¿Pueden las pastillas aumentar considerablemente el poder cerebral?

Por Sara Solovitch

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La pastilla Adderall es un fármaco pensado para el trastorno de hiperactividad y el déficit de atención (Flickr)
La pastilla Adderall es un fármaco pensado para el trastorno de hiperactividad y el déficit de atención (Flickr)

George Burke tiene la capacidad de ingerir, de un solo trago, su cóctel diario con vitaminas, minerales de componentes musculares, medicamentos poco conocidos y una pequeña dosis de LSD. Una manera muy práctica para alguien que se toma 25 píldoras al día, la mayoría de ellas adquiridas a través de Internet.

Burke asegura que debe hacerlo diariamente porque eso le ayuda a su mente y puede trabajar mejor en su negocio de Silicon Valley (California). Allí ha cofundado un servicio de comida que abastece a los atletas y a los amantes de la actividad física.

Le solían recetar Adderall, un fármaco pensado para el trastorno de hiperactividad y el déficit de atención, pero después de mudarse de Nueva Jersey a San Francisco no encontró a ningún médico que le pudiera recetar este medicamento. Así que, a través de Internet, descubrió un montón de fármacos, conocidos como nootrópicos, que potencian el conocimiento.

Algunos de ellos se distribuyen bajo prescripción médica, otros se venden libremente y otros disponibles en un mercado mundial un tanto turbio con vendedores privados que ofrecen productos para mejorar la memoria, la atención, la creatividad y la motivación.

Algunos empleados de Silicon Valley se apoyan en varios medicamentos para incrementar su capacidad cognitiva (Flickr)
Algunos empleados de Silicon Valley se apoyan en varios medicamentos para incrementar su capacidad cognitiva (Flickr)

"No significa que cada trabajador de Silicon Valley esté tomando nootrópicos para salir adelante", afirma Burke. "Son solo unos pocos los que están tomando suplementos", añade al respecto.

La palabra "nootrópico" fue acuñada en 1972 por el científico rumano Corneliu Giurgea, que combinó las palabras "mente" y "flexión". La cafeína y la nicotina pueden ser elementos nootrópicos con una incidencia leve, mientras que el Ritalin, Adderall y Provigil (un fármaco para tratar la narcolepsia) están al otro extremo del cuadro de los potenciadores cognitivos. De hecho, la ingesta en pequeña dosis de LSD se considera, cada vez más, un método para lograr una mayor productividad.

Cuando los principiantes hablan de noótropicos, normalmente se refieren a sustancias de baja toxicidad que han supuesto pocos efectos secundarios. Muchas veces se refieren al Piracetam, que diseñó Giurgea en 1964 y que está aprobado para uso terapéutico en adultos y ancianos. En Estados Unidos, sin embargo, solo está permitida su venta para fines investigativos.

Está comprobado que el Piracetam aumenta la memoria, agudiza el enfoque, incrementa el sistema inmunológico y mejora la personalidad. Se trata de una de las tantas variaciones de los medicamentos de la familia racetam. Ahora han salido otros del mismo grupo, como los Aniracetam, Phenylpiracetam y Oxiracetam. Todos ellos están disponibles a través de Internet, aunque su eficacia y seguridad están siendo cuestionados.

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Algunas empresas están comercializando las píldoras nootrópicas que incluyen Piracetam, algunas hierbas naturales, aminoácidos y Citicicolina, un químico natural del cerebro que puede tomarse vía oral o intravenosa.
Dado que estos productos se venden como suplementos nutricionales y productos naturales, no deben pasar por los controles gubernamentales.

Burke empezó a comprar Piracetam a través de internet hace ya cinco años, con pedidos que llegan en bolsas llenas de polvo blanco. "Era como si estuviera comprando cocaína de la calle", recuerda. Ahora puede adquirir ese fármaco gracias a Nootroo, una empresa establecida en San Francisco.

Sin embargo, aquellas personas aficionadas a la automedicación no suelen conformarse con un solo fármaco. Los que se dedican al cuidado de su cerebro, aseguran que suelen "explotar" su propia biología para mejorar la mente. Entre sus procedimientos está la meditación, la sumersión en agua fría, el ayuno, las dietas cetogénicas, altas en grasas y bajas en carbohidratos.

"¿Quién no quiere aumentar su capacidad intelectual? ¿Quién no quiere incrementar su masa muscular?" se pregunta Murali Doraiswamy, un investigador del Sistema de Salud de la Universidad Duke (Carolina del Norte) que ha asesorado a varios fabricantes de medicamentos y suplementos, así como también a la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos. Según él, hay un aumento de la demanda de este tipo de productos en tanto que hay una sociedad que valora la rapidez y la agilidad mental por encima de cualquier otra cosa.

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Aunque hay algunos estudios que han encontrado beneficios a corto plazo, Doraiswamy alerta de que no hay resultados científicos que certifiquen que este tipo de "productos inteligentes" mejora el pensamiento o la productividad a largo plazo. "Hay una demanda bastante considerable, pero la eficacia real no está demostrada con las pruebas realizadas hasta ahora", advierte.

"Probablemente esté afectando a otras partes del cuerpo", alerta el científico sobre la ingesta de este tipo de productos.

Es cierto que los primeros estudios atribuyeron numerosos beneficios a corto plazo. Incluso, en 1983, los rusos utilizaron la Fenilpiracetam para mejorar el rendimiento físico y mental de los astronautas durante el vuelo espacial.

Otro estudio, realizado en 1999, encontró que el Piracetam tenía efectos muy beneficiosos en los pacientes que sufrían Alzheimer. El hipocampo, un área del cerebro que desempeña un papel clave en la formación de nuevos recuerdos, se suele encoger con esta enfermedad. La idea de que el Piracetam pudiese revertir ese efecto fue, sencillamente, emocionante.