Tiktoker que se hizo pasar por “gringo” en Medellín denunció que quisieron cobrarle 100.000 por un souvenir

Antes de acercare al vendedor, fingió estar en una llamada en idioma extranjero

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En su primer intentó dio con un vendedor de souvenirs deshonesto - crédito  @Lineroangel / TikTok
En su primer intentó dio con un vendedor de souvenirs deshonesto - crédito @Lineroangel / TikTok

Ante el aumento de estafas contra turistas, principalmente extranjeros, en Medellín, el creador de contenido colombiano Ángel Linero decidió visitar la ciudad y poner a prueba a los comerciantes de la Plaza Botero, con el mismo experimento que lo ayudó a hacerse viral en Cartagena.

Su intención no era otra que saber cuánto “estafan a un turista extranjero en Medellín”, a raíz de los comentarios en su dinámica anterior que sugerían que el fenómeno de los precios inflados solo ocurría en la costa.

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“Lo hago porque estoy en Medellín y muchas personas en el video anterior dijeron que eso solo pasaba en la costa, pero eso pasa en todas las partes de Colombia y lo van a ver” explicó, antes de acercarse al primer vendedor y sostener una “llamada” en inglés para hacerlo caer en su trampa. Y luego, se acercó con un acento americanizado para preguntarle:

Ángel Linero: Disculpa ¿Cuánto cuesta esta (figura)?

Vendedor: Ah, mister, esto vale 100.000 pesos colombianos (...) disculpe ¿de dónde viene? ¿de dónde nos visita?

Ángel Linero: United States of America (Estados Unidos de Norteamérica).

Vendedor: Ah ¿Estados Unidos? allá hay mucho dinero, mister. Pero no importa, son 100.000 pesos. Esto está hecho a mano.

Al confrontar al vendedor que intentó engañarlo, no supo darle una explicación - crédito @Lineroangel / TikTok

Ángel Linero: (Risas) Hey, compadre. Yo soy costeño, mi rey.

Vendedor: Ay, que pena ¿Costeño, en serio?

Ángel Linero: (Asiente con la cabeza).

Vendedor: Ah, entonces (se lo dejo) en 20.000. Vea, disculpe... lo que pasa es que aquí en Medellín... cómo le dijera. Me engañó.

Aunque trató de excusarse, el vendedor no tuvo de otra que admitir su error, e intentar zafarse de la embarazosa situación a la que grupos de extranjeros se ven enfrentados cuando intentan acercarse a los vendedores informales en la capital antioqueña.

Linero puso a prueba a los comerciantes en Cartagena, utilizando la misma táctica

Entendiendo que turistas extranjeros están siendo víctimas de estafas por parte de algunos comerciantes que alteran los precios de sus productos en Cartagena, el creador de contenido colombiano Ángel Linero decidió emplear sus redes sociales para poner en marcha un experimento social.

Y es que actos de fraude han salido a la luz a través de diversos canales, incluidas las redes sociales, evidenciando una preocupante práctica que afecta principalmente a visitantes foráneos.

Este fenómeno no solo ha captado la atención de medios de comunicación sino también de las autoridades competentes, quienes buscan medios para contrarrestar este tipo de actividades.

El ciudadano confrontó entre risas al vendedor de mangos que le cobró más de la cuenta - crédito @lineroangel/TikTok

Pero, en esta ocasión, dicha problemática fue puesta de manifiesto en un incidente particular donde un colombiano se hizo pasar por un turista norteamericano para exponer cómo los precios pueden llegar a ser inflados, de un momento a otro.

El experimento, realizado en la icónica Ciudad Amurallada de Cartagena, dejó en evidencia cómo las expectativas de los comerciantes sobre el poder adquisitivo de los visitantes extranjeros pueden llevar a prácticas injustas; ya que, al preguntar a un vendedor de frutas sobre el costo de un mango con un claro acento extranjero, el precio ofrecido fue de 20 dólares, una cifra considerablemente alejada del valor local de este producto.

El colombiano hizo una llamada en inglés para aparentar ser norteamericano, antes de preguntar por el valor de un mango - crédito Pixabay y captura de pantalla @lineroangel/TikTok
El colombiano hizo una llamada en inglés para aparentar ser norteamericano, antes de preguntar por el valor de un mango - crédito Pixabay y captura de pantalla @lineroangel/TikTok

El comerciante, al ser confrontado, argumentó que el mango tenía un origen exótico, citando a países africanos, en un fallido intento por justificar el sobreprecio. Un ejemplo que da cuenta de la creatividad tras su respuesta y pone en relieve la necesaria vigilancia y acción por parte de las autoridades para proteger tanto a turistas como a residentes de estas malas prácticas.

Su conclusión: es crucial para el desarrollo sostenible del turismo en Cartagena y en cualquier otro destino que las experiencias de los visitantes se basen en prácticas justas que enriquezcan su estancia y no los bolsillos de los residentes.

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