Las críticas a llevar a cabo un ciclo de los diálogos de Paz con el ELN en el Vaticano

Tras reunirse con el papa Francisco, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció la posibilidad de que una próxima fase de diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tenga lugar en el Vaticano. Esta declaración ha generado reacciones mixtas en el contexto político colombiano.

Petro hizo referencia a las futuras conversaciones, manifestando la importancia de que las mismas sean consensuadas entre ambas partes en conflicto. “Todo lo que pueda suceder con el acuerdo de paz con el ELN, que espero llegue a un éxito rotundo, tiene que ser de acuerdo entre las dos partes”, detalló el presidente luego de su encuentro con el sumo pontífice.

Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.

Así mismo, indicó que realizar estas conversaciones en la sede del Estado Vaticano podría contribuir sustancialmente al proceso de paz, dada la historia y la influencia de esta instancia en el conflicto con el ELN.

El mandatario colombiano subrayó la intención de buscar una “posición mucho más activa” por parte del Vaticano y la Iglesia católica en el proceso de paz colombiano. La posible sede vaticana para las negociaciones no sólo propiciaría un cambio de ambiente, sino que también podría significar un apoyo simbólico para el proceso de paz en Colombia.

Diferentes opiniones surgieron en el escenario político colombiano ante la propuesta del presidente Gustavo Petro de establecer conversaciones de paz con el grupo guerrillero ELN en el Vaticano. Mientras senadores de la oposición rechazan la idea, considerándola poco adecuada debido a las acciones del ELN y posibles complejidades legales, miembros del oficialismo reconocen retos, principalmente de seguridad jurídica.

La senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, criticó duramente la estrategia del mandatario, acusándolo de evadir el combate contra el narcotráfico y de intentar legitimar a los insurgentes llevándolos a dialogar en el exterior.

“Petro no solamente elude el tema del narcotráfico que no está combatiendo como responsable de la violencia en Colombia; sino que plantea un absurdo cómo hacer un ciclo de conversaciones con el ELN en el Vaticano”, dijo la senadora del Centro Democrático.

David Luna y Julio César Triana, de Cambio Radical, también expresaron su preocupación, cuestionando la falta de cumplimiento de la guerrilla y la gestión gubernamental sobre el conflicto interno.

“Bienvenido siempre el apoyo del santo padre al anhelo de alcanzar la paz que tiene toda Colombia. Sin embargo, el presidente Petro debe entender que el problema de los diálogos con el Eln no es en dónde se estén realizando, sino la falta del cumplimiento de esta guerrilla por la alcahuetería del Gobierno. Primero hay que solucionar lo interno”, expresó Luna en su cuenta de X.

Por su parte Triana dijo en el Nuevo Siglo: “No entiendo cómo el presidente Gustavo Petro puede siquiera considerar unas mesas de diálogo en el Vaticano con un grupo criminal que ha cometido 19 actos violentos desde que se firmó el cese al fuego. Presidente, deje los sofismas para hablar del conflicto en Colombia”.

Mientras, desde el oficialismo, Ariel Ávila advirtió sobre los problemas derivados del traslado de miembros del ELN a territorio europeo, sugiriendo posibles complicaciones jurídicas similares a las vividas por el general Augusto Pinochet.

El senador Ávila añadió que los riesgos aumentan al considerar la necesidad de transitar por Italia, país que actualmente tiene un gobierno de derecha y puede ser un escollo para las negociaciones.

Así mismo, recordó que previamente se había descartado España como sede por cuestiones análogas. Esta serie de obstáculos plantea dudas sobre la viabilidad de trasladar las conversaciones fuera de Colombia, a menos que se ofrezcan fuertes garantías en materia de seguridad jurídica para los involucrados en el proceso.

“Les puede pasar lo de Pinochet. Que la gente eche memoria un poquito: hay un viaje y el sistema europeo dice así este señor haya sido expresidente y un país quiera que no le pase nada, hay unas denuncias por violaciones a los derechos humanos. Y se vuelve es un lío jurídico”, explicó en el medio citado.

Por el momento, las negociaciones con el ELN y los esfuerzos por conseguir la paz en Colombia continúan siendo un tema complejo y divisivo tanto en la arena política nacional como en el contexto internacional, destacando los múltiples desafíos que enfrenta el gobierno de Gustavo Petro para avanzar en su agenda de pacificación.