Sol Pérez con María Laura Santillán: “Pensé que la clave del éxito era no comer. Me empecé a desmayar, no comía nada”

Empezó a seguir a una chica fit en redes sociales y dejó de comer para adelgazar. Cómo es su relación con la comida. Durante años sufrió ser juzgada por su cuerpo y por su forma de vestir. Cómo fue el día que se peleó con Milei por televisión. Sus discusiones hoy con Laura Ubfal. Por qué nunca vendería sus fotos en una plataforma. Retrato de una chica con carácter muy fuerte adicta al trabajo

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María Laura Santillán Con Sol Pérez

Sol Pérez se recibió de abogada. Atrás quedaron los que la juzgaban por su forma de vestir, los que criticaban su imagen y los que dudaban de su preparación. La chica discutidora y rebelde, con los años no perdió ni su libertad ni su desinhibición y hoy se destaca en la televisión. Empezó hace diez años: Combate, Bailando por un sueño, fue la chica del clima. Hoy se destaca en El Debate de Gran Hermano, en el programa de Verónica Lozano y trabaja en Rumis por streaming. Pero lo más importante, hoy es la doctora Pérez.

– Es la primera vez que me presentan así. Es un poco loco, tantos años estudiando, darle el broche y escucharlo es fuerte.

– Porque además te conocemos en otros roles. Primero elegiste mostrar tu cuerpo sin inhibiciones.

– Ahora me siento más cómoda con blazer o con ropa más ancha, pero cuando era más chica me sentía cómoda con esa ropa y nunca fue para mí una cuestión. Me sentía libre, me sentía yo. Si vos estás delante de cámara y no estás cómodo, es muy difícil después poder mostrarte cómo sos.

– ¿Estabas cómoda y además te pedían que usaras poca ropa?

– Nunca me pidieron nada. Nunca, jamás, jamás. Yo siempre fui así. Antes de estar en televisión, cuando salía con mis amigas, iba al boliche con el shorcito o el topcito. Siempre fue parte de mi vida, nunca fue un problema. Mis papás siempre me alentaron a que hiciera lo que a mí me pareciera. Yo sentía que podía hacer las dos cosas. Siempre estuvo también en mí una parte muy combativa, de discusión, de salir a defender lo que pensaba y nunca pensé que no me iban a tomar en serio.

– Presentar en un noticiero una información con muy poca ropa sí era distinto.

– En realidad después cuando hice el noticiero ya no me vestía igual. Cuando arranqué, empecé haciendo los sorteos con mi tío. Iba a las once de la mañana al programa ‘Uno contra uno’ y me ponía un shortcito y un top. Hoy, cuando lo veo a la distancia, digo… ¿Cómo nadie me dijo? (risas)

"Si vos estás delante de cámara y no estás cómodo, es muy difícil después poder mostrarte cómo sos", dijo Sol Pérez (Fotos Franco Fafasuli)
"Si vos estás delante de cámara y no estás cómodo, es muy difícil después poder mostrarte cómo sos", dijo Sol Pérez (Fotos Franco Fafasuli)

– ¿Nadie te dijo nada?

– Nadie me dijo nada. Era un ámbito más familiar porque estaba en un programa con mi tío. Lo que pasa es que toda mi vida hice mucho deporte. Entonces tengo curvas que tal vez no estaban tan acostumbrados a ver en ese momento. Era muy difícil ver en la televisión a alguien fit, con piernas grandes. Yo patiné toda mi vida, entonces tengo piernas grandes, cola, abdominales.

““ME DESTROZARON, ME DIJERON COSAS TREMENDAS. ME PESABA MUCHO LO QUE DECÍAN DE MÍ EN LOS MEDIOS.”

– La tele inhibe y nunca se te vio inhibida.

– Nunca, nunca. Creo que después sí me pesaba mucho lo que decían, porque yo era muy chica y eran muy duros conmigo. Recibía críticas. Me acuerdo que en el primer Martín Fierro que me invitaron me destrozaron, me dijeron cosas tremendas. Nunca se pusieron a pensar que yo tenía 20 años.

– ¿Qué te decían?

