií libanés Hezbolá. El carácter indiscriminado de los ataques, que quedó palpable con explosiones en lugares ajenos al ámbito militar o con gran afluencia de gente, ha sido criticado por Naciones Unidas, cuyo secretario general, António Guterres, ha instado a no utilizar como armas objetos civiles. De hecho, el primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, hizo el jueves un llamamiento al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que adopte una "posición firme" en contra de la "agresión israelí" y su "guerra tecnológica". "La primera responsabilidad en este contexto recae en la comunidad internacional, y debe disuadir a Israel de su agresión, porque este asunto no sólo concierne a Líbano, sino a toda la humanidad", sostuvo. Parte de la comunidad internacional ha mostrado su apoyo a Líbano y sus principales socios --como Irán, los rebeldes hutíes y las milicias palestinas-- no han dudado en señalar a Israel. Así, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, acusó a Israel de provocar una "masacre sin precedentes" y "superar todas las 'líneas rojas'". En este sentido, explicó que los dispositivos de comunicación no solo estaban en posesión de miembros de Hezbolá, sino que se trata de dispositivos "muy extendidos en diferentes capas de la sociedad". Las explosiones sorprendieron a civiles que estaban en hospitales, mercados o en la vía pública, argumentó, antes de asegurar que "Israel intentó matar a más de 5.000 personas". Las hostilidades en la región estallaron después de que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas lanzaran el 7 de octubre una serie de ataques contra Israel que dejaron casi 1.200 muertos y más de 240 rehenes. El Ejército israelí inició entonces una cruenta campaña militar contra Gaza que se salda por el momento con casi 41.300 muertos, a los que se suman más de 700 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este. Los ataques del 7 de octubre, denominados 'Inundación de Al Aqsa' por Hamás y sus aliados, llevaron además a la apertura del frente en la frontera entre Israel y Líbano, con combates constantes desde hace más de once meses. Además, los hutíes y milicias proiraníes de Irak han lanzado misiles y drones contra Israel --que ha ejecutado bombardeos contra territorio de Líbano, Siria y Yemen-- en respuesta a su ofensiva contra Gaza.