Taiwán encara un nuevo capítulo de su historia con la prioridad de preservar su soberanía

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Taipéi, 19 may (EFE).- El presidente electo de Taiwán, William Lai (Lai Ching-te), asumirá el cargo este lunes con el objetivo de mantener el statu quo de la isla en su relación con China, que no ha renunciado al uso de la fuerza para lograr la “reunificación nacional”.

Tras desempeñarse como vicepresidente de la actual mandataria, Tsai Ing-wen, Lai tomará las riendas de un territorio que en los últimos ocho años se ha distanciado de China para acercarse a Estados Unidos y sus aliados en la región, lo que ha provocado un recrudecimiento del discurso y de las acciones de Pekín contra Taipéi.

Durante una reciente fiesta de despedida en la Oficina Presidencial de Taiwán, el mandatario electo ratificó una vez más el rumbo en política exterior, seguridad y defensa marcado por Tsai y prometió que buscaría una “paz sostenible” con China, cuyas autoridades han calificado a Lai de “secesionista” y “alborotador”.

Desde las elecciones del pasado enero, en las que venció con un 40 % de los votos, Lai ha reiterado en varias ocasiones su oferta de diálogo a China sin “condiciones políticas previas”, sobre la base de que la República China (denominación oficial de Taiwán) es un país soberano y que su futuro debe ser decidido por sus habitantes.

Definido a sí mismo como un “pragmático trabajador por la independencia de Taiwán” en el pasado, el político de 64 años ha moderado su discurso hasta perfilarse como un partidario del statu quo actual, entendiendo que no es necesario declarar la independencia porque Taiwán ya es, de facto, un país independiente bajo el nombre de República China.

Esta postura está en línea con EE.UU., principal aliado de Taiwán en caso de conflicto con China, que se opone a la independencia formal de la isla y a cualquier “cambio unilateral” en su statu quo.

La República Popular China, por su parte, sostiene que cualquier contacto oficial con Taipéi debe realizarse sobre la base del “Consenso de 1992” y del “principio de una sola China”, por el que se considera al Gobierno de Pekín como el único representante legítimo de China en el mundo y a la isla, gobernada de forma autónoma desde 1949, como una “parte inalienable” del territorio chino.

Esta semana, la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado (Ejecutivo) de China expresó su “preocupación” por la “postura intransigente” del Partido Democrático Progresista (PDP), al que pertenecen Lai y Tsai, “hacia la independencia" de Taiwán, y anunció “medidas legales para castigar severamente a aquellos involucrados en actividades separatistas".

"No toleraremos, ni seremos indulgentes, ni permaneceremos pasivos ante tales acciones", afirmó el portavoz de la Oficina Chen Binhua.

La ceremonia de investidura, a la que asistirán ocho jefes de Estado y de Gobierno de países que mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán, arrancará oficialmente a las 8:45 hora local (00:45 GMT) del lunes con los saludos de Tsai a los invitados extranjeros, dando paso a la toma de posesión de Lai y de su vicepresidenta, Hsiao Bi-khim, a las 9:00 horas.

Según un alto funcionario de seguridad citado por la agencia estatal de noticias CNA, Lai pronunciará un discurso parecido al de la noche electoral y organizado en cuatro pilares: estabilidad, confianza, responsabilidad y solidaridad.

En su alocución, que se extenderá alrededor de 25 minutos, Lai subrayará el compromiso de la Administración entrante por preservar el statu quo en el Estrecho de Taiwán y “trabajar con todas las partes para evitar que se erosione”, al tiempo que pedirá al pueblo taiwanés que se mantenga “unido en solidaridad” frente a las tentativas del Partido Comunista Chino (PCCh) por dividir a la sociedad.

El nuevo presidente también hará énfasis en la necesidad de impulsar políticas que “ayuden a elevar el perfil internacional de Taiwán”, cuya participación en foros internacionales está fuertemente restringida por el veto de China, y remarcará que la isla seguirá “haciendo contribuciones” para resolver los desafíos globales.

Los organismos de inteligencia de Taiwán llevan semanas estudiando los posibles movimientos de China en torno a la investidura presidencial, que podrían incluir la realización de nuevas maniobras militares en el estrecho.

“El Ejército cumplirá con todos los requisitos de preparación para el combate antes y después del 20 de mayo y prestará atención a las acciones del PCCh que dañen la paz y la estabilidad regionales”, aseveró el viceministro de Defensa Po Horng-huei el 8 de mayo.

El gigante asiático ya mostró músculo esta semana: el Gobierno taiwanés detectó el miércoles la presencia de 45 aviones militares chinos en las inmediaciones de la isla, la cifra más alta desde septiembre del año pasado.

Javier Castro Bugarín

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