10 minutos con María Eugenia Ritó: “No sé qué es peor si la droga o estar deprimida”

La actriz se atrevió al cuestionario de Belén Ludueña. Contó su experiencia con las adicciones, destacó la importancia de pedir ayuda a tiempo y expresó su deseo de volver a actuar.

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María Eugenia Ritó en 10 Minutos con: "No sé si es peor la droga o estar deprimida"

María Eugenia Ritó, conocida popularmente como La Ritó, es actriz y bailarina. Fue una de las vedettes más destacadas a finales de los ‘90 y trabajó con figuras como Antonio Gasalla, Gerardo Sofovich y Carmen Barbieri.

Fue tapa de la revista Playboy y participó en varias ediciones del Bailando. En los últimos años estuvo alejada de los medios por problema de adicciones. Luego de estar internada y seguir la rehabilitación, logró recuperarse. Su deseo es volver de lleno a trabajar en el mundo del espectáculo.

“Sufrí, pasé por cosas muy fuertes, pero hoy me considero una persona resiliente”, expresó Ritó. (Maximiliano Luna)
“Sufrí, pasé por cosas muy fuertes, pero hoy me considero una persona resiliente”, expresó Ritó. (Maximiliano Luna)

Belén: — En los últimos días contaste algo muy fuerte, dijiste que estuviste muerta en vida y volviste a nacer, ¿me querés contar qué era estar muerta?

Eugenia: — Ya me emociono. Sí, dije esas palabras. Sufrí, pasé por cosas muy fuertes, pero hoy me considero una persona resiliente porque salí de cosas oscuras y volví a vivir y ver la luz. No es de soberbia ni nada, porque sé que hay mucha gente que está en una silla de ruedas o es ciega, pero yo sentía que tenía ojos y no podía ver, no podía verme a mí, no podía caminar. No podía caminar de lo que estaba atravesando con la adicción…

Belén: — ¿A qué te referís cuando decía cosas oscuras?

Eugenia: — Me refiero a todo eso porque es oscuro, es un mal momento. Tal vez por un momento de mi vida la pasé bien, pero después van pasando cosas feas o vas incorporando gente a tu vida que te hace daño. Todo esto es lo que pasé hace varios años, pero al recordarlo me pongo a llorar o lo siento. Es un pasado que ya pasó, pero siempre está.

Belén: — ¿Cómo entraste a las adicciones?

Eugenia: — Fue un momento de mi vida que atravesé. No voy a decir exactamente cuál ni cómo porque no voy a meter a nadie, en este momento vine a hablar de mí, pero si hubieron personas que me hicieron mucho daño; y pasé cosas feas de las cuales es muy difícil salir, te cuesta salir adelante y pedís por favor: “Dios ayúdame, tengo dos ojos y no veo, abrirme los ojos realmente”. Quería salir adelante y no podía. A veces por más que uno quiere, es un momento. Sentí que me morí y volví a nacer. Dios me abrió los ojos, me empujó, me hizo caminar, me hizo ver la luz. Mi mamá también. Mi mamá era monja, en algún momento lo conté, y siento que es la persona que me está guiando todo el tiempo porque por mucho menos de las cosas que viví y atravesé ya hubiera estado recontra muerta.

María Eugenia: “Uno tiene que quererse y no estar pendiente de la mirada ni de las críticas de los otros”.
María Eugenia: “Uno tiene que quererse y no estar pendiente de la mirada ni de las críticas de los otros”.

Belén: — ¿Tenés registro de ese día en el que caíste en adicciones? ¿Te acordás de eso?

Eugenia: — Me acuerdo. Lo que pasa es que me pasaron varias cosas. Puntualmente hay alguna más fuerte que otra. Hubo un día, una de las tantas, en las que me encontré como si me hubiera desmayado y si no hubiera llegado la empleada, yo estaba muerta.

Belén: — ¿Qué pasó ahí?

Eugenia: — Yo ya había perdido el conocimiento. La chica me dio agua, me empezó a despertar, me decía: “Euge, Euge”. No me da vergüenza decirlo porque yo soy muy auténtica. He sufrido incluso violencia de género, estaba con una persona que hacía lo mismo que yo. He pasado etapas horribles con gente así. Soy una persona muy fuerte y creo que en ese momento sentí que me levantaron y me sacaron afuera. Por eso siento que estoy acá presente.

