El joven que cumplió el sueño de ser barbero y construye su local en un barrio humilde de San Luis
Apenas terminó el secundario, Javier Rodríguez usó la mitad del dinero de las estampillas que otorga el Gobierno, a modo de ahorro: con la mitad, compró los materiales para la obra en su propia casa y el resto se lo dejó a su mamá. Mientras espera ingresar a la universidad para estudiar Psicología, se perfecciona como estilista y trabaja en una fábrica