– Tremendo. Me acuerdo de una persona que no voy a nombrar haciendo una crítica… se metía con cosas de mi cuerpo, nada que ver con la manera en la que yo me vestía. Y después dijo ‘parece que salió de un telo’. Yo venía de hacer una obra de teatro, fui corriendo para poder estar, no estaba ni nominada ni nada, me habían invitado. Ver en la tele toda mi vida el Martin Fierro, para mí era un sueño estar ahí. Después empecé a decir ‘che, no quiero ir a este lugar porque después tengo que bancar las cosas que se van a decir de mí y no sé si quiero soportar ver a mi mamá llorando’. Era muy chica y nunca tuvieron en cuenta eso.

– ¿Las críticas tenían que ver con la ropa que llevabas?

– Yo creo que tenían más que ver con mi cuerpo que con la ropa que llevaba. Ese vestido era horrible (risas), pero lo podían decir de otra manera y no meterse con mi apariencia, mi imagen o mi cuerpo.

““PARA ELLOS YO ME TENÍA QUE VESTIR DE OTRA MANERA”

– ¿Cuál era el ‘problema’ que tenían con tu cuerpo ahora que lo podés ver a la distancia?

–Para ellos con mi cuerpo yo me tenía que vestir de otra manera. Yo me tenía que vestir como a mí me gustara para poder sentirme cómoda.

"Para ellos con mi cuerpo yo me tenía que vestir de otra manera", contó Sol Pérez en entrevista con María Laura Santillán
"Para ellos con mi cuerpo yo me tenía que vestir de otra manera", contó Sol Pérez en entrevista con María Laura Santillán

– ¿Ellos quiénes son? ¿Los críticos?

– Los medios. Porque ya no eran solamente críticos de moda, sino que era algo… Yo saltaba por cualquier cosa, era bastante combativa, era muy fácil pincharme porque sabían que el otro lado iba a haber una respuesta.

– No es que te ibas a llorar detrás de una puerta.

– Tal vez lloraba, pero lloraba en mi casa y cuando me lo preguntaban en público atacaba de la misma manera que ellos me atacaban a mí.

“DECÍAN QUE NO ME IBAN A TOMAR EN SERIO SI YO ME VESTÍA DE DETERMINADA MANERA”

– Salías a defender cómo te vestías y a defender cómo te mostrabas.

– Y sí, porque decían que no me iban a tomar en serio si yo decía algo importante o si hablaba de un tema serio porque me vestía de determinada manera. ¿Qué tenía que ver? El ignorante en todo caso es el que está prejuzgando.

“TENÍA UNA OBSESIÓN CON LO QUE VEÍA EN REDES SOCIALES. COMÍA UN YOGUR EN TODO EL DIA”

– ¿Tuviste problemas con tu cuerpo?

– Cuando era más chica sí tuve mis problemas con la alimentación, sobre todo por una obsesión que tenía con lo que veía en redes sociales. Tomar decisiones de entrenar para estar como tal persona y comer un yogur en todo el día. No es bueno tampoco para la salud.

María Laura Santillán con Sol Pérez - MIS COMPAÑERAS ERAN FLACAS Y ALTAS. PENSÉ QUE LA CLAVE DEL ÉXITO ERA NO COMER. ME EMPECÉ A DESMAYAR EN EL COLEGIO. NO COMÍA NADA
“EMPECÉ A DESMAYARME EN EL COLEGIO. DEJABA DE COMER. PESABA MUY POCO”

– ¿Cómo te diste cuenta que tenías problemas?

– Yo en realidad no lo vi nunca. Empecé a desmayarme en el colegio, llamaron a mis papás y mi mamá me llevó al médico. Pesaba muy poco. Me dijeron que tenía que empezar con un tratamiento si no me alimentaba. Me acuerdo que me daban gotitas para abrir el apetito.

– ¿Dejabas de comer?

– Dejaba de comer, y todo fue empeorando mucho más, porque después se cierra el estómago. Perdés las ganas de comer. Me sentaba y me costaba mucho, mucho, terminar el plato de comida. Me acuerdo que mi papá me decía: ‘hasta que no te lo termines no te levantas de la mesa’. Y yo no podía de verdad. Me caían las lágrimas, ya no tenía hambre, no me entraba la comida. Pero tuve siempre el apoyo de mis papás atrás para todo.

