De Guindos advierte a los bancos de que los mercados financieros son vulnerables ante la llegada de nuevos riesgos

El vicepresidente del BCE incide en que los conflictos geopolíticos “nublan” las perspectivas de estabilidad financiera

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El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. Odd Andersen/Pool
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. Odd Andersen/Pool

La estabilidad financiera en la eurozona se ha beneficiado de la mejor situación económica de la región, sin embargo, sus perspectivas siguen siendo “frágiles” debido a que el margen de las perturbaciones económicas y financieras es elevado en un entorno de gran incertidumbre geopolítica, ha advertido este jueves el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, en la presentación del informe semestral de estabilidad financiera del eurobanco.

De Guindos ha reconocido que “los riesgos geopolíticos siguen nublando las perspectivas de estabilidad financiera” y que “aunque si bien las condiciones de estabilidad financiera han mejorado en consonancia con la reducción de los riesgos de recesión y el descenso de la inflación, sigue siendo crucial que reforcemos aún más la capacidad de resistencia del sistema financiero”.

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El informe del BCE incide en que los mercados financieros siguen siendo vulnerables a nuevas perturbaciones, ya que, aunque la relajación de la política monetaria ha impulsado el optimismo inversor, el sentimiento podría cambiar rápidamente.

La sombra de Ucrania e Israel acecha

Entre los riesgos que pueden ir a más, el supervisor pone como ejemplo “una tensión geopolítica aguda”, en un contexto marcado por las guerras de Ucrania e Israel, que podrían provocar volatilidad, creando la posibilidad de reacciones desmedidas en el mercado que podrían verse amplificadas por entidades no bancarias con fragilidades estructurales de liquidez.

El supervisor también hace hincapié en que las estrictas condiciones financieras siguen poniendo a prueba la resiliencia de un grupo de hogares, empresas y gobiernos vulnerables de la eurozona, aunque destaca que, en conjunto, los ratios deuda/PIB de hogares y empresas han disminuido hasta situarse por debajo de los niveles previos a la pandemia, lo que ayuda a aliviar las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda.

Los sindicatos piden a la gran banca que “reparta” los 26.000 millones de beneficios obtenidos con sus trabajadores.

Deuda soberana

La entidad estima que la deuda soberana se estabilice en niveles más altos que antes de la pandemia, lo que hará que las finanzas públicas sean más vulnerables a perturbaciones adversas, mientras que, en términos más generales, los costes del servicio de la deuda aún pueden aumentar en todos los sectores económicos en el futuro, a medida que los pasivos que vencen sigan ajustando sus precios a los tipos de interés vigentes, significativamente más altos.

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Asimismo, advierte de que se está produciendo una desaceleración en los mercados inmobiliarios, en especial, en el sector comercial, donde existe “una importante corrección de precios y no se pueden descartar nuevas caídas”. Mientras que los mercados inmobiliarios residenciales están mostrando algunos signos de estabilización tras lo que, hasta ahora, ha sido una corrección ordenada de los precios.

Nuevos desafíos para una banca bien preparada

En este contexto, el informe señala que los bancos se han mantenido resistentes en los últimos seis meses, pero sus bajas valoraciones sugieren que los inversores están preocupados por la durabilidad de la rentabilidad.

El BCE cree que ahora los desafíos para los bancos de eurozona pueden surgir del aumento de las preocupaciones sobre la calidad de los activos bancarios, los mayores costes de financiación bancaria, incluso si los tipos de interés comienzan a bajar, y el potencial impacto sobre los ingresos de los bancos a medida que los ingresos operativos se debilitan por el crecimiento aún moderado de los préstamos y menores ingresos por préstamos a tipo variable en el futuro.

A pesar de estos riesgos, el BCE estima que el sistema bancario de la zona euro está “bien preparado para hacerlos frente, dadas sus sólidas posiciones de capital y liquidez”. Insiste en que es necesario preservar y fortalecer la resiliencia de las entidades en un contexto macrofinanciero incierto.

También aconseja a las autoridades macroprudenciales que mantengan los actuales colchones de capital para garantizar que estén a disposición de los bancos en caso de dificultades, junto con medidas basadas en los prestatarios que garanticen normas crediticias sólidas.

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