Sobre las 8:51 p. m. el Servicio Geológico Colombiano reportó un leve sismo que se sintió en Medio Atrato (Beté), departamento de Chocó. El movimiento de tierra se produjo con una intensidad de 2,7 y una profundidad superficial que equivale a menos de 30 kilómetros.
De acuerdo con el más reciente reporte de sismos entregado por el Servicio Geológico Colombiano, se presentó un sismo sobre las 6:20 p. m. con epicentro en el municipio de Murindó, Antioquia. El movimiento de tierra tuvo una profundidad superficial –menor a 30 kilómetros– y con una intensidad de 2,6.
El Servicio Geológico Colombiano cuenta con un registro histórico que da cuenta de los diferentes sismos que se han presentado en la capital del país ocasionando graves daños, que en los últimos 380 años han tenido efectos significativos en la ciudad –ninguno de ellos con epicentro en Bogotá– y el más destructivo de todos se dio hace aproximadamente 107 años:
Un movimiento se registró en el municipio de Jericó. Según el informe del SGC, el sismo se presentó a las 10:05 a. m. con una profundidad de 2.2 y una profundidad inferior a los 70 kilómetros, por lo que pudo sentirse con fuerza en municipios vecinos.
En el plano internacional se han reportado delicadas emergencias relacionadas con sismos en los últimos meses; si bien la tierra nunca deja de moverse, algunas de estas actividades son mucho más perceptibles para la ciudadanía. En Colombia este fenómeno genera una amplia preocupación por los antecedentes, lo que insta a los expertos a mantener en constante alerta y aclarar cualquier tipo de información sobre el mismo.
Según el último reporte emitido por el Servicio Geológico Colombiano, durante la madrugada de este domingo se sintieron dos sismos de baja intensidad en los departamentos de Cundinamarca y Santander. El primer evento ocurrió sobre las 3:23 a. m. en el municipio de Cucunubá, donde las estaciones de monitorio registraron un movimiento de 2.3 y una profundidad de 149 kilómetros.
Apenas 39 minutos después, a las 4:02 a. m., un nuevo sismo se vivió en el municipio de Los santos, donde el SGC registró una magnitud de 2.3 y una profundidad 152 kilómetros. Hasta el momento, los servicios de emergencia no han reportado daños en estructuras ni personas lesionadas.
El movimiento telúrico más reciente que se registró en el territorio nacional tuvo epicentro en el municipio de Saladoblanco, en el suroccidente del departamento del Huila. Tuvo una baja magnitud, 3,5 grados, aunque su profundidad fue superficial, menos de 30 kilómetros.
Aunque Colombia se beneficia de una posición geográfica que favorece su biodiversidad, se encuentra también sobre un área sujeta a constantes movimientos tectónicos, que aunque frecuentes, en su mayoría pasan inadvertidos.
Sin embargo, cuando estos “temblores” son de gran magnitud y superficiales, generan alarma entre los ciudadanos. Esta preocupación es a menudo exacerbada por individuos que, aprovechándose de la situación, difunden rumores y desinformación a través de redes sociales y aplicaciones como WhatsApp, contribuyendo así al pánico colectivo con información no verificada.
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) ha enfatizado que predecir terremotos es actualmente imposible, ya que no existe una tecnología o metodología capaz de anticipar estos fenómenos naturales.
También señalaron que es común que se presenten réplicas después de un temblor, particularmente en zonas propensas a la actividad sísmica y ubicadas sobre fallas activas, característica de la geografía colombiana. Aun contando con este conocimiento, la predicción de sismos sigue siendo improbable.
“Científicamente no es posible predecir el lugar, magnitud o fecha en la que sucederán los sismos. Desde el SGC seguimos haciendo el llamado a los colombianos, para que se informen sobre este tipo de geoamenazas a través de nuestras redes sociales y las fuentes oficiales, para evitar difundir mensajes falsos e imprecisos. ¡Ayúdennos a compartir esta información! (sic)”, subrayaron.
El temblor devastador que se registró a las 8:12 de la mañana del 31 de marzo de 1983, en la capital del Cauca, motivó la adopción de la primera normativa de sismorresistencia en Colombia, como destacaron en un artículo del SGC en el aniversario de este desastre natural que culminó en la muerte de 250 personas.
La magnitud de 5,6 grados y una profundidad de 15 kilómetros del sismo resultaron en la destrucción del 90 % del centro histórico de la ciudad y el daño de 5.000 construcciones a nivel departamental, informó la entidad. Fernando Díaz, ingeniero especialista en Amenaza y Riesgo Sísmico del Servicio Geológico Colombiano, señaló que para la década de 1980 ya se estaban compilando estándares para fortalecer la resistencia sísmica de edificaciones en Colombia, pero el sismo en Popayán precipitó estos esfuerzos.
Díaz recordó que “para inicios de los años 80, la Asociación de Ingeniería Sísmica (AIS), integrada por docentes universitarios y expertos internacionales, ya trabajaba en la adaptación de normativas internacionales”.
Después del terremoto, el gobierno de Belisario Betancur implementó un decreto de emergencia siguiendo las recomendaciones de la AIS, lo que condujo a la promulgación del Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes en 1984.
“Esta normativa se ha actualizado y actualmente es conocida como NSR-10. Por ello, en este aniversario, reafirmamos la relevancia de adherirse a esta legislación, crucial para el diseño y edificación en nuestro país, dada su actividad sísmica”, expresaron en una publicación en la red social X.