““YO NO COMÍA NADA, NADA. LA RELACIÓN QUE UNO TIENE CON LA COMIDA NUNCA ES DEL TODO SANA DESPUÉS”

– ¿Cómo empezó eso? Te veías gorda? ¿Querías comer menos? ¿Querías no tener grasa?

– Yo era chica y se usaban mucho las revistas con las que armabas los looks. Con fotos de una persona a la que vos ibas cambiando de ropa. Eran todas flaquísimas. Toda mi vida hice deporte, siempre tuve mucha masa muscular y mis compañeras del colegio eran todas flacas, altas. Yo medía 1,60 y era musculosa. Empecé en el gimnasio a seguir a una chica fit que tenía un lomazo tremendo. Tenía 16, 17 años y dije ‘la solución a esto y la clave del éxito para estar como ella es no comer claramente’. Yo no comía nada, nada. Mis papás no tenían el control sobre lo que yo comía o no comía porque estaba todo el día en el colegio, salía y me iba a entrenar. Así empecé con los desmayos y llamaron a mi mamá y me llevó al médico. Es muy duro también para la gente que acompaña, cuando uno tiene un tema así. La relación que tiene uno con la comida nunca es del todo sana después. Es algo que se trabaja y que se intenta sea lo más saludable y sano posible. Pero es difícil.

"Tenía 16, 17 años y dije ‘la solución a esto y la clave del éxito para estar como ella es no comer claramente’. Yo no comía nada, nada", reveló Sol Pérez
"Tenía 16, 17 años y dije ‘la solución a esto y la clave del éxito para estar como ella es no comer claramente’. Yo no comía nada, nada", reveló Sol Pérez

– ¿Ahora también?

– Sí, sí. Es complicado. A mi me encanta el deporte y toda la vida me interesó mucho el tema nutrición. Entonces acompañada con un especialista veo de qué manera poder hacer algo saludable, pero sin eliminar ningún alimento. Generar ese vínculo sano con la comida es difícil.

– ¿No vas relajada por la vida con la comida todavía?

– Y no, soy de tener disciplina con la comida, soy bastante hincha.

– Te vestís en los debates de Gran Hermano bien distinta, llamás la atención. Brillos, estridencias, looks raros, tocados, colores, panza al aire. ¿Cómo fue esa decisión? Todos los días hay algo nuevo y raro.

– Todos los días una persona distinta. Me gusta eso, me divierte. Trabajo con Alan Elizalde y con Camilo Durán, que son lo más, los conocí haciendo teatro. Ellos son arte entonces me dejo llevar. El segundo día los chicos me dijeron, ‘¿te animás a esto?’ Una peluca. Me animé y ya está, empezamos a jugar con eso. Vimos que a la gente le divertía. Son muy creativos y yo confío mucho en sus criterios. Entonces me dejo.

– Es muy teatral. ¿Cuánto tiempo te lleva?

– Mucho tiempo. Arrancamos a las 7 de la tarde y el programa empieza a las diez y media.

– ¿Todo lo que te devuelve la crítica es bueno o están los criticones de siempre?

– Hay de todo. A mí me encanta igual cuando empiezan a poner los memes en las redes sociales, empiezo a retuitear. Me parece genial, me ponen perritos y mi foto al lado porque parezco un caniche.

– Rumis por streaming y dos programas de televisión después. ¿Cuántas horas estás en realidad en el aire?

– Todo el día. Vivo en Pilar, bastante alejada y tengo que estar en Palermo a eso de las diez y media para ‘Rumies’. Es algo distinto y puedo mostrar algo que la estructura que tiene la televisión, el ser políticamente correcto, tal vez no me permitía. Yo soy muy estructurada y a veces lo sufro mucho. De ahí me voy a ‘Cortá por Lozano”.

– ¿Estás todo el día arriba del auto?

– Como en el auto, me llevo un tupper. Suelo prepararme pollo, lo corto como en tiritas y lo voy mojando en mostaza. A la tarde me siento y como un poquito mejor. Después me voy a entrenar. Llego a casa y hago como mi merienda completa y de ahí a Gran Hermano.

– ¿No hay tiempo para nada más?

