Absolvieron al policía al que se le cayó el arma y mató a un joven

El hecho ocurrió en 2011 en el barrio de San Telmo. El disparo que terminó con la vida de Ariel Domínguez se produjo cuando el cabo Mendoza trastabilló persiguiendo delincuentes

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El efectivo de la Policía Federal Ariel Mendoza fue acusado de homicidio culposo porque se le cayó el arma y mató de un disparo a un peatón cuando perseguía a jóvenes que provocaban disturbios en el barrio porteño de San Telmo, en 2011. La Justicia resolvió absolverlo este lunes al considerar que se trató de un accidente.


El hecho ocurrió cuando Mendoza, afectado a la comisaría 44, realizaba un servicio adicional el 20 de julio de 2011 en el Registro Nacional de las Personas. El policía debió intervenir a causa de los desmanes que ocasionaban varios jóvenes durante los festejos del Día del Amigo, en Paseo Colón y Humberto I, ante el pedido de ayuda de una unidad que estaba en el lugar. Según el informe, el hombre trastabilló, se le cayó el arma al piso y se le escapó un tiro que impactó en la cabeza de Ariel Domínguez (22), que salía del trabajo en la AFIP para regresar a su casa, en Avellaneda.


Tanto el fiscal Julio César Castro como el abogado querellante, Jorge Taiah, intentaron dejar en evidencia el accionar irresponsable de Mendoza, buscando probar que el policía actuó imprudentemente en el manejo de su arma. Por su parte, el abogado defensor Alfredo Olivan, fundamentó su estrategia en demostrar una falla en el arma y que no hubo negligencia del policía.


Durante la reconstrucción del hecho, el cabo Mendoza, a pedido de la jueza, corrió seis veces en forma similar a la de ese día, pero en ninguna de ellas se cayó el arma como supuestamente había ocurrido.


      

Durante dos semanas, 14 testigos -nueve civiles y cinco policías- declararon ante el Tribunal Oral en lo Criminal 9 porteño, integrado por los jueces Ana Diota de Herrero, Luis García y Luis Ramírez.


Hoy, tras los alegatos de las partes y la explicación del perito de Gendarmería Nacional sobre el funcionamiento de la Bersa Thunder calibre 9 milímetros que portaba Mendoza, los jueces decidieron absolver al acusado al determinar que se trató de un accidente.


Según explicaron, el arma posee dos seguros, uno externo que el policía había quitado ante la posibilidad de tener que usar el arma, y otro interno que es el que evita que la pistola se dispare ante una caída. El perito de Gendarmería determinó en el examen del arma que el seguro interno estaba activado pero no funcionó, por lo cual la pistola se disparó en forma accidental.