Augusto Morel
Buenos Aires, 14 ago (EFE).- La expresidenta de Argentina Cristina Fernández (2007-2015) decidió refugiarse al calor de la militancia como forma de relajarse tras revivir este miércoles los hechos que el 1 de septiembre de 2022 paralizaron a la sociedad argentina.
Tras declarar durante hora y media en la Justicia como testigo en el juicio por el intento de magnicidio perpetrado en la citada fecha, frente a las personas imputadas de intentar asesinarla, Fernández puso rumbo hacia el Instituto Patria de Buenos Aires -un laboratorio de ideas peronista-, donde una multitud la recibió con vitoreos y aplausos.
Dentro de esa muchedumbre estaba Ruth, de 45 años, que cerró momentáneamente su peluquería para intentar presenciar la llegada de la exmandataria. Todavía recuerda el choque emocional que le generó a ella y su familia la imagen del arma de fuego apuntando contra la cara de Fernández.
"Me enteré por el noticiero lo que había pasado, mientras cenaba con mi familia. No lo podía creer, quedamos muy sorprendidos y shockeados", relató a EFE mientras buscaba divisar a la expresidenta.
Fernández fue recibida bajo dos cuadras repletas de gritos homenajeando su nombre al compás de banderas, carteles y remeras que ondeaban su rostro. Fiel a su convicción de estar junto a la gente, la exmandataria se acercó a saludar a sus seguidores e incluso estrechó las manos agolpadas en las vallas de seguridad, por mucho que pesase a sus custodios de miradas nerviosas.
"Hay que estar acá", comentó a EFE Raúl, un productor agropecuario de 61 años, que dejó lo que estaba haciendo en el campo y viajó una hora desde Campana, en la provincia de Buenos Aires, para brindar su apoyo.
"El único intento de magnicidio que tuvimos en la Argentina es este y la Justicia se encargó de esconder todo con la complicidad de esa runfla de delincuentes del PRO", agregó en referencia al partido de centroderecha Propuesta Republicana, al que el entorno de la exmandataria acusa de estar vinculado intelectualmente al ataque.
Durante su declaración, Fernández apuntó contra el diputado de esa formación Gerardo Milman, quien tendría conexiones con el grupo de extrema derecha Revolución Federal, y había presentado un proyecto -dos semanas antes del atentado- para averiguar los planes de contingencia de la custodia de la exvicepresidenta (2019-2023).
"Milman presenta un proyecto criticando a la custodia vicepresidencial. 'No sea cosa que alguien intente matarla', decía el documento, que después quitó. Luego nos enteramos de que a esta persona se le escucha decir: 'Cuando la maten, voy a estar en la costa'", declaró Fernández.
"Me acuerdo perfectamente del día del atentado. Estaba yendo a un encuentro cultural en Entre Ríos y cruzando el paso fluvial me enteré por la radio. Fue muy duro. Se me caían las lágrimas de la bronca, como ahora", dijo Raúl mientras hacía un esfuerzo para limpiar las gotas que brotaban de sus ojos.
Antes de cruzar la puerta del edificio, que funcionaría como 'base de operaciones' para contrarrestar las políticas de ajuste del actual presidente Javier Milei, la 'líder espiritual' del peronismo utilizó la base de su auto como banquillo para arengar a los cientos de militantes que saltaron y corearon canciones en su honor.
"'Ella' es la encarnación de un proyecto de igualdad", afirmó a EFE Sara, una joven de 26 años -recién recibida de politóloga en la Universidad de Buenos Aires-, que se acercó al lugar porque "figuras como Cristina mantienen la moral alta".
"Figuras así son la demostración de que una práctica política puede ser con ética y responsabilidad, y que todavía existe alguien que nos representa y canaliza", argumentó la joven, quien se enteró del atentado por la red social X, y quiso correr hacia el departamento de Fernández para darle su apoyo.
"El clima de polarización, que se ha vuelto a incentivar desde diversos focos de poder, donde el corolario fue la violencia física ejecutada. Días antes, 'Ella' había salido a hablar con la militancia de forma muy improvisada, entregándose a la gente sin ningún tipo de barrera o protección", recordó Sara.
Minutos más tarde, Fernández salió al balcón del primer piso del Instituto Patria para continuar buscando el abrasador e incesante amor de quienes la quieren. EFE
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