– Para nada más. Pobre mi marido. No lo veo ni…

"Trabajé mucho cuando recién arrancaba, por el tema de las presencias, de ir al interior, viajar. Entonces perdí mi edad de salir", contó Sol Pérez
"Trabajé mucho cuando recién arrancaba, por el tema de las presencias, de ir al interior, viajar. Entonces perdí mi edad de salir", contó Sol Pérez

– ¿Peluquería, médicos, bancos, trámites?

– El médico tiene que ser a la mañana tempranísimo. Agarrar el turno de las ocho y rezar para que no haya nadie.

“PERDÍ MI EDAD DE SALIR PORQUE ESTABA TRABAJANDO. PARA MÍ EL TRABAJO ES TODO”

–Tampoco podés salir de noche porque te tenés que levantar temprano al día siguiente.

– Igual soy cero de salir. También trabajé mucho cuando recién arrancaba, por el tema de las presencias, de ir al interior, viajar. Entonces perdí mi edad de salir, la de los veintipico, por estar trabajando. Iba con mi mamá, llevaba a mi mamá al boliche. Cuando ya la ‘pegué’, empecé a trabajar también los fines de semana. El otro día mi psicóloga me preguntaba, ¿qué es para vos la prioridad? Para mí, número uno, es el trabajo. Guido también, pobre mi marido. Para mí el trabajo es todo.

“EL AÑO PASADO ME ENFRENTABA MENOS CON LAURA. ESTE AÑO ESTAMOS EN VEREDAS OPUESTAS”

– En el debate se arman discusiones bastante picantes. Te enfrentás a Laura Ubfal, por ejemplo. ¿Qué pasa después del aire?

– El año pasado me enfrentaba menos con Laura. Este año estamos en veredas opuestas. No me lo llevo tanto a casa. A mí no me gusta discutir con mis compañeros de trabajo, porque uno tiene que estar cómodo donde trabaja y si hay una energía rara no fluye. Así que cuando discutimos con Laura siempre nos mandamos un mensajito, sabemos que está todo bien y que ahí termina. A veces uno en una discusión de televisión dice cosas que pueden llegar a herir al otro y me parece que está bien el pedido de disculpas. Te llamo, hablamos fuera de cámara y nos decimos lo que pensamos.

“‘LAS PLATAFORMAS DONDE SUBIS TUS FOTOS ME OFRECEN UN MONTÓN DE PLATA, PERO NO ME SIENTO CÓMODA DE ESA MANERA”.

– De todo lo que hacés, ¿qué es por plata y qué es porque te gusta?

– En las redes sociales uno tiene que tener cuidado. Porque también pasó muchísimo que agarrás algo y después terminás recontra metida en un tema… Hay que averiguar mucho de dónde viene, de qué vamos a hablar, qué es lo que estamos vendiendo. No quiero ofrecer algo que esté lejos de lo que yo realmente pienso y elijo. Quiero tener más conciencia en las redes sociales, no solo es facturar. Tenemos una responsabilidad muy grande más allá de no querer tenerla, porque uno no quiere ser ejemplo de nada. Pero es bueno tomar conciencia y decir ‘me ofrecen un montón de guita…’ Cuando fue el tema de estas plataformas donde vos podés subir tus fotos me ofrecieron un montón de plata. A mí la plata me viene recontra bien, pero yo no me veo identificada de esa manera. Si subo una foto que sea porque me siento linda en la foto y no porque vaya a facturar y me vaya a comprar el contenido. No me siento cómoda de esa manera.

– Las fotos con muy poca ropa, decís.

– Claro, plataformas hay un montón y me ofrecían mucha plata por hacerme solamente la plataforma, después uno va facturando con el que se suscribe. No me veo identificada con eso, no juzgo al que lo hace, me parece perfecto. No me siento cómoda. A veces decido darle prioridad a esto que pienso y elijo más allá de la plata.

– Dijiste que no a ofertas de recomendar inversiones y a tus propias fotos.

– Debe ser que estoy grande también (risas) Quizás si me agarraba más chica… Uno lleva tanto tiempo trabajando, creando una imagen aunque yo me muestro tal cual soy. Todos formamos una imagen con la que nos queremos ver representados.

– La abogada hot, serías en la plataforma.

