¿Por qué Holanda dio marcha atrás con el libre consumo de marihuana?

Las autoridades holandesas han decidido recientemente modificar la desregulación de las drogas blandas, en vigencia desde la década del 70

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Reuters
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En vísperas de la aprobación del polémico proyecto uruguayo de legalización de la marihuana impulsado por José Mujica, un repaso por lo ocurrido en Holanda con relación a este tema alumbra los peligros de la medida.

El Senado uruguayo se apresta a votar un proyecto que habilitará la compra, venta y consumo de marihuana y le dará al Estado la capacidad de controlar el circuito de la producción y distribución de esta droga.

Holanda, país pionero en el tema y referente mundial en materia de legalización, ha comenzado este año a recorrer el camino inverso y por primera vez ha restringido las condiciones para el consumo.

Vigente desde 1976, la ley que habilitaba la existencia de coffee shops -locales en los que se podía consumir hasta 5 gramos de marihuana o hachís por persona- ha sufrido, a partir de enero de 2013, una serie de modificaciones.  

Ahora, los coffee shops permitirán el acceso a personas registradas, con lo que se intenta  limitar en parte el llamado "turismo de drogas" que se había desarrollado en torno a dichos establecimientos. Según cifras oficiales, un 23,4% de los turistas visita dichos cafés y un 7,3% reconoce que las drogas blandas son su principal motivación para visitar Ámsterdam.

A pesar de los beneficios económicos generados por el aumento del turismo registrado en los últimos años, el Gobierno ha tomado la decisión de controlar esta afluencia de visitantes por considerar que favorecen el crimen organizado y el tráfico de drogas.

Además fue ordenado el cierre de los establecimientos que se encontraban ubicados en los alrededores de centros educativos.

A diferencia de los motivos argüidos por el gobierno uruguayo con relación a la "lucha contra el narcotráfico", en Holanda los argumentos estuvieron orientados por un principio de "pragmatismo".

"No estamos a favor del consumo de drogas, pero somos pragmáticos y conscientes de que no van a desaparecer, así que tratamos de reducir el daño tanto como sea posible", dijo la coordinadora de la unidad de análisis en materia de drogas del prestigioso Instituto holandés para la Salud Mental y las Adicciones, Margriet van Laar, a la BBC Mundo.

Otro de los motivos detrás de las restricciones holandesas tienen que ver con que, a pesar de los controles estatales, Holanda es el mayor productor en Europa de drogas sintéticas, el mayor cultivador de cannabis y la puerta de entrada para la cocaína, la heroína y el hachís a Europa, de acuerdo con datos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Por su parte, el gobierno de los Países Bajos ha informado en su página web que existe un importante consumo de "drogas duras": casi 32 mil jóvenes consumen cocaína y cerca de 40 mil, éxtasis. De acuerdo con información del mismo sitio, el tráfico de drogas se ha intensificado en el país y se ha vuelto más profesional.

Por último, diferentes estudios han confirmado que la experiencia holandesa ha favorecido el surgimiento, mediante mutaciones genéticas, de un tipo de cannabis tres veces más potente que la que se cultivaba hace tres décadas.

Este tipo de cannabis posee una mayor concentración de THC, que según Heather Ashton, profesora de la facultad de Neurociencias de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra, aumenta los niveles de adicción y los riesgos para la salud. Por este motivo, Holanda ha catalogado esta sustancia como "droga dura" y ha prohibido su producción, venta y consumo.

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