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La competencia del Festival de Cannes cerró este sábado con el estreno de Macbeth de Justin Kurzel y los pronósticos para la Palma de Oro divergen al término de esta 68ª edición, marcada por temas sociales, el final de la vida o el amor lésbico.
Parece que a medida que envejece la prolífica generación del "baby boom" de la posguerra, la confrontación con la vejez y la muerte se hace cada vez más presente, y Cannes no fue excepción.
De los 19 filmes en liza por la Palma de Oro, que atribuirá el domingo, van al frente del pelotón dos pesos pesados del renovado cine italiano, el veterano Nanni Moretti con Mía Madre y el ya oscarizado Paolo Sorrentino, con Youth.
Moretti ya ganó la Palma de Oro en 2001 con La habitación del hijo y volvió a conmover a la Croisette con Mia Madre sobre la crisis existencial de una cineasta, muy elogiada por la prensa francesa. De quince críticos especializados consultados por la revista Le film français, a siete les gustó "con pasión" la película.
Interpretada por las glorias pasadas del séptimo arte Michael Caine, Harvey Keitel y Jane Fonda, la sofisticada y muy visual reflexión sobre la tercera edad de Paolo Sorrentino -laureado en Hollywood con La Grande Bellezza- es la favorita, entre otros, del matutino francés Le Figaro. Para el LA Times "es ganador en todos los planos, gracioso, filosófico y emocional".
La otra sensación del festival fue Carol del norteamericano Todd Haynes, una historia de amor lésbico protagonizada magistralmente por la australiana Cate Blanchett y la norteamericana Rooney Mara, al punto que algunos hablan de un premio compartido de interpretación femenina, que otros darían a la italiana Margherita Buy por Mia Madre.
A menos que el jurado prefiera recompensar a la estrella taiwanesa Shu Qi, la sicaria enamorada de La Asesina ambientada en la China de la dinastía Tang (618-907), dirigida por Hou Hsiao-Hsien, filme que entusiasmó a parte de la crítica, al punto que varios le vaticinan el oro.
"La Asesina, nuestra Palma de Oro", tituló el diario francés Liberation. También John Powers, crítico norteamericano de Vogue, le augura la victoria, con más posibilidades que Mountains may depart de Jia Zhang-Ke, a menos que prevalezca la intención política de beneficiar a este realizador hoy censurado en China.
La película sobre el Holocausto Hijo de Saúl, muy elogiada en la largada del certamen, perdió un poco de aliento por el camino y recibió algunas críticas poco entusiastas, incluyendo del influyente New York Times. Podría sin embargo estar en un palmarés que incluye un Gran Premio del jurado -consuelo para el que se pierde la palma- el de dirección, o incluso la Cámara de Oro, ya que es ópera prima del húngaro Laszlo Nemes.
Las sorpresas
Algunos ven en algún lugar del palmarés que atribuirá el jurado integrado entre otros por Guillermo del Toro a Chronic del mexicano Michel Franco, sobre un enfermero que cuida y acompaña en el tránsito a la muerte a pacientes en estado terminal.
Pero en Cannes siempre hay sorpresas. La fábula moderna sobre el tema del amor del griego Yorgos Lanthimos es un outsider mencionado por algunos entusiastas de este filme original.
¿Cuál podría ser el impacto en el palmarés de la presidencia del jurado compartida por los hermanos Joel y Ethan Coen? Nadie se aventura demasiado a anticipar sus gustos ya que son conocidos por mirar todo tipo de cine y cualquier conjetura suena arriesgada.
Uno de sus actores fetiche, John Turturro, figura en el reparto de Mia Madre. Y la temática de Sicario, de Denis Villeneuve con Benicio del Toro -una película que según Le Monde fascinó en el jurado al también canadiense Xavier Dolan- es similar a la de Sin lugar para los débiles, rodada en 2007 por los hermanos cineastas norteamericanos.
En el pelotón de cola y sin que nadie apueste un clavo por ella corre Sea of Trees, decepcionante película del norteamericano Gus Van Sant, abucheada en la sala.
Decepcionaron también los filmes franceses, aunque entre los cinco que compiten este año algunos rescatan a Dheepan de Jacques Audiard, historia de amor y violencia en los suburbios de París, pero sobre todo La ley del mercado de Stéphane Brizé, citada sobre todo por la brillante actuación de Vincent Lindon a la que podría hacer justicia el premio a la mejor interpretación masculina, que otros ven recompensar a Michael Caine y Harvey Keithel de Youth.
"Si uno de nosotros tiene que ser recompensado, entonces todos tenemos que serlo", bromeó Sir Michael, que no había vuelto a Cannes desde hace más de medio siglo.