Partido de Merkel pide nuevas elecciones en Turingia tras alianza sorpresiva

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El pequeño land (estado) de Turingia rompió este miércoles con uno de los tabúes políticos de Alemania al elegir por primera vez a un presidente regional con el apoyo de la extrema derecha, provocando un sismo cuya onda expansiva alcanzó a Berlín.

Ante esta situación inédita, el partido conservador de la canciller Angela Merkel llamó a nuevas elecciones.

"Lo mejor para Turingia sería convocar nuevas elecciones", señaló el secretario general del partido Unión Demócrata-Cristiana (CDU), Paul Ziemiak, tras la elección del presidente regional para la cual los representantes de su formación pactaron con la extrema derecha.

Ziemiak afirmó que hoy es "un día negro para Turingia", recordando que el partido de la canciller tiene como principio excluir cualquier alianza o cooperación con Alternativa para Alemania (AfD), ya sea a nivel nacional o regional.

"Es más grave todavía constatar que los diputados locales de la CDU han asumido el hecho de que es posible realizar una elección junto a los nazis", subrayó con cólera.

Acusando a la rama local de la CDU de romper las reglas establecidas por la formación a nivel nacional.

Este miércoles, para la gran sorpresa general, el parlamento regional de Turingia (este de Alemania), eligió como jefe del gobierno local a Thomas Kemmerich, un diputado del Partido Democrático-Liberal (FDP), gracias a los votos en "coalición" de los representantes de la formación de la canciller y los de la de extrema derecha.

Es la primera vez en la historia de la posguerra en Alemania que un presidente regional es elegido gracias a los votos de la extrema derecha, y también la primera vez en que la derecha moderada y la radical han votado juntas en este tipo de consulta.

Esta elección tuvo lugar después de meses de negociaciones infructuosas para intentar formar una coalición mayoritaria tras la elección regional realizada en el otoño (boreal).

Ésta estuvo marcada por la victoria 'in extremis' de la izquierda radical, aunque también la AfD progresó, por la que ningún partido quiere oficialmente gobernar, haciendo imposible construir una mayoría.

ylf/dac/age/mb