Belén: — ¿Qué les dirías a todas las personas que están pasando lo mismo que pasaste vos?

Eugenia: — Hay que saber pedir ayuda a tiempo, en el momento indicado, aunque uno tal vez está fuera de sus cabales, pero pedir ayudar a través de un profesional , un familiar, si tenés amigos que realmente te ayuden de verdad y que quieran estar con vos porque hay gente que, me ha pasado, que me han soltado la mano. Yo les decía: “Te necesito ahora, ayúdame”. Y capaz que no tenía un estado en el que se me veía mal, yo no es que vivía tirada tampoco y haciendo cosas raras, tenía mis días, mis momentos, siempre dentro de las cuatro paredes, pero bueno soy una persona resiliente, con mucha fuerza. Volví a los medios, volví a lo que es mí mundo, el ambiente artístico y de este lugar no me saca nadie más. Yo soy la Ritó, por supuesto, mi amor (risas). Hay que ponerle un poco de humor, no tanto dramatismo. Me parece que está bueno que la gente sepa que lo que me pasó a mi le pasó al hijo de doña Rosa, a vos a él, al otro, al que tiene plata… Acá no tiene que ver con una condición social, esto nos sucede a todos. Lo mismo que la violencia de género o una adicción. No me da vergüenza decirlo, vergüenza es robar, matar, violar. Yo soy una persona que, en todo caso, me hice un daño a mí y tal vez sin saberlo, entrando como un juego y después te terminan pasando estas cosas. Es muy difícil salir, pedir ayuda y siempre es un día a día; y siempre algún día te puede volver a pasar.

Ritó tras su lucha contra las adicciones: “Hay que saber pedir ayuda a tiempo”. (Verónica Guerman/Teleshow.com)
Ritó tras su lucha contra las adicciones: “Hay que saber pedir ayuda a tiempo”. (Verónica Guerman/Teleshow.com)

Belén: — ¿Adherís a la frase que se suele escuchar en adicciones que es “solo por hoy”?

Eugenia: — Sí, para mí si es así. Sí, totalmente. Lo que pasa es que tenés que estar muchos, muchos, muchos años super limpia y también algún día podés caer y tener que estar contenida por un grupo profesional o hacer terapia… o a veces estás atravesando un momento en el que estás re trabajando y la estás pasando bien, entonces ya sabes hasta dónde. Por ejemplo, tomo alcohol y digo: “Hasta acá puedo tomar”. Hay gente que lo deriva mucho al alcohol, eso es algo que cuando uno está internado, no te lo dejan para evitar eso. Yo me tomo mis dos copitas de vino o champagne y listo. Trato de no irme del límite. También te puede pasar con la alimentación, en mi caso, también pasé momentos terribles que estuve deprimida y estuve tirada por la depresión. Eso también es un momento feo.

Belén: — ¿Te impactan las críticas que recibiste por tu cuerpo?

Eugenia: — No me afecta de la gente porque yo sé quién soy. Yo no es que me dejé estar, estuve justamente por este tema, tirada y deprimida. No sé qué es peor si la droga o estar deprimida, me costó mucho levantarme de la cama, en momentos en los que no consumía. Inclusive las pastillas que te dan cuando uno está internado para dejar de consumir, que fue lo que me ayudó mucho, pero te engordan porque tienen un montón de medicamento. Después te vas deshinchando.

Belén: — ¿Qué es lo que se te viene a la mente con esta frase? Nadie nunca murió de amor…

Eugenia: — Chicas, no hay que hacerlo. Uno tiene que quererse, así que este es el mensaje: quererse uno mismo, vivir la vida, disfrutar a cada momento, cada segundo, el aquí y ahora, es lo mejor que te puede pasar y no estar pendiente de la mirada del otro. Uno se tiene que fijar en uno mismo y cada uno tiene que ocupar su lugar en el espacio. Hay lugar para todos. Yo soy yo, vos sos vos; y tener mucha fuerza y saber que uno es un grande.

Belén: — ¿Cómo es caerse y volverse a levantar?

Eugenia: — Resurgir como el ave fénix. Fueron muchos años. Hoy estoy acá levantada y de este lugar no me saca nadie. Acá la Ritó volvió y con todo, más recargada que nunca. La Ritó, la auténtica. Hay que reinventarse como hace Moria, como hacen todas las grandes.

Mirá la entrevista completa:

10 Minutos con María Eugenia Ritó