Los lujos de un boleto de avión de 20 mil dólares

Por Luke Winkie; traducido por Álvaro García

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Imagen tomada del Canal de YouTube de Sam Chui
Imagen tomada del Canal de YouTube de Sam Chui

Conoce a los hombres que relatan sus experiencias de vuelo en primera clase.

Los videos más populares del canal de YouTube de Sam Chui capturan el momento en que desembolsa de 20,000 a 34,000 dólares para reservar vuelos exclusivos en primera clase en algunas de las aerolíneas más opulentas del mundo: por ejemplo, "La Residencia" de Etihad Airways, que básicamente es un servicio de hotel en el cielo. Chui llega a la antesala del vuelo vestido de traje, con una cámara portátil. El chef presenta el menú de degustación antes del vuelo, que consiste en langosta y caviar, y su mayordomo enciende un puro oloroso para maridar con la exclusiva selección de vinos. Después de recibir una afeitada en el salón privado, Chui es llevado en buggy hasta la puerta de salida. La Residencia está separada de la clase ejecutiva y de primera clase, y cuenta con un dormitorio privado, ducha, minibar, y una saludo firmado por el capitán. Si lo deseas, el personal te servirá el desayuno en la cama.

Chui documenta cada instante del servicio, desde el momento en que entra al aeropuerto hasta el momento en que el avión llega a la puerta de destino. Según Chui, sus videos son "reseñas", ya que evalúa la comida, los cubiertos y las dimensiones de su pantalla de televisión privada para los aristócratas que buscan invertir su dinero sabiamente. El resto de nosotros sólo puede apreciar los videos de Chui con lujuria. Los viajes de lujo están diseñados para los ricos y poderosos, así que, como era de esperarse, la incursión de Chui en este mundo al que muchos no tienen acceso se ha vuelto semiviral. Tiene cerca de 200,000 suscriptores en su canal, y 8.5 millones de personas han visto su experiencia en La Residencia. El mismo Chui ha tomado el estandarte de "El blogger de aviación con más seguidores del mundo". Los espectadores están fascinados con esta dimensión alternativa, donde todas las azafatas saben tu nombre.

"La gente toma mis videos como inspiración", dice Chui. "me llegan muchos correos de mis fans todos los días, y muchos me dicen: 'Sam sigue adelante, no tenemos los medios para hacerlo, pero ver tus videos es lo más cercano que tenemos a ver la primera clase de cada aerolínea".

Chui tiene 36 años. Es un banquero chino especialista en inversiones que ha vivido en Australia, Hong Kong y ahora vive en Dubái con su esposa. Calcula que vuela unas 100 veces al año, pero a diferencia de otros bloggers de viajes, Chui no pasa mucho tiempo recorriendo su destino. En cambio, su objetivo es maximizar la cantidad de tiempo que está en el aire. A veces sale un sábado con un vuelo de regreso reservado para el domingo. Volar es donde Chui encuentra paz, es una manera costosa de apagar su cerebro y disfrutar de los detalles triviales del servicio de primera clase. "Parte de la emoción es simplemente volar a algún lugar", dice. "No viajas por alguna razón, solo vuelas a algún lugar para estar en el vuelo".

¿Pueden imaginarlo?

Chui busca descuentos y ofertas frecuentes para volar, pero gana buen dinero y me dice que a menudo paga el precio completo de sus vuelos, aunque su canal de YouTube es bastante popular para generarle una pequeña cantidad de ingresos publicitarios. También es aventurero y con frecuencia se aleja de los lujosos condominios de primera clase. En 2012, Chui abordó un vuelo a Teherán para poder conseguir un asiento en un Boeing 747 de 35 años de antigüedad en su vuelo de regreso al día siguiente.

Las aerolíneas han hecho un excelente trabajo en destruir la grandeza de los viajes aéreos durante las últimas décadas: virtualmente, cada semana hay una nueva historia que sale a la superficie sobre un nuevo incidente en algún vuelo. Pero Chui es un romántico, e incluso el personal de la aerolínea queda perplejo por su amor a volar. "Te ven tomando cientos de fotos, y piensan que eres un geek de la aviación o un viajero primerizo que está tratando de documentar todo", cuenta.

Sam Chui no es el único que hace esto. Hay varias personas en YouTube que hacen videos similares sobre las ventajas de volar en primera clase: NeverNotFlying, Dennis Bunnik, The Luxury Travel Expert. Sin embargo, tal vez el más interesante sea Daniel Goz, un joven de 20 años que actualmente disfruta de su año sabático en Gotemburgo. Goz no es un banquero (ni siquiera tiene empleo), pero al igual que Chui, vuela 100 veces al año en cabinas de primera clase, mientras lleva un diario en video de sus viajes. Para lograr esto, Goz aplicó para decenas de tarjetas de crédito y aprovechó las promociones y multiplicadores que te abonan millas en tu cuenta después de que rebasas ciertos umbrales de pago. "Como toda habilidad, necesitas invertir tiempo, hay muchas cosas que debes aprender. A lo largo de los años, he acumulado esta base de conocimientos que puedo usar a mi favor", dice. "Por ejemplo, sé que si quiero ir a Estados Unidos desde Suecia, podría ser más barato volar desde un aeropuerto secundario y puedo ahorrar 500 dólares en una tarifa de primera clase. A lo largo del camino aprendes pequeñas cosas como esa".

Hay algo obsceno en comprar un boleto de primera clase cada fin de semana. Es una de las cosas más caras que puede hacer con tu tiempo libre, y hay algo abiertamente hedonista en volar alrededor del mundo sólo para volver al día siguiente. Pero Goz ha demostrado que esto no es un capricho restringido a la élite. "Soy un estudiante de primer año en la universidad, no gano más dinero que la mayoría de las personas con trabajos de tiempo completo, y aun así consigo viajar todo el tiempo y tener las experiencias más increíbles a lo largo del camino", cuenta. "Hay personas que miran mis videos que se ponen como locos, sospechan que eres un multimillonario, o que tienes vínculos con la mafia para explicarse cómo alguien puede viajar lujosamente cuando ni siquiera lo han intentado".

Tal vez los viajes opulentos no están restringidos a videos de YouTube, y un viaje en La Residencia está a sólo un Plan de Recompensas de distancia. Pero sin importar tu situación económica, ser un cliente frecuente de aerolínea no es algo que puedas hacer por siempre. "Todavía no tengo un niño", dice Chui. "Si eso sucede, habría un cambio en mi estilo de vida. Nunca sabes qué te deparará el futuro".

Sin embargo, el amor de Chui por volar no se detendrá. Tampoco el de Goz ni el de ninguno de los otros YouTubers que destilan sus viajes para el público. Lo único que tienen en común es la hermosa incapacidad de articular exactamente qué es lo que les gusta tanto de estar en un avión. "Es adictivo, en cierto modo", dice Goz. "Realmente no puedo describirlo. Cuanto más vuelo, más quiero volar". Es un llamado, una necesidad, y van a encontrar una manera de alimentar ese deseo de cualquier manera que puedan.

Sigue a Luke Winkie en Twitter.

Publicado originalmente en VICE.com