– No me molesta tanto ser la abogada hot, pero puede ser hot por la inteligencia. Cuando me lo ofrecieron charlé con Guido porque tenemos un proyecto en común, todo se charla. Él es de darme consejo, pero cero celoso, confío mucho en su criterio. A mi mamá siempre la siento y le pregunto. Ellos, más allá de lo que piensan, le dan mucha importancia a lo que yo pienso del trabajo que me están ofreciendo.

"Plataformas hay un montón y me ofrecían mucha plata por hacerme solamente la plataforma, después uno va facturando con el que se suscribe. No me veo identificada con eso", aseguró Sol Pérez
"Plataformas hay un montón y me ofrecían mucha plata por hacerme solamente la plataforma, después uno va facturando con el que se suscribe. No me veo identificada con eso", aseguró Sol Pérez

– Hiciste una importantísima fiesta de casamiento, enorme. Y decidiste: nada de canje.

– Nada de canje. Me costó mucho y a Guido también, uno hace una inversión. Sentía que ese día lo quería disfrutar, quería estar con la gente con la que me sentía cómoda, que se iba a poner contenta por nosotros.

– ¿Qué es lo que no querías concretamente? ¿Que te sacaran fotos que no tenían que ver con el casamiento para promocionar algo de lo que pasaba adentro?

– Sí, pasa mucho cuando hacés un canje, que tenés que ir a sacarte la foto con… Es el día de tu casamiento. Yo no sabía ni que me iba a poner tan nerviosa como me puse. Lloré desde que salí de la habitación, antes de llegar a la ceremonia ya era llanto puro. Tal vez a algún invitado le pedían una foto con la torta o una foto con la cascada de chocolate… no me parece. Si fuera otro evento lo disfrutamos todos, nos morimos de risa y está todo bien. ¿Pero justo en un casamiento? En mi casamiento yo no quería trabajar, quería disfrutar. Tampoco quería que la gente que estaba invitada sintiera que lo hice para que se sacara una foto.

– ¿A tu marido lo conociste por Instagram?

– Guido me empezó a hablar por Instagram. Él tiene gimnasios, me empezó a escribir para que yo fuera a entrenar. Yo le decía ‘sí, voy a arrancar, voy a arrancar’.

– No lo conocías.

– Me escribía desde la cuenta del gimnasio. Me invitaba al gimnasio. Él es muy divertido, muy gracioso. Cuando vio que yo no le contestaba o que le decía que iba a ir y no iba, me empezó a hacer chistes. Yo me mataba de risa, pero él nunca me invitaba a salir, entonces ahí quedaba. Un día me pusieron en la ‘Peluquería de Don Mateo’ en el horario en que yo entrenaba y el único momento en el que podía ir a entrenar era a las siete de la mañana. No iba a ir sola, necesitaba que alguien me dijera que había una clase a esa hora y sentir el compromiso de ir. Fui al gimnasio a esa hora y el que estaba ahí para ayudarme a hacer la adaptación era Guido. Lo conocí y fue el amor de mi vida desde que lo vi. Tiene una forma de vivir y una manera de ver las cosas que yo claramente no tenía. Lo mío era trabajo, trabajo, trabajo.

– Sigue siendo.

– Sigue siendo. Pero elijo, antes ni siquiera elegía. Antes ni siquiera me daba cuenta de qué cosas me hacían bien, dónde me podía lucir o mostrar, qué era lo que yo quería mostrar. Tenía miedo de quedarme sin nada y agarraba todo, ni siquiera era por plata. Adicta al trabajo.

– ¿Qué vas a hacer con la abogacía en este esquema de tanto trabajo? ¿Qué espacio va a tener?

– Por ahora creo que me sirve y me ayuda para mi trabajo en Cortá por Lozano. Hacemos muchos policiales, mucha actualidad. No sé si me veo ejerciendo. Hoy me gusta mucho de lo que trabajo.

"En el colegio siempre fui la que defendía el curso, la delegada del curso y cuando terminé el colegio dije: quiero ser abogada", contó Sol Pérez
"En el colegio siempre fui la que defendía el curso, la delegada del curso y cuando terminé el colegio dije: quiero ser abogada", contó Sol Pérez

– ¿Por qué decidiste años después terminar la carrera?

