La "fiesta impositiva" que proponen Massa, Kicillof y Bossio

Resulta extraño que los tres ex funcionarios que no hicieron nada por el impuesto a las ganancias cuando estuvieron en el Gobierno aparezcan ahora como los salvadores de los trabajadores al aumentar en promedio el mínimo no imponible

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Resulta extraño que tres de las figuras más importantes del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner como Sergio Massa, jefe de gabinete, Axel Kicillof, ministro de Economía y Diego Bossio, director Ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), lograran imponerle al Gobierno de Mauricio Macri, en la Cámara de Diputados, un proyecto de ley de impuesto a las ganancias que plantea una especie de fiesta impositiva por los nuevos impuestos que incorpora.

Resulta extraño que los tres ex funcionarios que no hicieron nada por el impuesto a las ganancias cuando estuvieron en el Gobierno aparezcan ahora como los salvadores de los trabajadores al aumentar en promedio el mínimo no imponible. El caso de Axel Kicillof es el más paradigmático. Cuando estuvo al frente del Ministerio de Economía, el mínimo no imponible se estancó en los 15 mil pesos y casi 2.500.000 trabajadores pagaron el impuesto a las ganancias. El 29 de marzo de 2015, en un reportaje del diario Tiempo Argentino, antes de un paro general de los gremios que se quejaban del impuesto a las ganancias, el entonces ministro de Economía descartó que estuviera en los planes del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner subir el mínimo no imponible en el corto plazo. "Creo que el mínimo no imponible está muy bien en el nivel en el que está, porque se ajustó muy fuerte hace dos años; después, lo de las alícuotas se puede discutir, pero hay muchas formas de discutirlo, porque creo que se basa en un engaño fomentado por un sector de la prensa". Manifestó: "Se cobra más a los que más tienen y sólo afecta a la minoría que más gana, lo sé porque a mí me afecta el impuesto a las ganancias, y yo debo ganar lo mismo que el gerente de una sucursal de un supermercado", sostuvo. Por ese motivo, no se entiende ahora el cambio de rumbo de Kicillof. Quien se negaba a aumentar el mínimo no imponible de ganancias ahora lo aumenta casi en un 40%, mientras él lo mantuvo clavado en 15 mil pesos.

Resulta extraño que el líder del Frente Renovador Sergio Massa se haya aliado al kirchnerismo que él tanto criticó con un proyecto de una catarata de impuestos a la renta como el de los plazos fijos, el impuesto a las operaciones de dólar futuro y con Lebacs, que son ingresos que no se sabe si se van a cobrar, por unos 15 mil millones de pesos, mientras se desfinancia al Estado con reducciones de impuestos por unos 80 mil millones de pesos.

Resulta extraño que el ex director Ejecutivo de la Anses se haya juntado nuevamente con Axel Kicillof, luego de haber tenido tantas internas mientras ellos fueron funcionarios y despúes de que Bossio decidiera armar el Bloque Justicialista para dejar el Frente para la Victoria (FPV), que tiene a figuras como Kicillof, Máximo Kirchner y Andrés Larroque de La Cámpora, a quienes se enfrentó Bossio recientemente luego de una acalorado debate en la Cámara de Diputados por la acusación de traidor que le hizo la diputada del FPV Mayra Mendoza.

Resulta extraño que los diputados de Cambiemos no hayan podido impedir que la oposición impusiera un proyecto de ley de impuesto a las ganancias cuyo costo fiscal de unos 65 mil millones de pesos duplica al presentado por el Gobierno que está incorporado en el proyecto de presupuesto 2017.

Resulta extraño que en un momento en que la gran parte de la sociedad se queja por la presión impositiva la oposición presente esta especie de fiesta impositiva con nuevos impuestos. El proyecto incorpora el impuesto al juego, un impuesto a los plazos fijos mayores a 1.500.000 pesos, impuesto a las operaciones de dólar futuro y también a las operaciones con Letras del Banco Central de la República Argentina que no serán fáciles de cobrar.  Otra de las novedades es la inclusión de un extraño impuesto a las propiedades inmovilizadas aquí y en el exterior que podría complicar el blanqueo de inmuebles.

Resulta extraño para un inversor del exterior la vuelta del impuesto a las retenciones del 5% a la actividad minera que había sacado el Gobierno de Mauricio Macri a principios de año. Esa no es una buena señal para quienes quieran invertir en la Argentina. En caso de aprobarse el proyecto de ley, se podría dar el caso de que en un mismo año el Poder Ejecutivo saque las retenciones a la minería por un decreto y luego el Poder Legislativo las vuelva a imponer a través de una ley.

Resulta extraño lanzar esta especie de fiesta impositiva en el país que tiene una de las presiones impositivas más altas del mundo y su gran problema es al abultado déficit fiscal que muestran las cuentas públicas. Tal vez una reducción del elevado gasto público sería más eficiente que una nueva catarata de impuestos. En caso de ser aprobado el proyecto, probablemente afecten el nivel de actividad y el desarrollo del mercado de capitales.