Ejército y paramilitares sudaneses ofrecen acceso seguro a la ayuda través de dos vías

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Ginebra, 23 ago (EFE).- El Ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) han ofrecido un acceso seguro y sin obstáculos para la ayuda humanitaria a través de sendas vías terrestres que dan acceso transfronterizo a la región de Darfur y a otras áreas por la carretera de Dabbah desde Puerto Sudán, para aliviar las condiciones de hambre entre la población.

Un grupo de países que ha intentado mediar en la guerra entre las FAR y el Ejército sudanés anunció este viernes el compromiso, al término de diez días de reuniones dirigidas a lanzar negociaciones de paz, un objetivo que no progresó porque los militares se negaron a enviar una delegación a las conversaciones que se desarrollaron en Ginebra.

En una declaración común los participantes dijeron que se está avanzando para abrir una tercera arteria humanitaria que desde la localidad de Gedaref pasaría por el cruce de Sennar (sur), lo que permitiría asistir a unos once millones de sudaneses en distintos estados.

Las tres vías en conjunto darían acceso a veinte millones de personas, declaró el representante de Estados Unidos, Tom Perriello, en una conferencia de prensa.

Estados Unidos ha coordinado el proceso diplomático en el que han participado delegaciones de Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, países de importancia regional y con influencia en las partes de este conflicto, que ha causado la muerte de al menos 18.000 personas en dieciséis meses y el desplazamiento forzoso de más de diez millones de civiles.

En las reuniones, las FAR también aceptaron utilizar un sistema de notificación simplificado para facilitar el transporte y entrega de la ayuda humanitaria en condiciones mínimas de seguridad (tanto para los trabajadores humanitarios como para los civiles).

Los países mediadores pidieron al Ejército sudanés, bajo el mando de la cúpula militar que dirige el país, que asuma una posición similar.

Los paramilitares también prometieron respetar una especie de "código de conducta" y dar órdenes claras a todos sus combatientes para que cesen de cometer violaciones de los derechos humanos, en particular actos de violencia sexual contra mujeres y menores, que no usen el hambre como arma de guerra y que no ataquen terrenos de cultivo o a las personas que trabajan en éstos.

Perriello, quien ha actuado como coordinador de estas reuniones, dijo que si el ejército hubiese aceptado asistir a las conversaciones se hubiese avanzado más, pero quiso restar importancia a esta ausencia al recordar que la comunicación virtual con los mandos militares fue constante y que esto también dio ciertos resultados positivos

No obstante, la ausencia de los militares, reconoció el estadounidense, perjudicó en particular los avances para un cese de las hostilidades.

Según Perriello, las conversaciones concluyeron sin una fecha concreta para que se reanuden y a la espera de que se produzcan avances favorables en el terreno en las próximas semanas.