– En el colegio siempre fui la que defendía el curso, la delegada del curso y cuando terminé el colegio dije: quiero ser abogada.

– Hace 12 años.

– Sí, empecé el CBC en Drago, hice cinco años en la UBA y cuando trabajaba estaba muchísimo y empezaba la facultad me quedaba afuera, me había quedado libre. Dejé. Cuando empezó la pandemia me pasé a la Universidad Siglo 21, me quedaban 17 materias para terminar nada más. Así que empecé a dar materias, materias, materias y acá estoy.

– ¿Para cerrar el ciclo?

– Para darle un cierre, un broche. Igual volvería a estudiar Derecho toda mi vida porque me encanta, es algo que me apasiona. Es lo que a mí me gusta, más allá de que yo amo mi trabajo y que me gusta mucho. Siempre el derecho fue muy importante para mí, siempre me dio herramientas. Siento que no conocía de qué manera defenderme, cómo, hasta dónde, qué es lo que está bien, qué es lo que está mal. Me apasiona.

– ¿Derecho Civil, Comercial, Penal?

– Me gusta mucho Derecho Penal, pero no sé si me veo entrando a la cárcel.

– ¿Escucho ofertas?

– Lo dejo ahí. Me gustaría empezar a estudiar otra cosa. Siempre me gustó mucho la filosofía.

“MILEI ME DIJO DE TODO EN ESE MOMENTO. COMO YO TAMBIEN LE DIJE.”

– Me acordé de la discusión que tuviste con Milei en 2019, cuando él te dijo que no estabas preparada para discutir. Lo que te venía diciendo no era nada lindo, pero esa frase, ‘no estás preparada para discutir’, te lastimó especialmente.

– Sí, se dijeron un montón de cosas en esa discusión. De todo me dijo en ese momento. Como yo también le dije.

– Vos le dijiste ‘no estás bien de la cabeza’.

– Sí, Dios mío, un montón re fuerte. Pido disculpas por eso.

“SIGO PENSANDO COMO PENSABA EN ESE MOMENTO EN CUANTO A MI IDEOLOGÍA”

– ¿Por qué? Él te dijo cosas fuertes a vos.

– Juro que no las recuerdo. Sigo pensando como pensaba en ese momento en cuanto a mi ideología. No sé si él sabe que no soy fanática de ningún partido político, nunca lo fui ni milité para ningún partido. Siempre voy a estar a favor de la democracia. Al presidente que le toca estar en el poder le deseo lo mejor, que le vaya súper bien, que saque adelante a nuestro país, que tengamos todos trabajo.

María Laura Santillán con Sol Pérez - EL DÍA QUE SOL PÉREZ SE PELEÓ CON MILEI

– Se vieron varias cosas en esa discusión. Milei hoy sigue diciendo lo mismo que dijo, que el Estado es lo peor que hay, que el Estado le roba a la gente. Te decía ‘chorra’ ese día porque vos hablabas del rol del Estado. Y se vio a una Sol picante, que contesta y que no se deja amilanar porque alguien le esté gritando.

– Sí, sigo pensando que hay mucha gente que necesita del Estado, porque hay gente que está completamente fuera del sistema. Nosotros, gracias a Dios somos bendecidos porque tenemos un montón de posibilidades que otros no tienen, y esa gente sí necesita el Estado. Más allá de su pensamiento, de que cree en la libertad y de que tiene sus argumentos, hoy como presidente también ve a esas personas, porque es necesario verlas, porque las tienen que ver, todos las tenemos que ver.

– También se vio a un Milei que no cambió en eso de levantar la voz, de enojarse con el que piensa distinto. Llegó a presidente varios años después.

– Yo tengo una suerte para discutir con la gente… no voy a discutir más con Laura Ubfal porque mañana está sentada en el Senado.

– En un momento de la discusión el Pollo Álvarez le dijo a Milei ‘somos siete personas que pensamos lo opuesto a vos’.

– Su pensamiento supo argumentarlo. La gente lo eligió.

