Gomes gusta y desconcierta en Cannes con un hipnótico filme que mezcla pasado y presente

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Alicia García de Francisco

Cannes (Francia), 23 may (EFE).- Una historia que mezcla blanco y negro y color, pasado y presente, realidad y ficción, para contar un viaje por Asia, a comienzos del siglo XX y en la actualidad. Esa es la propuesta del portugués Miguel Gomes con 'Grand Tour', un filme que ha gustado y desconcertado a partes iguales en Cannes.

"La historia se desarrolla en 1918 pero estamos en 2024", no es algo que se pueda ignorar, señaló Gomes en una rueda de prensa en la que explicó que la ideal del filme partió de un libro de viajes que leyó hace tiempo y que contaba la historia de un hombre en Birmania (actual Myanmar) que había huido de su matrimonio.

Eso le hizo pensar en la versión asiática del 'Grand Tour', el popular viaje que entre los siglos XVII y XIX llevaba a los viajeros a recorrer Europa. En el este, ese recorrido empezaba en algún país del Imperio Británico y acababa en China.

Con esas dos ideas en mente, Gomes empezó a preparar la película aunque con un proceso contrario al habitual, resaltó el realizador en la presentación de un filme con el que compite por la Palma de Oro del festival.

A comienzos de 2020, junto a la productora Filipa Reis, comenzó ese viaje del Grand Tour asiático que debía durar cinco semanas para grabar imágenes actuales del recorrido. En febrero la pandemia interrumpió el trayecto, que finalizó en Japón, así que la parte china la tuvo que rodar a distancia.

Gomes escribió el guion sobre la base de las imágenes grabadas de los sitios que encontraron en el viaje. "Lo normal es hacer el guion y luego encontrar la financiación", reconoció el realizador, que en este proyecto buscaba "crear transiciones de un mundo, el del cine, al otro, el real".

Las imágenes contemporáneas de Asia prolongan lo que están viviendo los personajes, explicó el realizador, para quien el filme es una especie de "scrawball comedy" -comedias sofisticadas como las que hacía Katharine Hepburn- sobre lo cobardes que son los hombres y lo tenaces que son las mujeres.

Frente al estilo documental de las imágenes de la actualidad en Asia que parecen la mirada sorprendida de un turista, la historia de ficción ambientada a comienzos del siglo XX se grabó enteramente en plató.

En esa parte, Gonçalo Waddington interpreta a Edward, un funcionario británico en Rangún, al que entra el pánico por su próximo matrimonio y decide huir antes de la llegada de su prometida, Molly (Crista Alfaiate). Y emprende un viaje que le lleva por toda Asia mientras la mujer le persigue.

Gomes salta de la ficción a la realidad y de 1918 a la actualidad apoyándose en el juego del blanco y negro y el color, con una narrativa que ha sido descrita como "excéntrica", "desconcertante", "soñadora", "delirante" o "un bálsamo para tiempos difíciles" por la crítica especializada.

"Esta película trata de la creencia, alguien que aparentemente no tiene muchas creencias y que tiene una mujer que parece que tiene muchas pero no razonables", señaló el director, que consideró que hay que dejar a los espectadores sacar sus propias conclusiones.

"En el cine se hacen demasiados esfuerzos para imponer una realidad propia, se trata a los espectadores como niños", opinó Gomez, cuyo objetivo es precisamente que quienes vean su película puedan viajar "con el personaje principal" y ser "espectadores activos".

Una película con un estilo muy marcado que Gomes ya mostró en trabajos anteriores como 'Aquel querido mes de agosto' (2008) o 'Tabú' (2012) y que no es fácil de entender por todos. Por ejemplo, la revista online Deadline dice que "los espectadores menos ilustrados tal vez deseen llevarse una almohada" para ver 'Grand Tour'.

Alicia García de Francisco

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