100 años de cárcel por violación grupal, prostitución y agresión sexual a menores: tres casos en este 8M que muestran la violencia machista diaria

La violencia de género no da tregua. Este mismo viernes la justicia ha dado a conocer dos sentencias en las que condena a dos hombres por agresión sexual, mientras que la Fiscalía de Cantabria ha pedido más de 100 años de cárcel para cuatro varones que violaron a joven

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Mural en repulsa de la violencia machista en Granada. (Álex Cámara - Europa Press)
Mural en repulsa de la violencia machista en Granada. (Álex Cámara - Europa Press)

La violencia machista no entiende de edad, raza o clase social. 2023 ha sido uno de los años más trágicos al registrar 58 feminicidios, la cifra más elevada desde 2015, y solo en lo que va de año, 5 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. Pero además de los feminicidios, existen otras muchas formas de maltrato y abuso que tratan igualmente de controlar, amedrentar, acosar y humillar a las mujeres, y ocurren todos los días. También este 8 de marzo, Días Internacional de la Mujer.

Este mismo viernes, la justicia ha confirmado la condena a prisión de dos hombres en casos relacionados con violencia sexual. Por un lado, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha ratificado la pena de 13 años y 9 meses de prisión impuesta por la Audiencia de Álava a un hombre por agredir sexualmente de manera continuada y con empleo de violencia e intimidación a la sobrina de su pareja cuando tenía entre 10 y 11 años. El acusado había alegado error en la valoración jurídica al considerar que no había ejercido violencia sobre la víctima, pero el tribunal ha rechazado el recurso, al asegurar que no solo hubo violencia sobre la misma, “sino también intimidación”.

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Por otro lado, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha condenado a 6 años de prisión (2 por un delito de prostitución y 4 por un delito de abuso sexual con penetración) a un vecino de Pamplona de 45 años que mantuvo relaciones sexuales por la fuerza con una menor de 14 que había sido obligada a prostituirse y que, previamente, se había fugado de un centro de acogida del Gobierno de Navarra.

Violación grupal en Santander

Este mismo viernes, la Fiscalía de Cantabria ha solicitado una pena conjunta de más de cien años de cárcel a cuatro procesados por la violación grupal a una joven de 22 años que ocurrió hace dos años en Santander y en la que participó un quinto varón no identificado, según informa Europa Press. En concreto, el ministerio público pide 30 años de prisión a cada uno de los tres acusados por un delito de agresión sexual con penetración y actuación conjunta de varias personas — doce por violación y 18 como cooperadores necesarios de lo anterior, a razón de seis años por cada uno de los tres ilícitos —.

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La Fiscalía también reclama 15 años y medio de encarcelamiento a un cuarto procesado, como cooperador de las agresiones sexuales y por intentarlo él también. Asimismo, pide que entre todos indemnicen con 100.000 euros a la víctima por el daño moral y secuelas causadas, y que paguen también las costas procesales.

De acuerdo con el informe provisional de la Fiscalía, los hechos sucedieron el 30 de julio de 2022 por la mañana. A primera hora, la chica estaba de fiesta en un ‘after’ de la ciudad, después de haber consumido “grandes” cantidades de alcohol, además de cocaína y cannabis. Tras el cierre del local, y estando ella en un “considerable estado de intoxicación” por el consumo de dichas sustancias, fue convencida por uno de ellos para que le acompañara al domicilio donde residían otros dos, hasta donde fueron andando.

Complejo Judicial de Santander. (Europa Press)
Complejo Judicial de Santander. (Europa Press)

Una vez en la vivienda, y después de beber más alcohol, la joven acudió voluntariamente en un dormitorio junto al chico que la había convencido para ir a esa casa, con la intención de entablar una relación con él. Sin embargo, mientras se besaba con él entraron en la habitación de forma “inesperada” dos chicos y, “sin más contemplaciones” y con ánimo libidinoso -prosigue el escrito del fiscal-, empezaron a tocar a la chica, a la que dejaron semidesnuda al levantarle el vestido y enrollárselo en la cintura.

La víctima, que “en ningún caso” quería mantener relaciones sexuales con esas personas, se quedó “paralizada” y “en estado de shock”. Los dos últimos en entrar en el cuarto la tumbaron sobre la cama boca arriba, penetrándola vaginalmente uno de ellos mientras el otro le indicaba que lo hiciese. También entro al dormitorio otro chico que se sumó al acto sexual pese a la “voluntad contraria” de la víctima. Así, la penetraron de forma simultánea, anal y vaginalmente y sin protección, llegando a entrar al dormitorio un quinto varón no identificado que la introdujo el pene en la boca obligándola a realizarle una felación, como había hecho otro en un momento dado.

“Superioridad física y numérica”

La joven fue “incapaz de impedir” las relaciones, dada la “superioridad física y numérica” de ellos y el lugar desconocido donde se hallaba, y por “temor” también a que pudiesen “agredirla y consumar violentamente dichas relaciones en caso de resistirse por la fuerza”.

Después de lo sucedido, la chica, aún en un estado de “máxima confusión”, se subió en un autobús con dos de los implicados para ir a su domicilio y la impidieron bajar para llevarla de nuevo a la casa, pero finalmente logró salir corriendo y reunirse con una amiga a la que había escrito previamente. La víctima fue atendida en el Hospital Valdecilla y presentaba diversas lesiones, como erosiones y hematomas, en diferentes partes del cuerpo, como extremidades o genitales.

Estos hechos brutales han provocado a la joven una grave afectación su estado anímico, con lloros, insomnio y pérdida de apetito, y le ha quedado como secuela un trastorno de estrés postraumático grave, lesión psíquica por la que continúa en tratamiento.