"Yo tenía muy presente eso de cambiar el pensamiento del otro y no está bien eso. Me indignaba mucho cuando veía que no sucedía, o cuando las cosas no salían como yo esperaba. Me indignaba y me iba. Y eso para mí no está bien", expresó Sol Pérez (Fotos Franco Fafasuli)
"Yo tenía muy presente eso de cambiar el pensamiento del otro y no está bien eso. Me indignaba mucho cuando veía que no sucedía, o cuando las cosas no salían como yo esperaba. Me indignaba y me iba. Y eso para mí no está bien", expresó Sol Pérez (Fotos Franco Fafasuli)
“ME COSTABA MUCHO MANEJAR MI CARÁCTER. TENGO UN CARÁCTER HORRIBLE”

– Ese día te levantaste y te fuiste del programa en el aire.

– Ay, sí, pero yo hacía eso siempre. Yo me indignaba. Abandonaba el móvil, todo. Pero era más chica, hoy ya siento que no. También empecé terapia y mi psicóloga me ayudó un montón, pero me costaba mucho manejar mi carácter. Tengo un carácter horrible, tengo un carácter muy fuerte, soy muy de defender lo que pienso. También equivocadamente, no es que el otro piense de la misma manera que uno y está mal querer convencer al otro de lo que uno piensa. Cada uno puede tener su pensamiento, nos podemos sentar a debatir y no querer cambiarle el pensamiento al otro. Yo tenía muy presente eso de cambiar el pensamiento del otro y no está bien eso. Me indignaba mucho cuando veía que no sucedía, o cuando las cosas no salían como yo esperaba. Me indignaba y me iba. Y eso para mí no está bien. Uno se tiene que quedar y tal vez con argumentos expresar lo que le está pasando. Era más chica y realmente no podía manejarlo. Hoy cuento hasta diez, respiro.

– Tenías una libertad importante, porque eras chica y te levantabas, te ibas de los lugares.

– Sí. Hoy sigo teniendo la libertad. No puedo trabajar o estar en un lugar donde no me siento cómoda. Tal vez no me levanto del móvil, pero si sucede algo en mi trabajo que veo que se repite y lo charlás con tus compañeros y sigue, no voy a quedarme sufriendo en un lugar. Nadie tiene que ir a sufrir a un lugar, salvo que sea el único laburo que tenga.

“ME JUZGABAN MUCHO. SER MUJER PESA UN MONTÓN, A UN HOMBRE NO LE PREGUNTAN QUÉ PREPARACIÓN TIENE”

– En la tele, durante estos diez años, debés haber sufrido más de una vez ese momento en que te daban a entender que no estabas preparada para discutir. Ahora le estás tapando un poquito la boca con el título, ¿no?

– Me pasaba algo muy loco que era que me juzgaban mucho. Me acuerdo que una vez me dieron la posibilidad de hacer una conducción con una persona que está súper preparada, que labura en el medio hace un montón, que admiro y fue un gran compañero. Todo el mundo se preguntaba por qué me estaban dando la posibilidad a mí. ‘¿Por qué le dieron a ella la conducción?’ Yo estudiaba Derecho, estaba en la UBA en ese momento, pero me ponían en jaque a mí y a él nadie le decía nada. Después él contó que estaba terminando el colegio, porque no lo había terminado. Me juzgaban a mí con una carrera universitaria, pero a un hombre nunca le preguntaron. Él no había terminado el secundario. Ahí está el pensamiento de la gente, cómo el ser mujer pesa un montón. No solamente por mi forma de vestir, mi forma de contestar o mi forma de ser, sino el ser mujer y estar en un lugar, siempre es el por qué. ¿Por qué está ahí? Hay que mirar el camino hecho.

María Laura Santillán con Sol Pérez - EL SER MUJER PESA UN MONTÓN, A UN HOMBRE NO LE PREGUNTAN QUÉ PREPARACIÓN TIENE"

– Ser mujer y mostrar el cuerpo.

– Yo tenía una combinación que era fatal.

– Ahora tenés el título y el título pesa, ¿no?

– Sí, sí. Me acuerdo una vez que estaba haciendo una nota y una actriz me dijo: ‘y vos qué sos? ¿Sos periodista?’ Yo no estaba recibida, así que le tuve que decir ‘yo estoy acá trabajando, estoy haciendo una pregunta, me parece que me tenés contestar con respeto’ Hoy le diría ‘abogada’, hoy sí se lo diría.

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